Cruz Azul y Pumas se vuelven a encontrar en semifinales Excelsior

Gabriel GuzmánCIUDAD DE MÉXICO El 6 de junio del 2004, los Pumas tenían enfrente la oportunidad de terminar con una sequía de 13 años sin jugar una final de Liga MX.
Para lograrlo, ese día los entonces dirigidos por el hijo pródigo, Hugo Sánchez, tenían que superar al Cruz Azul de los argentinos, Luciano Figueroa y Marcelo el Chelo Delgado en la semifinal de vuelta.
  Después del 0-0 en el partido de ida, disputado en el Estadio Azul, la afición auriazul se encargó de agotar los 55 mil boletos disponibles para el duelo en Ciudad Universitaria y aunque el encuentro no comenzó de la mejor manera para ellos, con el gol de Figueroa al minuto 14, Bruno Marioni e Ismael Iñiguez se encargaron de darle la vuelta al marcador tiempo después.
  “Afortunadamente para mí carrera en ese momento, me toca hacer un gol que nos da un poco más de tranquilidad, en una contra, donde Leandro (Augusto) me da un pase a la espalda de los centrales, yo enfrento directamente al Conejo (Oscar Pérez) y desde el punto penal, más o menos por ahí, defino de primera, con fuerza a un lado y el Conejo simplemente se quedó hincado esperando ese balonazo y no pudo hacer más”, recordó Iñiguez en entrevista para Excélsior.
  Otro tanto de Luciano al 68’,  le dio dramatismo al juego, no obstante, a 15 minutos del final, el árbitro, José Abramo Lira marcó un penal en favor de los locales, por una falta de Aarón Galindo sobre el propio Ismael, que segundos después, Jaime Lozano se encargó de transformar en gol, sellando así el pase a la ansiada final, que días después, le ganarían a las Chivas en tanda de penales.
  “Lo recuerdo con mucho cariño, es algo que también la gente, el aficionado puma me recuerda todo el tiempo, por el rival, por el momento que vivía el rival”, compartió el apodado Cachas, quien “por el resultado final”,  sitúa ese gol como “el más importante” que marcó durante su estancia con los Pumas, por encima del que convirtió en la final del Apertura 2007 frente al Atlante.
   Casi 17 años después de aquella serie, universitarios y cementeros volverán a medirse en unas semifinales, ahora las del Torneo Guardianes 2020.
  “Si superan esta instancia, casi estoy seguro que son campeones”, opinó Iñiguez, verdugo de los celestes en 2004.
  El vínculo que tiene Ismael Íñiguez con los Pumas, por ser el equipo con el que jugó de 2003 a 2010, no es la única razón por la que "le encantaría" que los universitarios levanten el título del Torneo Guardianes 2020.
  Previo a las semifinales que los auriazules disputarán frente al Cruz Azul, el autor de uno de los goles con los que precisamente eliminaron a la Máquina en la antesala a la final del 2004 (3-2 en el global) contó que tiene una particular conexión con el actual director técnico del equipo, el argentino Andrés Lillini.
  “Ha sido una historia muy padre entre Lillini y yo.
Cuando él llega a México, llega como director de fuerzas básicas de Monarcas, él llega un mes de febrero del 2000 y yo en julio de ese mismo 2000 debutó, entonces fui su primer debut, desde ahí una relación muy sentimental, muy padre con Andrés.
Estuve poco tiempo ahí en Monarcas con él, pero siempre nos saludábamos maravillosamente”, compartió el tres veces campeón de Liga MX con los del Pedregal (Clausura 2004, Apertura 2004 y Clausura 2009) en entrevista para Excélsior.
Íñiguez y Lillini también coincidieron de 2017 a 2019, cuando el primero de ellos fue entrenador de varias categorías juveniles de los Pumas y el segundo, director de fuerzas básicas.
“Imagínate, después de lo vivido, lo que volvimos a tener de experiencia en este tiempo que nos encontramos en Pumas”, externó Ismael.
“Grandes personas, grandes amigos, que creo que se merecen todo (cuerpo técnico) el equipo donde duré la mayor parte de mi carrera y donde conseguí los títulos que pude levantar.
Sin duda me encantaría que fuera el equipo que la levante (copa)”, reconoció el ahora estratega de la categoría Sub 20 de los Gallos de Querétaro.
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