A 35 años de la visita de Juan Pablo II, Aguascalientes revive un momento de fe histórica Heraldo de Aguascalientes
08 de Mayo, 2025 08:25
El 8 de mayo de 1990, Aguascalientes vivió uno de los momentos más emotivos de su historia reciente con la visita del Papa Juan Pablo II. Desde el arribo del “Peregrino de la Paz” al aeropuerto local, la comunidad respondió con una calurosa bienvenida, descrita en su momento por El Heraldo como una manifestación excepcional de amor y respeto. El Pontífice expresó su aprecio por el nombre de Aguascalientes, evocando la calidez de su gente y el fervor de la fe mexicana.
“Quiero decir que este nombre, Aguascalentenses, es un nombre muy limpio, muy bello, simbólico, este nombre me recuerda a México, a los corazones calientes”, pronunció el Santo Padre ante una multitud emocionada. En su breve pero significativa estancia, destacó el papel de la educación y llamó a una mayor colaboración entre Iglesia y Estado para impulsar el desarrollo de la juventud. Su mensaje hizo énfasis en la responsabilidad de padres y educadores en la transmisión de valores espirituales a las nuevas generaciones.
Hoy, en 2025, ese recuerdo se resignifica en medio de un nuevo momento crucial para la Iglesia católica: el cónclave para elegir al sucesor del Papa Francisco, quien falleció tras un pontificado marcado por la búsqueda de una Iglesia más cercana a los marginados, la transparencia institucional y el diálogo interreligioso.
En este contexto, la memoria de la visita de Juan Pablo II a Aguascalientes se enlaza con el legado de Francisco, ambos figuras que, desde su carisma y visión, marcaron rutas distintas pero complementarias para la Iglesia del siglo XXI. El cónclave en curso no solo elegirá un nuevo líder espiritual para más de 1,300 millones de católicos en el mundo, sino que también definirá la continuidad o el cambio en los caminos que ambos pontífices trazaron.
