Laura Bozzo suelta gritos al escuchar los nombres de Gabriel Soto y Geraldine Bazán SDP Noticias
ue tiene Laura Bozzo, de 73 años de edad, no soportó la presión y soltó de gritos al ser cuestionada por los medios sobre su pleito legal con Gabriel Soto, ex esposo de Geraldine Bazán.
Tras su salida de La Casa de los Famosos All Stars, Laura Bozzo volvió a participar en un evento público, donde tuvo un encontronazo con la prensa.
Y es que, al escuchar el nombre de Gabriel Soto, Laura Bozzo perdió el control pues se ha difundido que la sentencia en su contra ya es definitiva: deberá pagarle 2 millones de pesos por daño moral, según determinó el juez.
¡Laura Bozzo estalla contra la prensa y se va a gritos!
“¡Que me dejen de preguntar mamadas, por favor!”, gritó Laura Bozzo cuando los reporteros insistieron en preguntarle sobre el fallo legal.
La conductora intentó escapar de los periodistas, pero la imposibilidad de huir la hizo estallar, pegando de gritos para que la dejaran en paz.
Hace apenas días, Laura Bozzo le dijo al periodista Gustavo Adolfo Infante que no pensaba pagarle “ni un peso” a Gabriel Soto -de 50 años- ni a Irina Baeva -de 32 años-.
Pero al parecer, la realidad legal la alcanzó y la hizo cambiar de tono.
Los reporteros insistieron en preguntarle si ya fue notificada oficialmente sobre la millonaria condena.
Laura Bozzo ya no respondió, solo se enojó, se frustró y comenzó a gritar para intentar ahuyentar a la prensa.
La sentencia es definitiva e inapelable: Abogado de Gabriel soto
La resolución del juez es clara: Laura debe pagarle a Gabriel Soto e Irina Baeva los 2 millones.
Según el abogado Gustavo Herrera, representante legal de Gabriel Soto, Laura Bozzo tiene cinco días para pagar voluntariamente.
Si la conductora originaria de Peru se niega, procederán al embargo de sus bienes. Esto incluye su marca y derechos.
Y es que, el abogado del actor, subrayó que la sentencia es definitiva e inapelable.
Si Bozzo se niega a pagar, advirtió el abogado, podrían confiscarle su sueldo o embargarle propiedades.
La demanda original fue por haber dañado su imagen con declaraciones sin pruebas durante programas y entrevistas.
