Alan Estrada: “Deberíamos hacer más teatro original mexicano” Entrelineas

Alan Estrada no se encuentra en otro lugar del mundo más que en su casa, con dos estrenos tocándole la puerta: su protagónico en la versión cinematográfica musical del clásico melodrama La Usurpadoraasí como la llegada de nuevo elenco liderado por Zuria Vega y una nueva versión con una pareja gay de su fenómeno teatral Siete veces adiós.

Nos recibe en su hogar en la Ciudad de México para conversar de cine, los viajes que no hará en los próximos meses y, sobre todo, de la importancia de que cada vez existan más obras de teatro originales y mexicanas.

Alan saltó a la fama al interpretar a Mario, el personaje protagónico del musical Hoy no me puedo levantar y como creador de contenidos en plataformas digitales con el canal Alan por el mundo.Pero desde el 2022 dio la vuelta a la fórmula: se convirtió en dramaturgo, productor y emprendedor teatral cuando consiguió levantar el telón de un proyecto que nació de procesos personales junto a sus amigos Janette Chao, Vince Miranda y Salvador Suárez O. “Ahora veo que cobramos bien mal en el teatro” bromea, pero deja en claro que disfruta estar del otro lado. “Veo la imagen completa y me doy cuenta de lo difícil y lo costoso”, dice.

Un fenómeno teatral llamado

Siete veces adiós

El resultado es Siete veces adiós, un híbrido teatral que escapa a la definición simplista del teatro musical y no musical y que se ha convertido en todo un fenómeno teatral. Atípico a lo que pasa en la escena mexicana, la puesta no ha salido de la cartelera desde que comenzó funciones en marzo de 2022, por el contrario, se han añadido actores y actrices al elenco y la primera de algunas de las variaciones a la historia original arrancó con alta aprobación del público y los críticos.

“Si te soy honesto -confiesa Alan- aún no me lo creo”. Suelta esta sentencia con una obra que cumplió un año en temporada, un poco más de haber comenzado los ensayos y 4 años desde que se empezó a gestar el proyecto. “Aún no me cae el veinte. Creo que el día que, espero falte mucho, tengamos que cerrar, ese sería el día en el que diré: ¡Ay, Dios mío!”.

Piensa que en sus manos no está la fórmula del éxito. “Pecaría de vanidoso, egoísta y soberbio, si dijera que la tengo”, sin embargo si encuentra elementos claves: 1. Que ha analizado por años la música que consumimos los mexicanos, arrojando como resultados la balada romántica, los temas de amor y desamor, 2. El equipo creativo que incluye a Jorge Ballina en la escenografía, Félix Arrollo en el diseño de iluminación, Luis Roberto Orozco en el diseño de vestuario y Diego Vega como coreógrafo y 3. Que “es un proyecto que habla de nosotros. A pesar de que habla de algo tan universal como el amor, los personajes hablan como nosotros, se expresan como nosotros, dicen las mismas frases que nosotros y, por lo tanto, el público se siente identificado. Creo que hay que acortar la distancia entre el espectador y la obra”.

Más teatro original mexicano

A lo largo de este año de funciones ininterrumpidas, Siete veces adiós se ha convertido también en la primera experiencia teatral de muchas personas, asegura, un asunto que define como increíble y que al mismo tiempo “nos llena de una gran responsabilidad”.

En este punto de la conversación, Alan Estrada aborda uno de los puntos que más le ha ocupado recientemente: “Hagamos más teatro musical mexicano”. Una declaración muy similar a la que lanza en esta entrevista, también la ofreció en su discurso de agradecimiento en octubre pasado, cuando Siete Veces Adiós se alzó con el premio del público en la pasada edición de los Metro.

Si bien reconoce que hay una importante presencia de creadores de teatro musical en nuestro país, también es cierto que la tradición es una herencia de Nueva York y Londres, por lo que considera importante comenzar a desarrollar más producciones locales. “A mí me gustaría que hubiera más, sabemos que hay poco y que nuestro caso es excepcional. Ojalá los productores apuesten por desarrollar proyectos mexicanos”.

Cuando señala el tema de la producción, sabe de lo que habla. A pesar de que sus amigos cercanos le decían que no lo hiciera, Alan decidió apostar su propio dinero para completar la producción pues los inversores no apostaron en su totalidad. “Una parte de mí se enorgullece de que muchas de las decisiones que yo insistí fueron las adecuadas. Quería la chance de equivocarme y no me equivoqué”.

Siete veces adiósarrancó su temporada con la actriz Fernanda Castillo, Gustavo Egelhaf y César Enriquez como sus protagonistas, posteriormente tomaron su lugar Paulette Hernández y Pierre Louis -quienes hicieron el taller que detonó el montaje. Posteriormente se sumaron Valeria Vera, Ana González Bello y Nacho Tahan y quien actualmente comparte créditos con Zuria Vega y Alejandro Calva. Dejar en manos su historia, la historia que escribió e ideó durante años, a todos estos actores ha sido un ejercicio de soltar para una persona que se percibe a sí misma como perfeccionista y meticulosa. “Es curioso, es ver a tu hijo siendo criado por alguien más”.

Desde su concepción, Siete veces adiósse pensó para tener variaciones en su trama y saber que la historia podría contarse desde cualquier orientación e identidad sexual. La obra arrancó con una historia heterosexual. Era la manera más universal y, de alguna manera, inclusiva. Piensa. Ahora se encuentra en cartelera una versió Él y Él, donde las complejidades del amor se narran desde una pareja homosexual interpretada por Marín Saracho y Cuauhtli Jiménez.

“Nuestra intención o por lo menos mi intención es que una versión de Siete Veces Adiós protagonizada por Él y Él, atraiga mucho público heterosexual nos interesa mucho que la gente heterosexual se enamore de una historia de amor homosexual”.