Mundial 2026. Boletos, fraudes y el juego que ya empezó (sin balón) Elarsenal.net
Irene Muñoz.
Mientras millones de aficionados esperan con ilusión el silbatazo inicial de la Copa Mundial de la FIFA 2026, en México ya se juega otro partido, y no es en la cancha, sino en el terreno minado del fraude, la especulación y la desinformación. Como ha ocurrido en ediciones pasadas, han comenzado a proliferar agencias de viajes y espectáculos que ofrecen entradas y paquetes “mundialistas” sin contar con autorización alguna. Venden lo que aún no está oficialmente disponible y prometen accesos que no poseen, con precios que no se basan en información oficial sino en especulación y oportunismo.
En julio de 2024, la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) firmó un acuerdo exclusivo con OnLocation, designándolo como su socio global para el boletaje y la operación del programa de hospitalidad del Mundial 2026. Este concepto incluye paquetes premium que combinan boletos garantizados con servicios exclusivos, acceso a zonas preferenciales en los estadios, alimentos y bebidas de alta gama, atención personalizada, kits conmemorativos e incluso traslados o experiencias previas a los partidos.
En ese marco, FIFA determinó que la venta de boletos y hospitalidad se realizará exclusivamente a través de sus canales oficiales, operados por OnLocation. Esta empresa, a su vez, concluyó ya un proceso de licitación cerrado y formal en México, en el que solo dos empresas fueron seleccionadas para comercializar legalmente los paquetes de hospitalidad. Aunque las compañías ya fueron notificadas, el anuncio oficial aún no se ha hecho público. Mientras tanto, ninguna otra agencia ni proveedor tiene autorización para vender experiencias que incluyan boletos o accesos VIP, ni puede generar los enlaces de pago directos a FIFA OnLocation que garantizan la legitimidad de la operación.
Pese a ello, ya circulan ofertas falsas en el mercado mexicano. Varias agencias están vendiendo paquetes sin respaldo alguno, con precios inflados o notoriamente por debajo del valor real, solicitando adelantos y apartados que, en muchos casos, son no reembolsables. Algunos justifican sus tarifas afirmando que están “basadas en los precios de Rusia 2018 y Qatar 2022”, una afirmación que no solo es temeraria, sino también engañosa y que revela que no cuentan con información oficial y que no tienen acceso al sistema de FIFA, pues los precios ya están establecidos y sólo las empresas oficiales tienen acceso a ellos.
Peor aún, muchos de estos paquetes incluyen condiciones preocupantes como son pagos iniciales o apartados sin devolución, transferencias a cuentas personales y ausencia total de documentación validada. No hay códigos de acceso, no hay links o comprobantes FIFA, y no hay garantías. Lo único real es el riesgo de que decenas de consumidores pierdan su dinero creyendo que aseguraron su lugar en el Mundial.
Paralelamente, algunas agencias afirman tener boletos a través de patrocinadores oficiales del evento. En el supuesto de que así fuera, no cuentan los directivos de esas empresas patrocinadores con la cláusula establecidas en los contratos de patrocinios con FIFA en los que prohíben expresamente la reventa o uso comercial no autorizado de estos boletos. Cualquier uso indebido viola las cláusulas contractuales y permite a FIFA cancelar las entradas sin previo aviso. Las empresas patrocinadoras que incurran en este tipo de prácticas podrían enfrentar sanciones severas, incluida su inclusión en listas negras, mientras que sus empleados podrían ser responsables de participar en un esquema de fraude con implicaciones legales y reputacionales.
FIFA antes esto ya ha tomado nota. Según fuentes cercanas al proceso, ha iniciado denuncias ante la Procuraduría Federal del Consumidor (PROFECO) contra empresas mexicanas que comercializan paquetes sin autorización. El mensaje es contundente, vender lo que no se tiene es fraude. Y comprarlo, además de poner en riesgo el bolsillo, alimenta un ecosistema de informalidad y engaño que empaña la imagen del país como sede del evento deportivo más importante del planeta.
México tiene la oportunidad de mostrar al mundo que sabe jugar limpio dentro y fuera de la cancha. Y eso implica, también, cerrar filas contra los posibles fraudes que amenazan con estafar a quienes sueñan con vivir la Copa del Mundo. El Mundial 2026 aún no comienza, pero el primer gol en contra podría ser para quienes bajen la guardia ante la trampa disfrazada de promoción y FIFA debe llenar los huecos de desinformación para no seguir dejando el camino a empresas con venta ilegal de la ilusión mundialista.
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