Crónica Gomezpalatina El Siglo de Torreón

SEGUNDA PARTE En la crónica anterior, hacíamos referencia a un auténtico valor cultural gomezpalatino, por adopción, el Doctor Héctor Chapa Saldaña y para conocer datos de su trayectoria tomamos información aparecida en las páginas de la Revista “Puerta Abierta” que edita el Taller Literario de la Casa de la Cultura de Gómez Palacio, al que perteneció el doctor, reconociendo la labor tan valiosa que realizan sus asociados, en bien de la literatura de nuestro terruño.
Como desde hace varias décadas conocíamos a este personaje, creíamos que había nacido en nuestra comunidad, pero ahora nos enteramos que era originario de Hidalgo, Nuevo León (1926) traído a Gómez Palacio a los tres años de edad por su padre el Sr.
Abraham Chapa Rosas, quien se hizo cargo en 1929 de la Administración de Correos, y desde entonces se quedó para siempre entre nosotros, a pesar de que, por sus estudios y actividades profesionales, tuvo que salir en varias ocasiones a recorrer nuestro país y otros más.
Fue egresado de la primera generación en el ciclo de Preparatoria del entonces Instituto Industrial “18 de marzo”, situación que siempre ha mencionado con orgullo, después obtuvo en 1976 la Maestría y Doctorado en Ciencias por la Escuela de Ciencias Biológicas del Instituto Politécnico Nacional.
En 1979 fue Agregado de Pesca en la Embajada de México en los E.
U.
, donde desarrolló una productiva labor editando publicaciones científicas, ese mismo año fue candidato al Premio Nacional de Ciencias, al ser considerado como uno de los biólogos más destacados de la nación.
Fue comisionado al río Amazonas para localizar y estudiar al pez de agua dulce más grande del mundo “el Paiche”.
También participó en Congresos Internacionales sobre el camarón (FAO) y sobre grandes presas (UNESCO).
El doctor Chapa intervino en la creación del Instituto Nacional de la Pesca y de la Comisión Nacional Consultiva de Pesca, siendo formador de especialistas en diversos organismos federales, estatales y privados.
Socio fundador del Colegio de Biólogos de México y Socio fundador de las Sociedades Mexicanas de Zoología, Hidrobiología, Entomología y Botánica.
Todas estas experiencias lo permitieron acercarse a la naturaleza, desde nuestros semi desiertos hasta el inmenso mar, que en su alma de soñador lo adentraron en la literatura y la poesía, géneros que maneja con intensidad y belleza, sin olvidar el tema del amor reflejado constantemente en sus escritos.
Fue columnista muyreconocido en diarios de Mazatlán, Ciudad de México y en la región, tratando sobre temas de divulgación ambiental y problemas ecológicos.
Según la revista “Industria Acuícola, Acuacultura y Negocios de México” gracias a los textos científicos del doctor Chapa Saldaña, hoy se pueden ver cultivos de camarón en China y Vietnam.
Ha ganado certámenes literarios como: El Premio de Ensayo 2008, “Magdalena Mondragón” con su libro: “El Gómez que yo Viví”.
El premio 2012 “El Viejo y el Mar” auspiciado por la Secretaría de Marina de México, sin embargo, en nuestra comarca sus méritos no han sido tan valorados, como lo han sido en otros lares.
Los que nos hemos enterado de su valía siempre le reconocimos y apreciamos por la calidad de su trabajo y su forma de ser solidaria, afectiva y humana.
En muchas ocasiones conocimos su empeñosa actividad en los terrenos del arte y la cultura, la cual desarrollaba con dedicación y entusiasmo, departiendo con sus compañeros de afición, señalando con modestia su obra poética, aclarando que él era biólogo y sólo poeta aficionado.
Desde esta columna damos constancia de su preocupación por todo lo que emprendía, destacándose como gomezpalatino adoptivo, en esta tierra, a la que dedicó sus grandes esfuerzos y en la que resaltó por su gran valía profesional.
DON JOAQUÍN AMPARÁN CORTÉS.
Pese a su brillantísima trayectoria musical, los gomezpalatinos poco sabemos de la prodigiosa carrera de don Joaquín Amparán Cortés tal vez el más afamado y prestigiado pianista gomezpalatino, quien nació en ésta ciudad el 23 de septiembre de 1903.
Sus padres excelentes pianistas ambos, sin lugar a dudas ejercieron una gran influencia musical en su hijo, quien desde su muy corta edad mostró una firmeinclinación a la música, los estudios que se llevaban 10 años los hizo en tres años, graduándose de ejecutante de piano.
La Revolución Mexicana obligó a sus progenitores a cambiar su domicilio a la capital del país en 1916, donde terminó su instrucción primaria e ingresó a la reconocida Academia de Piano de don Luis Moctezuma, destacando rápidamente, por lo que fue presentado en el Teatro Arbeu y en diferentes audiciones, con actuaciones consideradas como magnificas.
En 1922 ingresó al Conservatorio Nacional de Música el cual era dirigido por el genial maestro Julián Carrillo y dos años después terminó sus estudios con el excelente maestro Manuel M.
Ponce, con quien llevó una gran amistad.
En 1925 don Joaquín fue designado en el Conservatorio Nacional de M úsica como acompañante de piano y en el viaje del maestro Ponce a Europa, lo sustituyó temporalmente.
Por sus méritos fue becado por la UNAMpara continuar en Europa sus estudios de piano.
Formóparte de la Orquesta Sinfónica Nacional bajo la dirección de Silvestre Revueltas y en la Orquesta Sinfónica de México dirigida por el maestro Carlos Chávez, lo que le permitió ser considerado entre los mejores músicos de la nación.
En 1946 fue nombrado Subdirector del Conservatorio Nacional de Música, en 1947 fue nombrado profesor de piano en la Escuela Nacional de Música de la UNAMy en 1960 Director del Conservatorio Nacional hasta su jubilación en 1967.
Es un gran orgullo para Gómez Palacio haber contado con ese extraordinario músico, el más grande que jamás hayámos tenido.
Siempre recordaba con gran cariño a nuestra ciudad y platicando sus anécdotas de juventud, entre las que citaba gratamente era esta: que una vez que enfermó, su padre como consuelo le regaló una bicicleta en la que paseaba por la Plaza Juárez.
Formidable ejecutante y distinguido maestro llevó a lo más alto su carrera profesional, destacando el nombre de su tierra natal con sus espléndidas actuaciones, por lo que tenemos con el gran artista una deuda colosal y un compromiso de agradecimiento que nunca hemos pagado, ya que le debemos el máximo homenaje de llevar al conocimiento de sus paisanos, estas inmensas páginas de su bien ganada gloria musical, enmendando la falta de generaciones pasadas, que no supieron difundir entre los laguneros el inmenso legado de grandeza de este incomparable maestro gomezpalatino, del que no hemos sabido enorgullecernos debidamente, por su excepcional dominio del teclado, gran categoría y conocimientos de excelencia, plenamente demostrados.
El pasado 28 de febrero se cumplieron 50 años de su retiro a la vida privada.
ELVIRA DE LA MORAPEÑA, GUIONISTA Y PIONERA DEL CINE MEXICANO.
Quien pensaría que detrás de algunas de las grandes producciones conocidas y admiradas de la época dorada del cine nacional, pudiera estar una gomezpalatina que durante muchos años luchó por ocupar un sitio de honor, reservado en ese tiempo exclusivamente para los varones, en una etapa aciaga en que las mujeres eran marginadas de la vida pública, por lo que tuvo que batallar durante un largo período, adoptando un bajo perfil, para evitar el rechazo de los sectores del medio fílmico y de una sociedad que no aceptaba la conducción de las féminas.
Elvira de la Mora Peña, fue una de las destacadas gomezpalatinas que aportó su talento para el engrandecimiento de la industria del cine mexicano.
Nació en Gómez Palacio, Dgo.
, el 25 de enero de 1902, viviendo sus primeros años en diferentes haciendas de la región.
Sus padres fueron don Pedro de la Mora Gómez, originario de Tepatitlán, Jalisco y la señora Rosa María Peña Blanco de Parral, Chih.
La Revolución Mexicana no le permitió continuar sus primeros estudios, por lo que la familia se trasladó a San Luis Potosí, donde Elvira también incursionó en la pintura y la música, regresando posteriormente a radicar en Torreón, Coahuila.
Cuando la lucha armada terminó y debido a los males cardiacos que padecía su madre, se vieron obligados a radicar en San Diego y Pasadena, California de los Estados Unidos de Norteamérica, donde aprendió el idioma inglés y se preparó como secretaria bilingüe.
Durante su estancia en aquel país, en los años treinta, trabajó para los Estudios Fox, como secretaria y luego como guionista colaboradora, pero debido a los prejuicios hacia la mujer, solicito no aparecer en los créditos, pues una parte importante de la producción latina se realizaba en esos lugares.
Gracias a su estancia en aquellos sitios pudo relacionarse con los personajes que buscaban sobresalir en el medio, como los intelectuales españoles Miguel de Zárraga, José López Rubio, Enrique Jardiel Poncela y el mexicano José Mojica, con quien estuvo a punto de casarse.
Al morir su madre, Elvira regresó al país y colaboró con Pepe Ortiz en el guion de la película ¡Ora Ponciano! sobre la vida del torero Ponciano Díaz Salinas, dirigida por Gabriel Soria y protagonizada por el matador Jesús Solórzano, Consuelo Frank y el actor duranguense Carlos López y Valles, conocido popularmente como “Chaflán”.
Esta película compitió como la mejor de 1936 con “Allá en el Rancho Grande”, otro famoso filme.
Influyó para que José Mojica grabara en 1939 la película “Capitán Aventurero”, compartiendo créditos con Salvador Orellana, Manolita Saval y Sara García, pioneros del arte cinematográfico.
La gomezpalatina elaboró el guion para la película “Un día con el diablo” protagonizada por Mario Moreno “Cantinflas”, sin haber recibido pago o crédito alguno, por lo que demandó al productor, al actor y al director del filme, perdiendo el juicio legal, pero se le reconoció por haber sido la primera mujer en exigir sus derechos actorales en México.
A pesar de ese tropiezo Elvira siguió adelante con la elaboración de guiones para dar vida a diversas películas de gran éxito, a veces compartiendo créditos con otros escritores destacados y con una pléyade de grandes actores mexicanos como Tito Junco, Emilio “Indio Fernández”, los hermanos Soler, Pedro Armendáriz y Roberto Cañedo entre muchos otros.
Contribuyó a que Pedro Infante llegara a convertirse en actor e ídolo del cine nacional.
Por su vocación altruista cuando se retiró a la vida privada, entregaba todas las regalías de sus trabajos para fines asistenciales.
Esta sobresaliente mujer Gomezpalatina, pionera del cine nacional y guionista de algunas de las mejores películas mexicanas de todos los tiempos, murió en Guadalajara, Jalisco en el año de 1990 a los 88 años de edad.
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