SEGEY ignora el creciente consumo de drogas en secundarias del oriente Sol Yucatán
- Mientras la Secretaría de Educación mantiene silencio y presume programas preventivos, en planteles del oriente los estudiantes consumen marihuana y vapeadores dentro de las aulas ante la falta de vigilancia y protocolos efectivos.
Redacción/Sol Yucatán
Valladolid.- El consumo de drogas y cigarros electrónicos entre alumnos de nivel secundaria en el oriente de Yucatán ha encendido las alarmas de padres y docentes, quienes aseguran que el problema crece cada ciclo escolar ante la indiferencia de la Secretaría de Educación del Estado (SEGEY).
En varios planteles, como la Escuela Secundaria Técnica de Valladolid, los maestros reconocen que es prácticamente imposible controlar el ingreso de vapeadores y otras sustancias, ya que no existen medidas de revisión ni estrategias preventivas formales.
Los estudiantes ingresan con facilidad estos dispositivos; algunos incluso los comercializan dentro de los planteles sin que haya sanciones claras.
“Ya no se trata solo de cigarros electrónicos, hay casos de jóvenes que consumen marihuana dentro o en los alrededores de la escuela, y nadie hace nada”, comentó un docente que pidió el anonimato por temor a represalias.
Padres de familia también han denunciado la falta de acciones concretas por parte de las autoridades educativas. La ausencia de programas como Operación Mochila, que en años anteriores ayudaba a detectar sustancias y objetos prohibidos, ha permitido que los casos se multipliquen sin control.
Mientras tanto, SEGEY mantiene su discurso de que las escuelas del estado son espacios seguros y que existen programas de prevención. Sin embargo, en la práctica, los maestros enfrentan solos el problema, sin apoyo psicológico, sin capacitaciones ni protocolos claros sobre cómo actuar ante una situación de consumo o venta dentro del plantel.
De acuerdo con testimonios recogidos por Sol Yucatán, las propias familias mencionan que algunos alumnos incluso comparten los dispositivos en los baños o durante los recesos, lo que ha generado preocupación por el riesgo de intoxicaciones y adicciones tempranas. La normalización del vapeo entre adolescentes se suma a una falta de orientación y seguimiento por parte de las autoridades educativas.
En municipios como Temozón, Tizimín y Chemax, la situación no es distinta: los jóvenes repiten los mismos patrones de consumo sin que existan campañas de información ni supervisión efectiva.
El silencio de SEGEY ante esta problemática evidencia la falta de compromiso con la salud y seguridad de los estudiantes.
La comunidad educativa exige acciones urgentes, la reactivación de Operación Mochila, programas de prevención reales y personal especializado que atienda de manera integral el creciente problema de adicciones en las escuelas públicas del oriente del estado.
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