La alergia a la carne roja causada por picaduras de garrapatas se está extendiendo en EU y el mundo Forbes

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La alergia a la carne roja causada por picaduras de garrapatas se está extendiendo en EU y el mundo

Horas después de saborear un gran filete a la parrilla en una hermosa tarde de verano, tu cuerpo se vuelve traidor, declarando la guerra a la misma comida que acabas de disfrutar. Empiezas a sentir picazón, dolor o incluso una inflamación insoportable que puede agravarse hasta el punto de requerir atención médica de emergencia.

El culpable no es una intoxicación alimentaria, sino las consecuencias de una picadura de garrapata que quizás hayas recibido meses antes y ni siquiera hayas notado.

Esta reacción alérgica retardada se denomina síndrome alfa-gal. Aunque comúnmente se le conoce como “alergia a la carne roja”, este apodo es engañoso, ya que el síndrome alfa-gal puede causar reacciones fuertes a muchos productos, más allá de la carne roja.

El síndrome también se está propagando rápidamente en Estados Unidos y en todo el mundo. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) estiman que hasta 450 mil personas en EU podrían padecerlo. Además, es transmitido por muchas más especies de garrapatas de las que la mayoría de la gente cree.

¿Qué es el síndrome alfa-gal?

El síndrome alfa-gal es, en realidad, una alergia a una molécula de azúcar con un nombre trabalenguas: galactosa-alfa-1,3-galactosa, abreviada como alfa-gal.

La molécula de alfa-gal está presente en los tejidos de la mayoría de los mamíferos, como vacas, cerdos, ciervos y conejos. Sin embargo, está ausente en los humanos.

Cuando una dosis alta de alfa-gal entra en el torrente sanguíneo a través de la picadura de una garrapata, puede provocar que el sistema inmunitario se sobrecargue y genere anticuerpos contra dicha molécula. Tras una exposición posterior a alimentos que contienen alfa-gal, el sistema inmunitario podría desencadenar una respuesta alérgica inapropiada.

A menudo, esta alergia se desencadena por el consumo de carne roja. Sin embargo, también puede surgir tras la exposición a otros productos de origen animal, como lácteos, gelatina (como el Jell-O o las gomitas), medicamentos e incluso algunos artículos de higiene personal.

La heparina, un fármaco utilizado para prevenir la coagulación durante cirugías, se extrae del intestino de cerdo y ha provocado reacciones peligrosas en algunas personas con este síndrome.

Una vez que se padece el síndrome alfa-gal, es posible superar la alergia si se modifica la dieta lo suficiente como para evitar nuevas reacciones durante algunos años y se previenen nuevas picaduras de garrapatas. Sin embargo, esto requiere tiempo y una vigilancia cuidadosa de los desencadenantes menos evidentes.

¿Por qué se diagnostica a más personas?

Como entomólogo que estudia los insectos y las enfermedades que transmiten, lo que encuentro alarmante es la rapidez con la que esta alergia se está extendiendo por todo el mundo.

Hace varios años, los expertos pensaban que el síndrome alfa-gal estaba limitado principalmente al sureste de EU, ya que se asociaba con el área geográfica de la garrapata estrella solitaria.

Sin embargo, informes locales y globales han identificado muchas especies diferentes de garrapatas en seis continentes capaces de causar esta afección, incluida la prolífica garrapata de patas negras o garrapata del ciervo, que también transmite la enfermedad de Lyme.

Estas garrapatas acechan en patios y parques urbanos, así como en bosques, donde pueden adherirse sigilosamente a los excursionistas al entrar en contacto con vegetación infestada. A medida que aumentan las poblaciones de garrapatas, junto con las de ciervos y humanos, el número de casos de síndrome alfa-gal sigue creciendo.

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¿Por qué se culpa a las garrapatas del síndrome alfa-gal?

Existen varias teorías sobre cómo una picadura de garrapata desencadena el síndrome alfa-gal y por qué solo una pequeña proporción de las personas picadas desarrolla la alergia. Para comprender estas teorías, es útil conocer qué ocurre cuando una garrapata empieza a alimentarse.

Cuando una garrapata te encuentra, suele buscar una zona cálida y oscura donde adherirse a tu cuerpo. Luego, con sus dientes serrados, te roen la piel con rápidos movimientos en forma de sierra.

A medida que profundiza, la garrapata despliega un tubo de alimentación con púas, similar a una plataforma de perforación en miniatura, y secreta un “cemento biológico” que fija su cabeza en el túnel. Una vez anclada, comienza a bombear saliva, que contiene anestésicos, anticoagulantes y, a veces, azúcares como la alfa-gal, para poder alimentarse sin ser detectada durante horas o incluso días.

Una teoría sugiere que la gran cantidad de saliva inyectada activa una fuerte respuesta inmunitaria. Otra apunta al daño en la piel y la posible regurgitación del contenido estomacal de la garrapata. También es posible que se trate de una combinación de estos y otros factores. La ciencia aún lo investiga.

La reacciones alérgicas frecuentes y que hacer en tales casos

La alergia no aparece de inmediato. Normalmente, entre uno y tres meses después de la picadura sensibilizante, la persona presenta su primera reacción, lo cual puede resultar desconcertante.

Los síntomas del síndrome alfa-gal varían desde urticaria o hinchazón hasta dolor abdominal severo, náuseas intensas o incluso un shock anafiláctico potencialmente mortal. Suelen aparecer entre dos y seis horas después de consumir un producto cárnico con alfa-gal.

Sin embargo, debido a la falta de conocimiento general sobre esta alergia, el diagnóstico puede pasar desapercibido. Un estudio de 2022 reveló que el 42% de los profesionales de la salud en EU nunca había oído hablar del síndrome.

Hace una década, las personas podían tardar años en recibir un diagnóstico correcto. Hoy, es más rápido en zonas donde los médicos están familiarizados con el síndrome, pero aún puede requerir tiempo y múltiples consultas.

Lamentablemente, cada nueva picadura o exposición puede intensificar la alergia.

Si sospechas que padeces el síndrome alfa-gal, lo primero es hablar con tu médico y pedir un análisis de sangre que determine si tu sistema inmunitario reacciona al alfa-gal.

Si el resultado es positivo, la estrategia principal es evitar todos los productos alimenticios de origen mamífero, incluidos la leche y el queso, así como otros posibles desencadenantes, como nuevas picaduras de garrapatas.

Lee las etiquetas cuidadosamente. Algunos productos contienen aditivos como la carragenina, derivada de algas rojas, que puede contener alfa-gal.

En casos graves, las personas con esta alergia podrían necesitar llevar un EpiPen para prevenir un shock anafiláctico.

Los misterios que persisten

Desde que se documentó formalmente el síndrome alfa-gal a principios de la década del 2000, la ciencia ha avanzado mucho en su comprensión. Se ha confirmado su relación con picaduras específicas y se ha encontrado que quienes lo padecen pueden tener un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, incluso sin síntomas alérgicos.

Pero aún quedan muchas incógnitas.

Los investigadores continúan estudiando cómo la picadura de garrapata engaña al sistema inmunitario humano y por qué solo ciertas personas desarrollan la alergia. Con el creciente interés público, la próxima década podría traer importantes avances en prevención, diagnóstico y tratamiento.

Por ahora, la próxima vez que pasees por el bosque o entre hierba alta, revisa tu cuerpo en busca de garrapatas, usa mangas y pantalones largos, y aplica repelente. Si te pica una garrapata, estate alerta a cualquier reacción inusual tras consumir carne o dulces con gelatina.

*Lee Rafuse Haines es Profesor asociado de investigación de Parasitología Molecular y Entomología Médica en la Universidad de Notre Dame.

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation

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