Receta de alfajores cubiertos de chocolate Excelsior

Eduardo Reyes La receta de alfajores cubiertos de chocolate es una de esas preparaciones que conquistan al paladar desde el primer bocado.
La mezcla de suavidad, dulzura y un toque de tradición se combinan en este postre que ha cruzado fronteras, ganándose un lugar en las mesas de América Latina y más allá.
Prepararlos en casa no solo es sencillo, sino también una forma de disfrutar de un postre clásico, pero con un toque casero.
 Cada mordida tiene un contraste único compuesto por galletas rellenas de dulce de leche y bañadas en chocolate que se derrite en la boca.
¿Cómo hacer alfajores cubiertos de leche?Ingredientes:10 galletas tipo María5 cucharadas de dulce de leche (o cajeta)1 taza de cobertura de chocolatePreparación:Coloca una cucharada de dulce de leche sobre 5 galletasLas otras 5 galletas colócalas sobre el dulce de leche como si fueras a formar un sandwichDerrite la cobertura de chocolate a baño María.
Una vez que la cobertura este semi líquida, sumerge los alfajores dentro del chocolate y colócalos sobre una bandeja con papel encerado.
 Mete la bandeja al refrigerador por 3 horas.
 Pasado el tiempo, saca los alfajores del refrigerador, sirve y disfruta.
 Alfajores: historia de una deliciaLos alfajores son un dulce tradicional conformado por dos galletas suaves que cubren un relleno, comúnmente dulce de leche, aunque existen variaciones con mermeladas o cremas.
Su origen se remonta a la influencia árabe en España durante la Edad Media, donde el término “al-hasú” hacía referencia a un dulce relleno.
Con la colonización, la receta viajó a América Latina y se adaptó a los ingredientes locales de cada región, transformándose en uno de los postres más representativos de países como Argentina, Perú, Uruguay.
 En Argentina, los alfajores adquirieron gran protagonismo y se convirtieron en un símbolo cultural de toda la nación.
El relleno de dulce de leche y la cobertura de chocolate o azúcar glass son hoy en día dos elementos inseparables de esta tradición repostera.
Sin embargo, cada región tiene su propia versión, por ejemplo, en Perú, los alfajores suelen llevar un relleno de manjar blanco y una cubierta espolvoreada de azúcar.
 La fama de los alfajores se debe no solo a su sabor, sino también a la carga cultural y emocional que representan para cada país.
Se han convertido en un regalo común, un recuerdo de viajes y un producto que conecta generaciones y tradiciones.
Además, la industria alimentaria ha sabido aprovechar esta popularidad, creando versiones comerciales que llegan a los supermercados de casi todo el mundo.
Aun así, los alfajores caseros siguen siendo los favoritos de todos, pues reflejan la esencia de la repostería hecha en casa, con un sabor único que difícilmente puede replicarse en producciones masivas.
Por todo lo anterior, los alfajores no solo son un postre, son un emblema de identidad gastronómica.
Representan la herencia de distintas culturas fusionadas y, al mismo tiempo, un deleite universal que encontró en Argentina el lugar perfecto para explotar su fama y su sabor.
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