Videos de cámaras de seguridad revelan cómo la ‘Diabla’ huyó tras ataque a familia del pastor Lora en Aguachica Infobae
Las revelaciones más recientes sobre la masacre de una familia en Aguachica (Cesar), que ocurrió el 29 de diciembre de 2024, arrojaron luz sobre los momentos posteriores al crimen y el rol incidental de una figura central en la investigación: Zaida Andrea Sánchez Polanco, también conocida como alias la Diabla. La difusión de imágenes captadas por una de las cámaras de seguridad permitieron reconstruir parte del suceso, así como la manera en que esta mujer logró escapar del ataque que cobró la vida de cuatro personas, entre ellas el pastor cristiano Marlon Lora y su familia.
Los investigadores que asumieron el caso trabajaron con material audiovisual recogido de 86 cámaras de vigilancia, lo que implicó revisar más de 71 horas de grabaciones en diferentes puntos del municipio. Estas labores estuvieron lideradas por la Dirección de Investigación Criminal de la Policía Nacional (Dijín), que junto a otras unidades judiciales logró establecer los movimientos de las personas involucradas, tanto víctimas como sospechosos, antes, durante y después del tiroteo; imágenes a las que tuvo acceso Los Informantes, de Caracol Televisión.
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Una de las piezas más significativas obtenidas fue una grabación tomada por una cámara ubicada frente al restaurante Sorbetes y Jugos, donde se encontraba la familia atacada. En el video difundido en el programa se puede observar cómo dos hombres a bordo de una motocicleta se acercan al establecimiento, desciende uno de ellos y, sin mediar palabra, abre fuego contra una mesa donde estaban sentados Marlon Lora, su esposa Yurlay Rincón, su hija Ángela Natalia y su hijo menor Santiago, que sobrevivió momentáneamente, pero falleció días después en un centro médico.
En la misma escena se encontraba la ‘Diabla’, que vestía una camisa blanca y un pantalón negro, atuendo similar al que llevaba la hija de la familia. En el video se ve cómo, segundos después de iniciarse el tiroteo, ella se levanta de su silla, toma una cartera con su mano izquierda y corre para alejarse del lugar. El metraje revela que, en pocos segundos, la mujer ya estaba a una distancia segura, mientras los demás comensales trataban de protegerse de los disparos.
Las investigaciones posteriores permitieron determinar que Sánchez Polanco no era una víctima fortuita del suceso. Según fuentes citadas por el medio Testigo Directo, desde varios días antes había personas que seguían sus movimientos.
“Se estableció que ella estaba siendo vigilada desde ese momento. Verificamos que detrás de esto hay una oficina de cobro que opera desde Cúcuta”, indicó uno de los investigadores al medio digital.
Su presencia en Aguachica coincidió con el velorio de Alexander González Pérez, alias el Calvo, asesinado el 27 de diciembre en El Banco (Magdalena), y que tenía antecedentes por delitos relacionados con narcotráfico. Las autoridades señalaron que ‘La Diabla’ mantenía una relación con este hombre, lo que reforzaría la hipótesis de que su visita al municipio estaba relacionada con su entorno criminal.
En esa misma investigación, un hombre que aseguró haber sido su conductor durante los días previos y posteriores al crimen relató los hechos desde su perspectiva —su identidad permanece reservada por motivos de seguridad—, este testigo afirmó que su vínculo con la mujer inició cuando ella lo contrató para que la transportara mientras se encontraba en Aguachica.
“Tan pronto disparan, ella salió, se metió al hospital. Yo fui hasta el hospital a pie”, narró, indicando que la mujer le pidió salir del lugar de inmediato: “Traiga la camioneta y vámonos, vámonos, vámonos”. Añadió también que ella estaba visiblemente afectada: “Estoy nerviosa, acompáñeme, necesito irme de aquí”.
De acuerdo con la línea investigativa, los autores materiales del ataque habían planeado minuciosamente su ejecución. Aunque inicialmente se manejó la posibilidad de una “confusión” en la identificación del objetivo, con el tiempo las pruebas apuntaron a que el blanco real del ataque era Sánchez Polanco, y no la familia cristiana que resultó asesinada. Las autoridades indicaron que la joven de 29 años tenía antecedentes judiciales y había sido capturada en 2021, cuando fue señalada de tener vínculos con estructuras criminales dedicadas a la extorsión y al homicidio.
En esa oportunidad, alias la Diabla sostuvo que su detención se debía a una retaliación por no ceder a presuntas presiones de la Sijín.
Un mes después del ataque en Aguachica, el 22 de enero de 2025, Sánchez fue asesinada en Medellín en circunstancias similares. Según las autoridades, su muerte fue perpetrada por otro grupo de sicarios, lo que sugiere que continuaba siendo objetivo de estructuras criminales.
Los registros de vigilancia, además de documentar el crimen en sí, permitieron establecer una posible conexión entre la masacre y redes de sicariato operativas en varios departamentos del país. El caso sigue en etapa de análisis, mientras las autoridades intentan desarticular a los responsables intelectuales del hecho y confirmar los vínculos entre los homicidios del “Calvo”, la “Diabla” y la familia asesinada.
Los detalles revelados por las grabaciones y los testimonios recopilados hasta el momento han cambiado sustancialmente el curso de la investigación. Lo que en un inicio fue interpretado como una confusión trágica, se perfila ahora como parte de una cadena de represalias y ajustes de cuentas dentro de estructuras criminales que operan con alcance nacional.
