Maternidad elegida Excelsior

Ayer ocurrió en México una celebración de índole principalmente comercial, el Día de las Madres.
Los comerciantes la fomentan para vender toda clase de regalos, así como los restauranteros hacen de esta celebración un negocio que quizá sea el más importante del año.
 Al margen del asunto me quiero referir al tema de la maternidad desde el punto de vista sanitario; en este espacio he mencionado en múltiples ocasiones los vaivenes que hemos tenido como país en la lucha contra el terrible fenómeno de la muerte materna, que significa, en pocas palabras, las muertes ocurridas durante la gestación, sin contar con las provocadas por violencia o accidentes.
Todas y todos los que hemos trabajado en el tema nos hemos percatado de lo difícil que resulta para sociedades con nuestro nivel de desarrollo el abatimiento de las cifras de mortalidad materna, y la razón principal está en relación con la interrelación del fenómeno con múltiples condicionantes sociales como la inequidad de género o la falta de recursos elementales.
Es frecuente apreciar que el compañero de la mujer gestante no le atribuye importancia al cuidado de la salud a lo largo de la gestación, lo que provoca complicaciones a veces fatales; y también es muy frecuente, cuando le ponemos la lupa a un caso concreto, poder apreciar que la carencia de una forma de trasladar a la mujer con una complicación le provoca la muerte.
Entonces es un fenómeno multifacético, que abarca condiciones económicas y culturales difíciles de modificar, pero desde luego también influye el aspecto técnico-médico del cuidado de la persona con capacidad de gestar para otorgarle las mejores condiciones posibles en nuestro sistema de salud.
Leo con gusto el Protocolo Nacional de Atención Médica del gobierno de la República, que en relación con los primeros mil días de vida, que por cierto abarcan los 270 días del embarazo, propone una serie de acciones sistemáticas, sensatas, lógicas y fundamentadas en la ciencia médica.
Se proponen consultas prenatales con fechas específicas, exámenes acordes con la medicina contemporánea, se incluye el tamiz metabólico para la detección oportuna de la diabetes gestacional, se sugieren tres ultrasonidos como base elemental del cuidado, se menciona el esquema de vacunación mínimo indispensable, así como una guía nutricional básica.
También incluye una orientación obligatoria en lactancia al seno materno.
Se propone en el documento una calificación numérica del riesgo del embarazo, que, si bien es cierto, la experiencia de muchos años nos ha demostrado que dichas calificaciones también pueden ser contraproducentes, por lo que es fundamental entender que servirá también para que todas las mujeres puedan elegir el momento ideal en el que desean convertirse en madres.
Para el momento de la resolución del embarazo se mencionan también las condiciones mínimas indispensables para lograr obtener a una recién nacida sana, favoreciendo en todo momento las mejores condiciones para su desarrollo posterior, hasta los dos primeros años.
La verdad es que contar con un documento base tan centrado, sensato y bien estructurado nos da esperanza de poder retomar el camino de la disminución de la mortalidad materna, que, por supuesto, se afectó gravemente durante la administración previa por muchas razones, entre las que podemos mencionar la pandemia.
Columnista: Raymundo Canales de la FuenteImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0