44 millones de mexicanos están sumidos en la pobreza: Arquidiócesis Xalapa Gráfico Al Día
- Avaricia y codicia los hacen invisibles.
- 32 millones viven en la economía informal y 50 millones carecen de servicios de salud y acceso al sistema institucional.
- Deben derribarse los muros de la pobreza, la desigualdad y la exclusión, señala.
#Xalapa
La Arquidiócesis de Xalapa consideró que la avaricia y la codicia hacen invisibles a los que más sufren y requieren de la solidaridad ciudadana, por lo que será una insensatez consagrar todas las energías, la imaginación, el tiempo y las mejores capacidades para adquirir y conservar la riqueza solo para uno mismo, olvidándose de los demás.
En la misiva dominical emitida por la Oficina de Comunicación Social de esta asociación religiosa, en donde se menciona que solo se podrán derribar los muros de la pobreza, la desigualdad y la exclusión si cada ciudadano está dispuesto a pensar un poco en cada conciudadano que necesita de la solidaridad, para salir adelante de la pobreza e integrarse en búsqueda del bien común y, de este modo, vivir en la justicia y la paz.
En el documento, signado por el presbítero Juan Beristaín de los Santos, se enfatiza que hacerse rico ante Dios haciendo el bien permite ver para ayudar a: Los familiares de más de 200 mil mexicanos asesinados, las familias de los casi 75 mil desaparecidos.
De igual manera, los mexicanos de bien que han perdido sus empleos formales y las fuentes de sustento para sus familias (405 mil en diciembre pasado), los 32 millones de mexicanos que viven en la economía informal, los 44 millones de mexicanos que están sumergidos en pobreza y los 50 millones de mexicanos que carecen de servicios de salud y acceso al sistema institucional.
Hace referencia a uno de los rasgos más llamativos en la predicación de Jesús es la lucidez con que él ha sabido desenmascarar el poder alienador y deshumanizador que se encierra en la tentación constante de acumular riquezas para uno mismo, sin pensar en los demás. El capítulo 12 del evangelista San Lucas enseña la prioridad que debe tener el reino de Dios en la vida de los creyentes y el sentido profundo de ser rico ante Dios, poniendo como prioridad la construcción del reino de Dios, que consiste en un nuevo estilo de vida para que las personas consigan la plenitud humana y divina en el servicio, la justicia y la paz, se indica, por último
