“Arbolitos” en crisis: cae fuerte la compraventa de dólar blue en la city porteña por la salida del cepo y el menor turismo Infobae

Al grito desesperado de “cambio cambio”, los conocidos “arbolitos” de la city porteña que se dedican a la compraventa de divisas en el mercado informal buscan turistas sin éxito. Como es habitual, se concentran principalmente en la intersección de Florida y Lavalle. El menor poder adquisitivo, la baja afluencia de turistas y una brecha cambiaria mínima tras la salida del cepo deterioraron el negocio y la mayoría ya piensa en dedicarse a otra actividad.

Los locales de la zona, como bazares, kioscos y tiendas de regalos, están casi vacíos y algunos directamente en alquiler. Las casas de cambio, que han sido allanadas recurrentemente por el fisco en 2023, repiten el patrón y no quieren hablar. Camino hacia Avenida Alem y Sarmiento, la desolación es total: no quedan persianas abiertas. Típicamente, la actividad se sustentaba sobre todo con turistas extranjeros, pero ahora parece tierra de nadie.

No se escuchaba ningún otro idioma paseando este martes; la mayoría eran argentinos apurados, probablemente, yendo a trabajar.

Es una tendencia que viene reflejando el Indec hace varios meses. Por caso, el turismo receptivo cayó 25,4% interanual en los primeros 4 meses del año. Llegaron a Argentina 3.287.100 visitantes no residentes.

En contraposición, el turismo emisivo creció 67,6% interanual en el acumulado del primer cuatrimestre. En este período, salieron del país 8.402.300 residentes.

Se podría pensar que aquellos argentinos que viajan al exterior demandan divisas para sus gastos. Pero la mayoría prefiere pagar sus consumos con tarjeta y luego cancelar el resumen con dólares propios para evitar el recargo del 30% sobre el oficial.

La situación de los arbolitos se agravó con la salida del cepo. Sucede que desde el 14 abril se pueden adquirir dólares al tipo de cambio oficial por homebanking. Es la opción más elegida hasta ahora, en un contexto en que si bien hoy el blue se ubica por debajo del oficial ($1.160 vs $ 1.200), la brecha se mantiene en torno al 3%. De esta manera, hay poco incentivo para recurrir al billete informal.

Según datos del Banco Central, en abril un millón de personas compraron USD 2.048 millones, mientras que 309.000 vendieron por USD 111 millones.

En tanto, los egresos netos de Viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta sumaron los USD 863 millones en abril. Y en el acumulado desde enero de 2024 se contabilizan USD 9.301 millones. Los datos surgen de registros “base caja” del BCRA, recopilados por el economista Amílcar Collante.

Walter, de 76 años y nacionalidad peruana, trabaja para una casa de cambio en Lavalle y Florida desde 2011. Como no tiene jubilación, trata de tener esta “changa” para sobrevivir. Sin embargo, admite que “está muy difícil, está para morir la calle y hay días que no se compra ni se vende nada”. Aseguró además que el declive se profundizó en los últimos tres meses. A la par, la cotización se desplomó: en julio de 2024 había llegado a los $1.500.

“No hay turismo como había antes”, explica y menciona que previamente sus clientes eran más que nada brasileños.

A unos metros estaba Domingo. Llegó de Venezuela hace dos años y además de tener un empleo formal vinculado al diseño gráfico, busca hacerse de un dinero extra en su tiempo libre con la compraventa de dólar blue ya que llega a fin de mes “con lo justo”. “Bajó la demanda pero en verano hubo más movimiento de turistas de Brasil, Uruguay y Chile”, relató. Los compradores argentinos escasean.

Recordaba también que cuando la divisa valía $500 ganaba hasta 1 millón de pesos mensuales, mientras que ahora apenas alcanza los $500.000.

Emilio, de 48 años, definió: “Un desastre desde que asumió Milei la actividad”. Antes tenía clientes de Uruguay, Chile, Paraguay, EE.UU y Europa. En la actualidad, los pocos que se acercan venden montos pequeños, no más de USD 200. Empezó a ser “arbolito” en la pandemia, momento en el que quedó desempleado. Cuenta que ahora, con su edad, nadie lo quiere tomar.

Por su parte, Hugo, quien tiene una oficina de cambio hace más de 40 años, sostuvo que su negocio está “bastante planchado” y que compra más de lo que vende porque “la gente no tiene dinero disponible y cambia para pagar gastos”. Aunque la salida del cepo influyó algo, ya venía mal desde hace varios meses.

Afirma que está viendo un panorama sin precedentes en las cuatro décadas que se dedica a esta actividad, periodo en el cual se vivieron momentos de alta inestabilidad cambiaria y alternancias entre regímenes de tipo de cambio fijo, flotante y administrado.

Cree que el amesetamiento va a continuar y apunta que muchos en el sector consideran reiventarse pero les resulta difícil. “Por el momento, se está apostando a una mayor publicidad”.

A su turno, Tadeo, quien es administrador y trabaja para varias casas de cambio, dijo: “En los últimos seis meses bajó bastante la cantidad de operaciones diarias. Además de que hay menos extranjeros, se usan más tarjetas o billeteras virtuales que efectivo”. Añadió que la compraventa de oro, cuyo precio está en máximos históricos, se mueve más que la de dólar.

En tanto, Mauro, operador bursátil y cambiario, indica que “prácticamente no hay personas físicas operando como en otras épocas, y ahora que se pueden depositar hasta $10 millones por mes sin que el banco denuncie la transacción ante ARCA y la Unidad de Información Financiera (UIF), hay un blanqueo masivo de la economía en negro o gris que le permite a cualquiera acceder al dólar oficial con mucha facilidad. Y eso se empieza a notar”.

“Para los cambistas, lo que hizo el gobierno fue un golpe muy fuerte. Habrá que migrar a otros negocios. Se está comentando la idea de ofrecer financiamiento en dólares a clientes”, añadió.

Y concluyó: “Con el kirchnerismo dejaba mas guita el cambio por la brecha. Más de uno los debe de extrañar”.