La nueva vida del centro de Saltillo. Las calles más viejas / 3 Vanguardia.com.mx

Hemos hablado de la calle Victoria, la otrora elegante arteria que por los años sesenta aún presumía de tener en sus comienzos, donde arranca en la de Allende, uno de los más grandes y hermosos edificios de Saltillo: aquel de cantera que alojó el Banco de Coahuila en la esquina de Victoria y con acceso por su lado sur en la calle de Juárez, el que en su momento fuera el más lujoso alojamiento para quien iba de paso o pasaba unos días en la ciudad para disfrutar de las agradables temperaturas ambientales y el buen clima de negocios.
Calle de bancos, templos, mesones, médicos, familias, cines, imprentas, escuelas, pianos y música, muebles, cartas, platerías, pastelillos, flores, nieve, paseo.
Todo eso y más fue la de Victoria el siglo pasado.
Ahí atendieron a sus pacientes los doctores Jesús Valdés Sánchez y Jorge Fuentes Aguirre, y componían o extraían muelas Fito Garza Cepeda y Marcelino Garza Villarreal.
En Victoria establecieron sus viviendas don Pablo Pérez (abuelo de los Garza Pérez), don Ramiro Guajardo, don Ismael Ramos, la familia Morelos Ochoa (don Gabriel Ochoa fundó el Cine Palacio), don Mariano Lomelí estableció familia y laboratorio, y posteriormente Ethel Sutton adaptó el inmueble para casa de asistencia, más tarde siendo Casa del Maestro, don Froylán Mier Narro estableció casa e imprenta.
TE PUEDE INTERESAR: La nueva vida del centro de Saltillo y la calle de Victoria (2)Al lado del Hotel Arizpe, don Guillermo y Socky Muller tenían la Platería Taxco.
No había mundo mejor para los niños que el de la panadería El Churumbel; los niños nos comíamos con los ojos los pastelillos antes de que le pusieran las tiras de cartulina a la charola de cartón para su envoltura.
El original Colegio Roberts tuvo edificio al lado del templo metodista y en él nació posteriormente la Preparatoria Julio Torri, origen y antecedente de la UANE.
En la tercera década del siglo, la tienda de pianos y música Wagner & Levien, Sucs.
, funcionaba en la esquina con Morelos y haciendo esquina con Mina, operó por un tiempo Correos de México, para poco después construir su edificio propio media cuadra más adelante.
La Mueblería Borja ocupaba la esquina con Acuña.
El inmigrante japonés, Luis Nakasima, había creado una fuerte tradición comercial basada en la venta de helados desde que estableció su primera nevería, “El Buen Gusto”, en la calle de Allende y cuando se cambió a un local más grande en la de Aldama.
Ahí se crearon famosos platillos con su exquisita nieve: los deliciosos e inolvidables Tres Marías, el Farolito, el Rasca Cielo y el Paricutín, este último constaba de seis bolas de nieve formando tres pisos a imitación de un volcán en plena erupción, simulada mediante un cuadrito de azúcar mojado con alcohol en la cima, al que ya en la mesa encendían con un cerillo.
Toda una magia.
De ahí el negocio se fue a la de Victoria y se convirtió en Florería y Nevería Nakasima, aunque la nevería se olvidó para siempre.
En las cercanías de Victoria, en la cuadra hacia Ramos Arizpe, la calle de Allende, otra de las más viejas calles de Saltillo, tiene hoy un intenso movimiento de peatones en las noches, todos los días de la semana.
Pueden disfrutarse, por ejemplo, unos ricos tacos de camarón o de chilaca acompañados de una cerveza en Puerta al Cielo, para moverse luego a otro sitio donde continuar con la cerveza o cerrar el tour gastronómico con un café y un panecillo.
Así, vemos convertidas en restaurantes, antros y cafeterías las casas de doña Luisa de Nigris, doña Mercedes Tamargo, doña Sarita Sota y doña Carmela Villarreal de García.
En esta última funcionó por muchos años el restaurante “El Tapanco”.
TE PUEDE INTERESAR: La nueva vida del centro de Saltillo y la calle de VictoriaSi en la esquina se dobla al oriente por la calle de la Fuente, a dos cuadras se cruza con la calle de Bravo, antigua calle del Cerrito, hoy también con varios antros, repletos de gente en las noches.
Se baja por esa cuadra de Bravo y se toma Juárez por el Paseo Capital, se ven diferentes grupos de caminantes y las antiguas casonas disponibles en esas calles de tan antigua prosapia son también restaurantes y cafeterías.
En el Paseo regularmente hay espectáculos y grupos de baile y música presentados por el Instituto Municipal de Cultura.
El centro revive y vive su vida nocturna.
Se habla de gentrificar el centro.
Es una zona segura, muy vigilada, pero se ve francamente difícil que los jóvenes opten por sentar residencia en la zona, cuando en ella puede tenerse residencia temporal nocturna y bulliciosa cualquier día, cualesquiera días de la semana.