México bajo el agua: las lluvias que exhibieron la desaparición del Estado Sol Yucatán
- El país se ahoga -literalmente- mientras el gobierno presume “coordinación” y “reuniones virtuales” desde la comodidad de una silla en Palacio Nacional
Por Noé Zavaleta/Grupo Sol Corporativo
Las lluvias históricas que golpearon el centro y sur de la República Mexicana dejaron al descubierto una verdad dolorosa: no hay estrategias, coordinación, no hay FONDEN, no hay liderazgo. Solo hay un país inundado y una presidenta que atiende las tragedias por Zoom.
Lo que pasó este fin de semana fue la crónica de una tragedia anunciada, durante toda la semana, los sistemas meteorológicos “Jerry”, “Priscilla” y el disturbio tropical 90E provocaron intensas precipitaciones en al menos cinco estados: Veracruz, Hidalgo, Puebla, Querétaro y San Luis Potosí.
El saldo hasta el último reporte oficial asciende a 44 muertos, 27 desaparecidos y más de 139 municipios afectados.
La tormenta “Raymond” en su fase más destructiva, no sorprendió a nadie. Fue anticipada con varios días de margen por los servicios meteorológicos. Pero el gobierno no hizo nada. Ni evacuaciones preventivas, ni alertas de emergencia, ni coordinación real con los estados.
Una tragedia que pudo evitarse terminó convertida en catástrofe nacional.
Veracruz: el epicentro del desastre
Veracruz, el estado más golpeado, donde hasta este escrito, 18 personas perdieron la vida y 55 municipios quedaron bajo el agua. Poza Rica, Álamo Temapache y Tuxpan fueron los rostros del desastre: casas cubiertas por más de dos metros de agua, familias atrapadas en los techos y miles de animales arrastrados por el desbordamiento del río Cazones.
La CFE reportó 130 mil usuarios sin luz, 25 carreteras dañadas y 42 comunidades con acceso limitado.
Mientras tanto, la gobernadora Rocío Nahle minimizó los hechos: “Se desbordó ligeramente el río”, dijo, mientras las imágenes mostraban ciudades enteras anegadas y gente clamando auxilio.
La respuesta fue tardía, improvisada y desorganizada. Y lo peor: sin recursos. Porque el Gobierno del Estado de Veracruz se quedó sin cobertura de seguros catastróficos por fenómenos meteorológicos, pues no se renovó la póliza, creando una nueva aseguradora estatal, de la cual aún no se define su cobertura, todo esto en medio de las recientes afectaciones por las lluvias.
Hidalgo: comunidades sepultadas y abandono total
En Hidalgo, 16 personas murieron y 150 comunidades quedaron incomunicadas.
En Itztamichapa, comunidad indígena del municipio de Tlahuiltepa, el lodo sepultó casas completas. Sin electricidad, sin caminos y sin presencia del gobierno federal, los pobladores sobreviven con lo poco que les quedó.
La SEMAR envió brigadas, pero las labores comenzaron días después del desastre. Los testimonios de los sobrevivientes son demoledores: “Nos dijeron que el Ejército venía, pero nunca llegó”.
Ni Plan DN-III, ni rescates coordinados, ni ayuda real. Las víctimas quedaron atrapadas entre la lluvia y la burocracia.
Puebla: el puente roto del olvido
En Puebla, las lluvias destruyeron carreteras, viviendas y un hospital en la Sierra Norte.
En Pahuatlán, el río San Marcos se llevó un puente entero, dejando comunidades enteras aisladas. El saldo: nueve muertos, 37 municipios afectados, 13 carreteras bloqueadas y miles de damnificados.
El gobierno estatal improvisó albergues, pero sin insumos ni apoyo federal.
Mientras los ríos crecían, Claudia Sheinbaum encabezaba una “reunión de evaluación” desde Palacio Nacional… por videollamada.
En otros tiempos, los presidentes recorrían las zonas afectadas, se metían al lodo con la gente.
Hoy, la presidenta ni siquiera se atreve a ensuciarse los zapatos.
Querétaro: la excepción que confirma el desastre
A diferencia de los gobiernos morenistas, Querétaro reaccionó con rapidez. El gobernador Mauricio Kuri desplegó equipos de emergencia en la Sierra Gorda, activó un puente aéreo y coordinó la entrega de víveres a las comunidades incomunicadas.
El saldo fue de una sola víctima mortal, gracias a una respuesta inmediata y coordinada. Mientras los demás estados esperaban instrucciones de la federación, Querétaro actuó. La diferencia no fue el clima: fue el liderazgo. Y eso se notó en los resultados.
Jalisco: la perla de occidente que logró menguar estar bajo el agua
En las costas de Jalisco, se reportaron inundaciones en distintas colonias de Puerto Vallarta, con niveles de agua de hasta un metro en algunas zonas.
Las fuertes precipitaciones comenzaron desde las 21:00 horas del sábado y se prolongaron durante toda la noche y madrugada, por lo que ocasionaron que 7 canales se desbordaran y por ahora se reportan daños importantes en más de 300 casas y 300 vehículos.
Casi de manera inmediata se realizaron labores de apoyo, limpieza y auxilio. Protección Civil y Bomberos del Estado de Jalisco se han mantenido en operaciones, apoyando en tareas de evaluación y mitigación de riesgos.
El FONDEN: el fondo que fue eliminado por Morena
Antes que la 4T llegara a Palacio Nacional a gobernar, México contaba con un instrumento que, aunque no perfecto, funcionaba: el Fondo de Desastres Naturales (FONDEN).
Creado en 1996, este fideicomiso permitía liberar recursos de emergencia de forma inmediata para atender a la población afectada por fenómenos naturales.
Su objetivo no era repartir despensas o cobijas, sino reconstruir infraestructura esencial: escuelas, hospitales, carreteras, puentes, viviendas, redes de agua potable y drenaje.
Además, garantizaba apoyo inmediato a estados y municipios sin depender de la voluntad política del presidente en turno.
Cuando un huracán, terremoto o inundación azotaba el país, el FONDEN entraba en acción. Era un fondo técnico, con reglas claras y fondos asegurados. Y, sobre todo, significaba una cosa: certeza. La gente sabía que la ayuda llegaría.
Pero en 2021, Morena y López Obrador extinguieron el FONDEN junto con más de 100 fideicomisos públicos. Argumentaron que había corrupción y “malos manejos”.
La realidad fue otra: eliminaron los candados que impedían el uso discrecional de los recursos y concentraron todo el dinero en la Secretaría de Hacienda, bajo el control directo del Ejecutivo.
Desde entonces, no existe un fondo etiquetado ni una obligación legal de responder de inmediato ante una emergencia.
El resultado es el que hoy vemos: gobiernos locales sin recursos, burocracia paralizada y miles de damnificados esperando un apoyo que no llega. Desapareció el FONDEN… y con él, la posibilidad de reconstruir con dignidad.
Cada vida perdida representa la ausencia de un gobierno que prefirió eliminar los mecanismos de emergencia en lugar de fortalecerlos.
El país paga hoy el precio de esa decisión: un México bajo el agua, un pueblo abandonado y un gobierno que prefiere los discursos a la acción.
Mientras las familias rescatan lo poco que les queda, la presidenta presume reuniones virtuales. Un símbolo perfecto de la 4T: el poder desconectado del dolor de la gente.
Porque mientras México se ahoga, el gobierno flota… en su propia soberbia, condenando a los afectados y a los estados a mendigar apoyos federales o piden “cooperaciones” como si se tratara de ONG.
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