Aumentan extorsiones en Toluca, bajo el mandato de Ricardo Moreno Excelsior

Raúl Flores Martínez A tan solo cuatro meses y medio del inicio de la administración del presidente municipal Ricardo Moreno Bastida, la capital mexiquense enfrenta una preocupante alza en los casos de extorsión, evidenciando la falta de acciones efectivas en materia de seguridad y prevención del delito por parte del actual gobierno local.
De acuerdo con cifras oficiales del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), entre enero y mayo se abrieron 78 carpetas de investigación por extorsión en Toluca, lo que posiciona al municipio como el más afectado por este delito en todo el Estado de México, al concentrar casi el 15 por ciento de todas las denuncias presentadas en la entidad.
Este crecimiento representa un incremento de más del 20 por ciento respecto a los últimos dos meses de la gestión de Juan Maccise Naime, exalcalde priista, y revela un inicio de gestión alarmante para Moreno Bastida.
 Aún más preocupante, si se compara con el trienio encabezado por Juan Rodolfo Sánchez Gómez, las extorsiones han subido casi un 50 por ciento, reflejando una tendencia de deterioro sostenido en la seguridad local.
Pese a que Toluca ya venía registrando incidentes de extorsión en años anteriores, las cifras actuales apuntan a una profundización del problema bajo la actual administración, sin que hasta el momento se hayan observado medidas contundentes para contener la situación.
Las consecuencias son palpables, comerciantes han cerrado sus negocios y familias han abandonado sus hogares por temor a represalias, desplazamientos que reflejan el clima de inseguridad que permea en las calles del municipio.
Las modalidades de extorsión son variadas y cada vez más sofisticadas: llamadas telefónicas que simulan emergencias familiares, amenazas de secuestro, engaños sobre premios inexistentes, intimidaciones con supuesta información comprometedora, e incluso suplantación de identidad de grupos criminales o autodefensas.
 En muchos casos, las víctimas son presionadas para realizar depósitos, transferencias o compras de tarjetas prepagadas.
A pesar de la gravedad de la situación, el gobierno municipal de Ricardo Moreno ha mostrado una preocupante pasividad y falta de estrategias claras para frenar esta ola delictiva.
 No se han anunciado operativos especiales ni campañas de prevención visibles, lo que deja a la ciudadanía en un estado de vulnerabilidad constante.
Frente a un delito que puede ser castigado con hasta prisión vitalicia en el Estado de México, la ausencia de liderazgo firme y coordinación efectiva con autoridades estatales y federales no solo pone en entredicho la capacidad del ayuntamiento, sino que pone en riesgo la paz y seguridad de miles de toluqueños.
Las cifras son claras, y mientras no se tomen acciones decididas, Toluca continuará escalando en las estadísticas de inseguridad, lo que lleva a la administración de Moreno Bastida a enfrentar una crisis de confianza que lo lleva a ser el peor gobierno en la historia de la capital mexiquense.
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