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Por Aliber López
“Zedillo y Calderón privatizaron y abarataron las pensiones laborales”
“El ladrón siempre grita: ¡Al ladrón, al ladrón!”
“La reforma legislativa es para mejorar las pensiones”
Las pensiones de los trabajadores dependientes del IMSS (Instituto Mexicano del Seguro Social), antes de 1997, se garantizaban con cotizaciones de los trabajadores, con aportaciones del IMSS y de la iniciativa privada; recuerdo que en los años “60s” y “70s”, ellos se podían jubilar hasta con 25 salarios mínimos y siempre con el 100 % de los salarios que devengaban en su último año de trabajo. Los trabajadores al servicio del Estado Mexicano nos jubilábamos con aportaciones propias, del ISSSTE (Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado), cuando este organismo si atendía con calidad a los trabajadores del Estado, con el respaldo del Estado Mexicano; generalmente con el promedio salarial de los últimos 3 años y ya en los años “80s.”, fijaron un tope del 100 % del salario en su último año trabajade, siempre y cuando no se rebasaran, 10 Salarios Mínimos del D.F.
Gracias a los cambios constitucionales que se realizaron en 1997 y 2007 por los gobiernos de Ernesto Zedillo Ponce de León y Felipe Calderón Hinojosa, respectivamente, el Estado Mexicano dejó de ser garante de las pensiones y los trabajadores se convirtieron en sus propios patrones, responsables del tamaño de sus pensiones, pero manejadas sus ahorros por bancos privados bajo el nombre de AFORES (Administradores de Fondos para el Retiro). Dicho de otra manera, los ahorros de los trabajadores de IMSS e ISSSTE, que antes eran manejados por el Gobierno que era garante de las pensiones a los 30 años de labores, fueron privatizadas por los gobiernos neoliberales y entregadas a los bancos mexicanos y extranjeros, quienes en cualquier momento se pueden declarar en quiebra y no responder ante los trabajadores, comprometiéndose solo a entregar pensiones de 30 ó 40 % de los salarios que se tengan al momento de la jubilación.
La reforma realizada por el poder legislativo hace unos días y que deberá ratificarla el Senado de la República, consiste en la conformación de una reserva financiera que se integrará con fondos de trabajadores que en 6 años o más no han tenido movilidad financiera y que las Aforadoras debieran regresar al IMSS-Bienestar porque ellos, los bancos nacionales y extranjeros se están beneficiando con su manejo financiero al no cumplir con la ley y entregarlos al IMSS-Bienestar; también se sumarán otros fondos con ingresos de empresas paraestatales, con la finalidad de mejorar las pensiones que reciban los trabajadores, hasta en 70 %.
Quienes “gritan” (el ladrón siempre grita: ¡Al Ladrón! ¡Al ladrón!), dándose golpes de pecho como defensores de los trabajadores, que el gobierno se va a “robar” (son como pitonisas) el dinero de los trabajadores, son los que aprobaron el robo multibillonario en despoblado, que significó la privatización de las pensiones en 1997 y 2007. Se salvaron del atraco, aunque después inventaron las UMA (Unidades de Medida Administrativa) para achicar los salarios mínimos, los trabajadores del ISSSTE que decidieron jubilarse con el “Décimo Transitorio” que garantiza (o garantizaba) una jubilación con el 100 % del salario siempre y cuando éste no rebase los 10 salarios mínimos del DF. Pero del 2007 a la fecha, los maestros y otros empleados federales que han ingresado al servicio del Estado, solo se pueden jubilar mediante “Cuentas Individuales” que les manejan las aforadoras (Bancos nacionales y extranjeros) y que garantizan pensiones a los 30 años de servicios de solo un 50 %, o menor porcentaje de pensión.
Las pensiones solo son una parte del botín que, los neoliberales prianistas, estos sí, se robaron desde el poder, los teléfonos, las industrias mineras, las siderúrgicas, los ferrocarriles, las playas, las comunicaciones, los ingenios, la energía eléctrica y el petróleo, entre muchos otros fideicomisos y bienes de la nación que privatizaron. El actual gobierno solo está rescatando de manos privadas un poco del gran desfalco a la nación que, desde el gobierno de Carlos Salinas de Gortari, hasta el de Enrique Peña Nieto, se realizó.
