Pelotero cubano Orestes Kindelán y sus 30 jonrones: La estafa del bate de aluminio Swingcompleto.com
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El pelotero cubano Orestes Kindelán cedió entrevista al canal de YouTube WajirosPodcast donde, entre otros temas, insiste en validar sus jonrones en los torneos del Inder, como si alguien pusiera en duda que esos jonrones ocurrieron.
Los 487 jonrones del pelotero cubano Orestes Kindelán son un hecho
Estadísticamente hablando, Kindelán es el dueño absoluto de los cuadrangulares en Cuba, con 487 de estos, repartidos a lo largo de una carrera de 21 años, con igual cantidad de Series Nacionales, 14 Selectivas y dos Copas Revolución.
Con más de dos mil hits (2030), increíble línea ofensiva de .313/.431/.600 (AVE/OBP/SLG) y 1.511 carreras impulsadas, el también conocido como “Tambor Mayor” fue un slugger en todo el sentido de la palabra, que además batea por encima de los .300 de promedio.
No cabe la menor duda, ni es lógico, disimular u obviar los números que dejó Kindelán en los eventos locales, incluso con mayor éxito en la arena internacional vistiendo el uniforme de los Equipos Cuba.
Kindelán lo sabe, pero le molesta el dato que llevan esas estadísticas consigo: de esos 21 años, 19 fueron usando el bate de aluminio que deformó el béisbol cubano y rompió el equilibrio entre ofensiva y pitcheo, a favor de los bateadores.
La mencionada entrevista al pelotero cubano Orestes Kindelán
La entrevista, de poco más de 30 minutos, se mueve alrededor de un Orestes Kindelán habitual, arrogante y despechado.
Kindelán frases que impactan como:
“Lo que tienen que decir es que yo tuve más suerte que otros y di más jonrones”.
“No tienen que decir que los di con aluminio…los demás con que jugaban”.
“Si me van a minimizar a mí, que fui el primero, no quiero saber de los que están atrás de mi”.
“Hay peloteros que comentan… ¿si estabas al lado mío porque no me quitaste y te pusiste tú? Es porque eras más malo que yo”.
Kindelán se niega a responder la pregunta de cuál pitcher fue el más difícil, de hecho, asegura que: “los (lanzadores) que tenían mi edad, yo me sentía superior”.
“La mayoría siempre bateó menos que yo”.
O el dolor oculto de: “jugado toda tu vida de jamón, perdido toda tu juventud jugando pelota, pasando trabajo en la Serie Nacional”.
Serie Selectiva de 1986 y los famosos 30 jonrones
Orestes Kindelán fue el 1er pelotero cubano con 30 jonrones en un torneo del Inder, al despachar esa cifra exacta en la Serie Selectiva de 1986, una hazaña ampliamente divulgada y celebrada en su momento.
Este ejemplo, por usar uno de los tantos, sirve para recordarle un par de datos al “Tambor Mayor”: 29 peloteros promediaron .310 o más, mientras que el líder de los bateadores fue Amado Zamora con increíble .390, seguido por Víctor Mesa .383 y Antonio González .371.
En ese evento de los siete equipos que enfrentó Kindelán, Las Villas, Mineros y Agropecuarios NO tuvieron lanzadores con menos de 4 carreras limpias por juego.
De hecho, de 86 pitchers que vieron acción en la Selectiva de 1986 solo 20 promediaron por debajo de 4.00 de efectividad. El promedio de bateo del evento fue .295, con 493 jonrones en 17459 turnos oficiales (1 bambinazo cada 35.41 VB), mientras que el promedio de limpias total fue de 4.95.
Este ejercicio estadístico se puede hacer con cualquier evento que se haya jugado en la ausencia del bate de madera y los resultados serán prácticamente idénticos.
Kindelán, sin dudas, el bate de aluminio era un abuso contra los pitchers, así que celebre sus jonrones y viva orgullosos de ellos, igual acepte que le tocó darlos con un implemento amateur que desproporcionó la ofensiva, a la vez que repetir que “en todas las provincias había pitchers de calidad” no coincide con lo que dicen los números.
A lo mejor había pitchers buenos, pero contra bate de aluminio solo los excepcionales sacaban outs con relativa facilidad.
Seamos justos y paremos de engañar a las nuevas generaciones de aficionados. Llamar las cosas por su nombre no es criticar y la polémica bate de alumnio vs bate de madera termina siempre de la misma manera: amateurs vs profesionales.
Sin más por ahora,
Daniel de Malas Andreu
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