SEMBRANDO VIDA PARA CORROMPER Sol Yucatán

• Campesinos de Yucatán, que dependen de esta ayuda, aseguran que empresarios, empleados federales y estatales, e incluso personas con ingresos elevados están inscritos como beneficiarios, desplazando a habitantes que están en situación de pobreza

• Involucrada a Carminia Guadalupe Ojeda Tello, encargada del programa en Muna. Su esposo figura como beneficiario del programa Sembrando Vida, a pesar de que no cumplió con los compromisos de reforestación establecidos en las reglas de operación del programa.

• Gabriel Villarreal, un empresario de Chihuahua radicado en Muna que, pese a poseer propiedades y negocios de alto valor, figura como beneficiario del programa en Yucatán, además de haber recibido apoyos de Procampo

Redacción/Sol Yucatán

El programa Sembrando Vida, creado para apoyar a campesinos y combatir la pobreza mediante la agricultura sostenible, enfrenta graves señalamientos que cuestionan su capacidad para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) promovidos por el gobierno federal. Denuncias recientes por campesinos del municipio de Muna, revelan presuntos actos de corrupción, favoritismo y una gestión que podría estar violando principios de equidad en la asignación de recursos.

De acuerdo con testimonios, el programa estaría beneficiando a personas que no cumplen con el perfil estipulado. Campesinos que dependen de esta ayuda aseguran que empresarios, empleados federales y estatales, e incluso personas con ingresos elevados están inscritos como beneficiarios, desplazando a quienes realmente lo necesitan. Estas acusaciones chocan con los objetivos fundamentales del programa: erradicar la pobreza, reducir desigualdades y fomentar la sostenibilidad agrícola.

El caso involucra a Carminia Guadalupe Ojeda Tello, encargada del programa en Muna, Yucatán, quien desempeña funciones como Servidora de la Nación. Según las denuncias de los ejidatarios, su esposo figura como beneficiario del programa Sembrando Vida, a pesar de que no cumplió con los compromisos de reforestación establecidos en las reglas de operación del programa.

Además, surgieron testimonios de personas encargadas de los pagos de otros programas federales, quienes acusaron a Ojeda Tello de comportarse de manera prepotente e incluso de retener pagos a beneficiarios como represalia personal.

En contraste, campesinos inscritos han reportado cumplir con estrictos requisitos, como mantener terrenos productivos y asistir a reuniones obligatorias, mientras que otros beneficiarios, presuntamente incumplidos, continúan recibiendo el apoyo mensual de 6 mil 250 pesos sin supervisión adecuada.

Otro caso cuestionable es el de Gabriel Villarreal, un empresario de Chihuahua radicado en Muna que, pese a poseer propiedades y negocios de alto valor, figura como beneficiario del programa en Yucatán. Aunque los programas sociales tienen reglas de operación distintas, es fundamental esclarecer si existe una posible duplicidad de apoyos, ya que Villarreal habría recibido también recursos del programa Procampo.

Uno de los casos mencionados por los denunciantes y quizá el más cuestionable, es el de Minelia del Socorro Bonilla Vázquez, quien labora en la zona arqueológica de Uxmal y se encarga de organizar paseos escolares. Según información confirmada por la administración del lugar, la trabajadora está próxima a jubilarse. Cabe destacar que, conforme a los lineamientos del gobierno federal, el programa Sembrando Vida otorga un apoyo económico mensual de 6 mil 250 pesos, dirigido a personas cuyos ingresos se encuentren por debajo de la línea de pobreza rural. Según datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), esta línea de pobreza se establecía hasta 2024 en 1,600.18 pesos mensuales por persona.

Ignacio Mejía Martínez y Antonio Jiménez Zaldívar, quienes fungen como ingenieros responsables del programa Sembrando Vida y enlaces directos con los ejidatarios, han sido señalados en los testimonios de los denunciantes. Según relatan los ejidatarios, al manifestar su inconformidad, únicamente recibieron como respuesta que, debido al contexto de las campañas electorales rumbo a la presidencia, no era posible entrar en conflictos con ninguna persona.

Estos testimonios evidencian una gestión deficiente y ponen en duda si Sembrando Vida está logrando sus compromisos con los ODS, particularmente los de «poner fin a la pobreza en todas sus formas» y «garantizar la seguridad alimentaria mediante una agricultura sostenible».

La Secretaría del Bienestar debe emprender acciones inmediatas para revisar los padrones, reforzar la transparencia en el manejo del programa y garantizar que los recursos lleguen a los campesinos que realmente lo necesitan. Mientras esto ocurre, miles de trabajadores del campo permanecen en el olvido, enfrentando enormes dificultades para sostener a sus familias y preservar sus tierras productivas.

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