Cómo China impulsa sus coches eléctricos y trenes de alta velocidad Diario.mx

En China, la línea eléctrica de ultra alto voltaje más larga se extiende más de 2.000 millas desde el extremo noroeste hasta el populoso sudeste: el equivalente a transmitir electricidad desde Idaho a la ciudad de Nueva York.

La línea eléctrica comienza en un desierto remoto del noroeste de China, donde vastos conjuntos de paneles solares y turbinas eólicas generan electricidad a escala monumental. Serpentea hacia el sureste, siguiendo un antiguo río entre cordilleras, antes de llegar a la provincia de Anhui, cerca de Shanghái, hogar de 61 millones de personas y de algunos de los fabricantes de coches eléctricos y robots más exitosos de China.

Esa es una sola línea eléctrica. China tiene otras 41. Cada una es capaz de transportar más electricidad que cualquier línea de transmisión de servicios públicos en Estados Unidos. Esto se debe en parte a que China utiliza tecnología que hace que sus líneas sean mucho más eficientes que en casi cualquier otro lugar del mundo. La hazaña se debe a las ambiciosas políticas energéticas nacionales de China y al hecho de que pocos residentes a lo largo del recorrido de estas líneas se atreven a objetar, a pesar de que emiten electricidad estática que los lugareños dicen poder sentir al sostener una caña de pescar metálica.

"Siempre y cuando no pesques directamente debajo de los cables y evites que el sedal se enrede en ellos, básicamente está bien", dijo con naturalidad Shu Jie, un reparador de aire acondicionado, mostrando un pez de quince centímetros que acababa de pescar.

La adopción agresiva de tecnologías de energía limpia por parte de China , a un ritmo más rápido del que incluso su propio gobierno esperaba o planeaba, ha generado en el país una sed insaciable de electricidad. La mitad de los automóviles nuevos del país funcionan con baterías, y los 48.000 kilómetros de líneas ferroviarias de alta velocidad funcionan con electricidad. La energía eólica y solar proporcionaron más de una cuarta parte de la electricidad de China en abril, un hito del que pocos países pueden presumir.

Pero gran parte de esa energía limpia se produce en las soleadas y ventosas regiones del oeste y norte del país , lejos de la mayoría de sus habitantes y fábricas. Más del 90 % de los 1.400 millones de habitantes de China vive en el este, donde los días nublados, las noches sin viento y los ríos de caudal lento limitan el potencial de energía limpia. Por ello, para llevar la electricidad a donde más se necesita, China está modernizando urgentemente su red eléctrica.

Los planificadores centrales de Beijing, habiendo subestimado la rápida adopción de la energía solar y eólica en el país, están construyendo la primera red nacional de líneas de transmisión de energía de ultra alto voltaje del mundo.

La expansión de la red eléctrica de Beijing contrasta marcadamente con el enfoque “ perforar, perforar, perforar ” del Presidente Trump de duplicar el uso de combustibles fósiles y reducir los programas federales para estimular un mayor uso de energía limpia.

En julio, el Departamento de Energía rescindió su compromiso de otorgar una garantía de préstamo de 4.900 millones de dólares para la construcción de la línea eléctrica Grain Belt Express, que transportaría energía eólica desde Kansas a ciudades de Illinois e Indiana. Esta línea de ultraalta tensión de 1287 kilómetros, que habría cubierto una distancia menor que las docenas de líneas ya construidas en China, fue criticada por terratenientes rurales y legisladores republicanos.

Incluso antes de que Trump asumiera el cargo, otros proyectos de energía renovable en Estados Unidos tuvieron que esperar hasta 17 años para obtener permisos para líneas de transmisión de varios cientos de kilómetros de longitud.

Muchas de las líneas de ultra alto voltaje de China utilizan tecnología de corriente continua, lo que les permite transportar electricidad a largas distancias con apenas ninguna de las pérdidas de transmisión que afectan a la mayoría de las líneas de alta tensión en otros países.

Las líneas eléctricas más eficientes de China tienen amplias consecuencias para la lucha mundial contra el cambio climático. Ayudarán a determinar la rapidez con la que China puede reducir su consumo de carbón, líder mundial en el mundo, una mancha en su historial de energía limpia. China utiliza tanto carbón como el resto del mundo y emite más gases de efecto invernadero que Estados Unidos y la Unión Europea juntos.

La red eléctrica más avanzada está empezando a abordar un problema central que enfrentan los planificadores energéticos de China. En sus regiones occidentales, donde el clima es favorable para la energía solar, eólica e hidroeléctrica, China produce más energía renovable de la que puede utilizar.

Xi Jinping, el máximo líder de China, se fijó en 2020 el objetivo de triplicar la capacidad del país para generar energía eólica y solar para 2030. El país alcanzó esa marca el año pasado, seis años antes de lo previsto.

El gigante de transmisión eléctrica del gobierno, State Grid, fue tomado por sorpresa.

“State Grid es bueno construyendo cosas, pero no con seis años de anticipación”, dijo David Fishman, consultor de electricidad en Shanghai.

En los últimos meses, una décima parte de la capacidad eólica y solar de China no se ha utilizado, en parte porque la red no ha podido transportar toda la energía generada.

"Para mejorar la capacidad del sistema eléctrico de absorber nueva energía, debemos acelerar la construcción de proyectos de redes eléctricas que respalden nueva energía", dijo Du Zhongming, director de electricidad de la Administración Nacional de Energía de China, en una conferencia de prensa el año pasado.

China ya consume el doble de electricidad que Estados Unidos. Para 2050, China planea triplicar su número de rutas de ultra alto voltaje.

Los datos públicos chinos más recientes, de finales de 2024, mostraban 19 líneas que transmitían energía a 800 kilovoltios. Otras 22 líneas operaban a 1000 kilovoltios. Una de ellas, la gigantesca línea que termina en Guquan, transmite suficiente electricidad a 1100 kilovoltios para abastecer a más de siete millones de hogares estadounidenses o entre 40 y 50 millones de hogares chinos.

Para poner en perspectiva la magnitud del desarrollo de la red eléctrica china, considere que Estados Unidos cuenta con unas pocas líneas de 765 kilovoltios y unas cuantas de 500 kilovoltios o menos, según el Instituto de Investigación de Energía Eléctrica, un grupo de investigación sin fines de lucro. Las líneas de 765 kilovoltios suman en conjunto unas 2000 millas, la longitud de una sola línea que atraviesa China.

La Unión Soviética construyó una línea eléctrica en Asia Central diseñada para operar a 1150 kilovoltios. Sin embargo, utilizaba equipos menos potentes y no ha funcionado a plena capacidad durante décadas.

El desarrollo de las líneas de ultraalta tensión de China recibió un impulso en 2009, durante la crisis financiera mundial. El gobierno central aprobó enormes inversiones en su construcción para crear empleo y evitar una desaceleración económica. Los líderes chinos lanzaron ambiciosos planes para vehículos eléctricos y líneas ferroviarias de alta velocidad casi al mismo tiempo.

En marzo de 2011, la construcción de líneas de ultraalta tensión cobró mayor impulso tras la fusión parcial de tres reactores nucleares tras un terremoto y tsunami en Fukushima (Japón). Pekín retrasó muchos reactores nucleares proyectados cerca de ciudades y redobló los esfuerzos por construir líneas de transmisión desde zonas remotas.

La construcción de líneas eléctricas ha ayudado a China a reducir sus emisiones de contaminación atmosférica tóxica y gases de efecto invernadero. Un análisis de datos satelitales realizado por la Universidad de Chicago, publicado en agosto, reveló que la contaminación atmosférica en China se había desplomado un 41 % desde 2014. Esto aumentó casi dos años la esperanza de vida promedio del país.

Pekín, otrora famosa por su smog, dejó de quemar carbón para generar electricidad en 2020 y ahora depende en parte de la energía eólica suministrada desde cientos de kilómetros de distancia.

La red de ultraalta tensión de China ha ayudado al país a limitar su dependencia del petróleo y el gas natural importados, pero también ha creado nuevas vulnerabilidades. Gran parte del noroeste de China, donde se construyen muchas de las líneas, es montañosa. Como resultado, las líneas tuvieron que agruparse estrechamente, ya que bordean un único afluente del río Amarillo, propenso a inundaciones, que discurre entre cordilleras sísmicas desde Dunhuang hasta Lanzhou, en la provincia de Gansu.

Durante décadas, los países han hablado de construir líneas eléctricas similares a las de China. Les ha resultado difícil convencer a los habitantes de las rutas de que acepten líneas de alta tensión, y mucho menos de ultraalta tensión.

China puede construir más rápido gracias a su planificación industrial de arriba hacia abajo, el control gubernamental de la información y la intolerancia hacia la disidencia pública.

Algunos habitantes de la provincia de Anhui que viven cerca de la línea de ultra alto voltaje más larga de China dijeron que tenían reservas sobre la línea, aunque no intentaron detener su construcción.

La línea transporta principalmente energía solar y eólica, así como algo de energía generada a partir de carbón, desde el desierto de Gurbantünggüt en Xinjiang. Contribuye al suministro de electricidad a grandes ciudades del este de China, como Shanghái, Hangzhou y Nanjing.

Xu Shicai, administrador de una granja en Xuchong, una aldea cercana a líneas que pasan a menos de 30 metros de las casas, expresó su preocupación.

“Cuando sostienes un paraguas bajo la lluvia, saltan chispas y te sientes entumecido”, dijo. “Al pescar, es difícil sujetar la caña bajo los cables, ya que las manos se sienten muy entumecidas”.

El pequeño estanque de peces del pueblo se encuentra justo debajo del tendido eléctrico. Un cartel de "no pescar" muestra la caricatura de un esqueleto electrocutándose y la foto gráfica de un hombre con quemaduras graves, aparentemente electrocutado. Sin embargo, el Sr. Xu y otros residentes comentaron que esto no impidió que muchos aldeanos pescaran, ya que el estanque estaba muy cerca.

El Sr. Xu dijo que aceptó la línea eléctrica porque era un proyecto nacional importante, pero le preocupaba que pudiera ahuyentar a los visitantes. "Ya me he acostumbrado", dijo. "Pero, sinceramente, no queremos que se construyan más líneas aquí".