REGRESA A YUCATÁN FRISO MAYA DE MÁS DE MIL AÑOS Sol Yucatán
- Tras casi cuatro décadas en manos privadas, la pieza arqueológica originaria de la región Puuc será devuelta a su lugar de origen; aún se desconoce si fue saqueada.
Redacción/Sol Yucatán
Una valiosa pieza arqueológica maya, con más de mil años de antigüedad y originaria de la región Puuc, zona que abarca el sur de Yucatán y el norte de Campeche—, será finalmente repatriada a México luego de haber permanecido en Estados Unidos durante casi cuatro décadas, sin que hasta el momento se tenga claridad sobre su forma de salida del país.
Se trata de un friso de piedra caliza de 119 centímetros de largo por 53 de alto, labrado durante el periodo Clásico maya (600-900 d.C.), que muestra a una figura masculina ataviada con un elaborado tocado, máscara y taparrabos, en una pose que sugiere diálogo con otra figura, ahora desaparecida. La pieza habría formado parte de un templo o edificio prehispánico y fue localizada en manos de la familia Sullivan, reconocidos filántropos de Chicago, quienes la mantuvieron en su finca desde 1988.
Aunque la familia nunca fue propietaria legal de la pieza —ni el Museo Nacional de Arte Mexicano de Chicago, que facilitó el proceso de retorno—, fue hasta el 27 de febrero de este año que los herederos de Jeanne y Joseph Sullivan decidieron entregarla a dicho museo para que inicie su camino de regreso a México. Durante el próximo año, la pieza estará en exhibición en esa institución estadounidense como parte de un programa educativo sobre la repatriación de bienes culturales.
La historia del friso incluye múltiples etapas. Antes de llegar a los Sullivan, estuvo en la colección privada del inventor Lester Wolfe, pasó por el Museo de Brooklyn entre 1966 y 1977, se exhibió en la Universidad de Notre Dame y en el Instituto de Arte de Chicago, hasta llegar finalmente a manos de un comerciante de arte, quien la vendió a los Sullivan en 1988.
En el acto oficial de entrega realizado esta semana en Chicago, Diego Prieto Hernández, director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), subrayó la relevancia de este gesto como parte de la política de recuperación del patrimonio nacional. “Queremos que esta pieza regrese a donde pertenece: a México, y particularmente a la región de donde es originaria. Es una acción que honra nuestra historia y nuestra cultura”, señaló.
Por su parte, Cesáreo Moreno, director del Museo Nacional de Arte Mexicano, indicó que la repatriación se logró con base en la buena voluntad de los herederos y el compromiso institucional por reconocer el valor del patrimonio cultural en sus comunidades de origen. “Esta no es una devolución forzada. Es parte de una creciente conciencia sobre la importancia de respetar y restituir los bienes que pertenecen a otras culturas”, afirmó.
Aunque no se ha determinado si la pieza salió ilegalmente de México, las autoridades culturales insisten en que continuará la investigación y que el friso será llevado, una vez cumplido el periodo de exhibición en Chicago, a un museo del sureste del país, probablemente en Campeche o Yucatán, para su resguardo definitivo.
La repatriación ocurre en un momento en que México intensifica sus esfuerzos diplomáticos y legales para recuperar piezas saqueadas o adquiridas de forma irregular, muchas de las cuales han terminado en colecciones privadas de Europa y Estados Unidos.
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