San José 1111, ¿y después? Infobae
El 9 de diciembre del 2015, Cristina Kirchner –como este miércoles- fue acompañada por muchísima gente en la Plaza de Mayo y en otros puntos geográficos del país, en su despedida del gobierno luego de dos presidencias. Asumía Mauricio Macri. Diez años después, cual sujeto tácito, fue “despedida” o “receptada” por muchísima gente ante lo inevitable de su prisión domiciliaria.
Nadie puede afirmar con certeza cuál será el porvenir argentino, mucho menos del peronismo, pero tampoco de La Libertad Avanza.
La sorpresa es un ingrediente clave para la vida cotidiana y esencial para la política. Cristina Kirchner fue “sorprendida” por un protagonismo que ni dormida ni despierta deseó: ser condenada y apresada. El rédito de la adversidad es el rol central conseguido.
El miércoles quedó como única protagonista en la casi soledad de su vivienda, pero con “la más maravillosa música, que es la música del pueblo” que le cantó “vamos a volver”.
La movilización –prácticamente sin gobernadores e intendentes y sin la CGT- fue importante. Y en paz (atención, ministra Bullrich).
La dos veces presidenta y vicepresidenta de Alberto Fernández solo habló de los 12 años de las presidencias de Néstor Kirchner y suyas, que concluyeron en el 2015. Aludió al pasado en su discurso y pareció dispuesta a ser la organizadora, al menos, de este presente. Pasados los días de la emotividad, se encontrará con el primer conflicto larvado: Buenos Aires y las listas a confeccionar en todas las seccionales.
El gobernador Axel Kicillof acompañó a CFK más por solidaridad que por lealtad o convicción. El cierre de listas, ¿será motivo de recrudecimiento de las tensiones que venían escalando?
Kicillof tiene 45 intendentes que le responden en las 8 secciones electorales. En la 3ra. Sección, ¿se impondrá Máximo Kirchner o lo hará Verónica Magario, fuerte en La Matanza y candidata del gobernador?
El Gobierno acusó el impacto de la multitud en la Plaza de Mayo, no esperaba tanta gente.
Lo que seguramente acarreará esto es la agudización de la polarización para el 7 de septiembre, fecha en la que se votará en la provincia de Buenos Aires, que representa el 40% del padrón electoral argentino. Las dos opciones disputarán el 80% de los votos.
No habría espacio para quienes quieren experimentar el camino del medio. El radicalismo bonaerense se conforma con haber logrado, a través del Comité de Contingencia, que la gran mayoría de sus Comités se expresaran rechazando todo acuerdo con LLA. Corralito o cordón sanitario ucereísta.
La pregunta es si la gran movilización del kirchnerismo, sectores de la izquierda y también sectores independientes motivará a la gente a votar.
Santa Fe puede empezar a responder esta pregunta, dado que vota en dos semanas.
Esta cronista insiste con lo siguiente: el presidente Milei llegó a la Casa Rosada, en gran síntesis, por el hartazgo de la gente ante la política reinante. ¿Qué nivel de hartazgo social acumula hasta el momento el presidente Milei con sus políticas? Si el mismo es alto, ¿qué pasará con ese voto?
Pasado el tiempo emocional del acompañamiento que generó la unidad del peronismo, ¿continuará? No olvidar la ausencia de gobernadores, intendentes y, especialmente, la representación organizada y columna vertebral del peronismo: la CGT. ¿Será que olfatean que CFK, a pesar de este impresionante miércoles, quedó fuera de juego?
El pragmatismo les hace ver que el 2027 no será candidata presidencial. Entonces, ¿siguen apostando a Axel Kicillof?
Y los dirigentes del peronismo del interior, donde especialmente La Cámpora y el cristinismo no tienen una penetración mayúscula, ¿qué harán? ¿Levantarán la bandera, al menos, del federalismo olvidado?
La sociedad astillada, ¿permitirá que algún proyecto político la vuelva a enamorar?
