La gentrificación de Morena Excelsior

Ahora que todo el mundo habla de la gentrificación poblacional en la Ciudad de México, habría que mencionar también cómo ha sido la gentrificación política al interior de Morena, desde su registro como partido en 2014.
Los morenistas rechazan que personas de fuera lleguen a zonas fifís de la capital a ofrecer más dinero por el alquiler de viviendas, lo que ocasiona que gente que incluso nació y creció en esos lugares sea desplazada; exactamente lo mismo pasa en la llamada 4T.
Del nacimiento de Morena como movimiento social en 2011 hasta su registro como partido político tres años después, se ha subido al barco una gran cantidad de personajes que no son los mismos que se la rifaron en la calle cuando los guindas eran solamente unos cuantos loquitos.
Pero bastó con que la organización se convirtiera en la nueva opción política del país para que se llenara de arribistas, que en muchas ocasiones llegaron a ocupar los puestos más importantes, mientras a los fundadores les arrojaban las sobras.
Esa gentrificación en Morena se puede ejemplificar muy fácil con unos cuantos casos, como los gobernadores de Hidalgo, Julio Menchaca; Oaxaca, Salomón Jara, y Puebla, Alejandro Armenta, por citar a unos cuantos priistas que llegaron por los cargos que su partido no les dio.
O algunos exfuncionarios del gabinete anterior, como Manuel Bartlett en la CFE, Germán Martínez en el IMSS o Manuel Espino en la dirección del Conalep.
Por cierto, los dos últimos habían presidido el PAN nacional cuando ese partido había ganado las elecciones.
Y de senadores ni hablar, ahí están el chihuahuense Javier Corral, el sinaloense Enrique Inzunza o el oaxaqueño Alejandro Murat, por citar sólo unos cuantos que ocuparon candidaturas plurinominales de Morena para llegar a la Cámara alta sin tener raíces morenistas.
Por supuesto que la capital del país no está exenta de esto, pues en el Congreso local tienen una curul Brenda Ruiz, Leonor Gómez Otegui y Fernando Zárate, por ejemplo, a pesar de que cuando se fundó Morena estaban en otro lado.
En las alcaldías sólo basta nombrar a Janecarlo Lozano, en GAM; Fernando Mercado, en Magdalena Contreras; Evelyn Parra, en Venustiano Carranza, y Javier López Casarín, en Álvaro Obregón, para ver cómo se segrega a fundadores del partido.
Está clara la gentrificación dentro del partido oficial, con la agravante de que la mayoría de ellos llega cargando un negro historial en sus espaldas, que buscan limpiar al cambiarse al bando obradorista.
Por supuesto que estos temas no se tocan en los congresos del partido, como el de ayer, donde muchos extrañaron a Ricardo Monreal y Andrés Manuel López Beltrán, el ex Andy, quienes nomás no se presentaron.
 CENTAVITOSY hablando de la otra gentrificación, habrá que recordar que fue López Obrador quien, como jefe de Gobierno del DF, emitió un bando que sobrepobló alcaldías como Benito Juárez, Cuauhtémoc y Miguel Hidalgo.
Y que posteriormente Claudia Sheinbaum, también como gobernante, firmó un acuerdo internacional para invitar a los nómadas digitales a venir a la CDMX.
Previo a ellos dos, siendo regente del DDF, Manuel Camacho Solís encargó a su entonces mano derecha, Marcelo Ebrard, dar a la Roma y la Condesa un toque tipo las ramblas españolas.
Así renacieron esas colonias que hoy están llenas de extranjeros… Por cierto, ahora que el gobierno capitalino empuja el congelamiento de rentas, probablemente Clarita Brugada se ganará de nuevo el rechazo de la clase media.
 Columnista: Adrián RuedaImágen Portada: Imágen Principal: Send to NewsML Feed: 0