Gerardo Martino dirigirá en el Estado Azteca, a casi siete meses de entrar al Tricolor El Gráfico

Gerardo Martino al fin pisará la que se supone es su casa.
Seis meses y 27 días después de su primer juego como seleccionador del equipo nacional mexicano, el ‘Tata’ dirigirá en la cancha del Estadio Azteca y será el próximo martes, cuando México reciba al equipo de Panamá en la segunda fecha de la Liga de Naciones de la Concacaf.
 Martino comenzó su viaje como técnico de la selección en Estados Unidos.
Pisó canchas en San Diego, Santa Clara, Atlanta, Arlington, Pasadena, Denver, Charlotte, Houston, Phoenix, Chicago, East Rutherford y San Antonio.
 Y al fin, apenas el 2 de octubre pudo sentarse en una banca en suelo mexicano en Toluca, Estado de México, en juego de preparación contra el cuadro de Trinidad y Tobago, para después ir a Hamilton, Bermudas.
Así que al fin, le toca el Azteca, la casa de la selección donde se supone el equipo nacional es imbatible, casi.
Los últimos técnicos mexicanos que han debutado ahí han entregado buenas cuentas: Juan Carlos Osorio se presentó como entrenador en el Azteca con victoria de 3-0 sobre El Salvador en la eliminatoria de 2015.
Miguel Herrera vio su primer juego al frente del Tricolor en el repechaje contra Nueva Zelanda en 2013.
Víctor Manuel Vucetich dirigió su único juego en el Azteca frente a Panamá, a la que le ganó dramáticamente 2-1 con aquel gol de chilena de Raúl Jiménez, también en 2013.
Quien se tardó en debutar más de un año después de que fue nombrado técnico de la Selección Nacional fue José Manuel de la Torre.
El ‘Chepo’ dirigió su primer partido como seleccionador el 9 de febrero de 2011 en Atlanta, Estados Unidos, y fue hasta el 8 de junio de 2012 cuando estuvo en el Azteca en la victoria de 3-1 sobre el cuadro de Guyana.
 Javier el ‘Vasco’ Aguirre, en su segunda etapa, volvió al coloso apenas en su partido número dos y fue de corte eliminatorio para derrotar 2-1 a Trinidad y Tobago, el 10 de junio de 2009.
 Ahora le toca a Gerardo Martino, quien deberá disfrutar su estancia.
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Pues quién sabe hasta cuándo volverá.
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