Ciudad de México.— El sector aéreo mexicano enfrenta un nuevo escenario tras el endurecimiento regulatorio de Estados Unidos, situación que ha afectado directamente los planes de expansión internacional del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y de Mexicana de Aviación. La política aérea impulsada durante el sexenio anterior, enfocada en fortalecer la infraestructura pública y reposicionar al Estado en el mercado de la aviación comercial, entra así en una fase de replanteamiento estratégico.
La administración de Claudia Sheinbaum recibió proyectos como la consolidación del AIFA como un centro de conexiones internacionales y la reactivación de Mexicana bajo administración estatal. Sin embargo, el giro político y regulatorio en Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump ha frenado avances clave.
Revocación de rutas obliga a revisar la estrategia del AIFA
En octubre, el Departamento de Transporte de Estados Unidos (DOT) revocó 13 rutas que conectaban aquel país con los dos aeropuertos del Valle de México, decisión que detuvo operaciones previstas, como los vuelos inaugurales de Viva Aerobus desde el AIFA hacia ciudades como Los Ángeles, Chicago, Orlando, Austin, Dallas, Denver, Houston, Miami y Nueva York.
La medida golpea directamente los planes federales de posicionar al AIFA como un hub internacional. En el Proyecto de Presupuesto de Egresos de 2025, el gobierno delineó su intención de impulsar el crecimiento sostenido del aeropuerto mediante infraestructura moderna y un modelo de conectividad ampliado.
Mexicana enfrenta un escenario incierto
Mexicana de Aviación —que retomó operaciones en diciembre de 2023 como aerolínea estatal— también ve en riesgo su proyección internacional. La compañía recibió a mediados de 2024 la primera de sus 20 aeronaves Embraer, cuya incorporación apuntaba a futuras rutas hacia Estados Unidos.
Para el Colegio de Pilotos Aviadores de México (CPAM), la dependencia del mercado estadounidense, que concentra entre 70% y 80% del tráfico internacional de México, convierte estas restricciones en un problema inmediato.
“El AIFA venía construyendo poco a poco un mercado regional interesante. Hoy, con esta puerta cerrada en Estados Unidos, también los planes de Mexicana se pueden ver truncados”, señaló Ángel Domínguez Catzín, presidente del CPAM.
¿Reorientar el modelo del AIFA?
Expertos consideran que la coyuntura podría servir para redefinir el sentido comercial del AIFA. Para Eliseo Llamazares, líder de aviación y turismo en KPMG México, su potencial dependerá del modelo de negocio y no únicamente de la infraestructura:
“No hay aeropuertos malos, sino pocas ideas. El AIFA podría orientarse a nichos distintos o incluso convertirse en un aeropuerto long haul–low cost”.
Asimismo, consolidar al AIFA como base principal de Mexicana y enfocarse en la cohesión territorial —priorizando rutas domésticas— podría dar mayor claridad al proyecto estatal en un contexto adverso para la conectividad con Estados Unidos.
Datos que definen el reto
De acuerdo con la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC):
El AIFA es ya la sexta terminal del país en pasajeros nacionales (+14.6%).
En tráfico internacional ocupa el décimo lugar, con un incremento marginal de 0.6%.
Mexicana representa menos del 1% del mercado aéreo nacional, pese a su renovada flota.
Estas cifras, contrastadas con las ambiciones federales, muestran la necesidad de replantear prioridades.
La clave: diálogo con la iniciativa privada
Para especialistas legales, el futuro de la aviación mexicana dependerá de la coordinación efectiva entre gobierno e industria, especialmente ante factores externos que pueden cambiar sin previo aviso.
“Será fundamental propiciar mesas de diálogo entre el sector público y privado, porque esta sinergia determinará el desarrollo económico y poblacional del país”, afirmó Julio Zugasti, de Hogan Lovells.
Mientras se define el rumbo, los proyectos del AIFA y Mexicana quedan a la espera de un rediseño estratégico que permita sortear un panorama internacional más restrictivo y competitivo.