Morena, el daño le viene de fuera Excelsior

Aunado a la creciente guerra interna en Morena, no se puede dejar de lado el daño que a este movimiento le ha hecho su política como recolectores de desechos de otros partidos, especialmente de su tan odiado PRIAN.
Los morenitas puros reclaman las tajadas más grandes del pastel, faltaba más.
Después de todo ellos se la jugaron en la fundación del movimiento obradorista, aunque en su mayoría haya sido porque no tenía mejores opciones.
Como fundadores del partido que hoy gobierna el país, los puros se sienten con el derecho a quedarse con las mejores posiciones, pero no sólo luchan entre sí; enfrentan a una serie de personajes que no crecieron con ellos, pero que Andrés Manuel López Obrador les dio cobijo.
En todo el país se pueden ver gobernadores que hicieron su carrera en el PRI, sobre todo los de la zona norte, aunque también hay otros cuyos orígenes estuvieron en el desaparecido PRD.
Abundan los oportunistas, por supuesto, pero entre ellos destacan dos foxistas, que en su momento se aliaron para desaforar a López Obrador cuando era jefe de Gobierno del Distrito Federal y buscaba la Presidencia de la República.
En aquellos tiempos, el duranguense Manuel Espino, hoy diputado de Morena, fungía como líder nacional del PAN, mientras el sonorense Alfonso Durazo era el secretario particular de Vicente Fox.
Como líder panista, Espino recibió de manos de Durazo la solicitud de desafuero contra Andrés Manuel, quien había desacatado una orden judicial para devolver a sus dueños los terrenos en los que ilegalmente construyó la entrada directa a un hospital privado.
Ambos apoyaron la intención de Fox de meter a la cárcel al jefe de Gobierno, a fin de evitar que apareciera en las boletas de 2006; el plan falló, la figura del tabasqueño alcanzó las nubes.
Los diputados lo enjuiciaron para quitarle el fuero, y López Obrador estuvo dispuesto a ir a la cárcel, lo que preocupó al panismo; una foto de él tras las rejas, por abrir una calle para un hospital, lo haría mártir.
Aunque una simple fianza le permitiría llevar su juicio en libertad, no pensaba pagarla.
Sabía que si pisaba la cárcel, el pueblo lo catapultaría a la Presidencia de la República.
Ante ello, la entonces diputada local del PAN, Gabriela Cuevas —una de las más duras antiobradoristas— se presentó al juzgado a pagar los dos mil pesos de la fianza, lo que evitó la tan ansiada foto de Andrés Manuel tras las rejas.
El tabasqueño enfureció por tal acción, pero años después, cuando por fin llegó a la Presidencia en 2018, adoptó a Cuevas, que en ese momento presidía una asociación de congresistas del mundo; le lavó la cara, lo mismo que a Espino y a Durazo.
Junto con ellos, hay una larga lista de legisladores, alcaldes y gobernadores que están pudriendo a Morena por dentro, pues llevan el ADN priista en su sangre.
Ahí están los de Sinaloa, Colima, Nayarit, Tabasco, Oaxaca, Hidalgo, Tamaulipas y muchísimos más.
Esta lista se queda muy, pero muy corta ante el daño que ni los morenistas se podrían hacer entre sí; los que llegaron de fuera los van a acabar de destruir.
 CENTAVITOSPor cierto, Gabriela Cuevas, que después de ser diputada fue delegada del PAN en Miguel Hidalgo, es la encargada del gobierno de organizar el Mundial de Futbol en el que México será una de las tres sedes.
Y no es por sonar apátrida, pero cuando en otros países inicia la organización de la justa hasta cuatro años antes, aquí Gaby no sabe ni siquiera cuántos equipos van a venir a jugar en 2026.
Columnista: Adrián RuedaImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0