Difunden imágenes inéditas del departamento donde hallaron sin vida a José Miguel Castro, testigo clave del caso OAS Infobae
Fue el grito de su suegro lo que despertó a Paula Maguiña Ugarte, esposa de José Miguel Castro. La mañana del 29 de junio, Julio Castro Gómez encontró a su hijo sin vida en el piso del baño.
José Miguel Castro era testigo clave y aspirante a colaborador eficaz en los casos de corrupción vinculados a la exalcaldesa de Lima, Susana Villarán, y al pago de sobornos que habría recibido de las empresas brasileñas OAS y Odebrecht a cambio de concesiones de peajes en la capital.
Las causas de su muerte aún están en investigación. El parte policial indica que el cuerpo de José Miguel Castro fue hallado “tendido boca arriba, con un corte en el cuello de aproximadamente 14 centímetros, con el brazo izquierdo extendido y el brazo derecho recogido”.
Canal N difundió imágenes inéditas del departamento donde vivía la exmano derecha de Susana Villarán junto a su familia, así como del lugar donde fue hallado su cuerpo.
A simple vista, no se encontraron signos de violencia. Sin embargo, en las fotografías, la perilla de la puerta parece haber sido forzada, por lo que los investigadores no descartan esta posibilidad.
En las imágenes del baño se aprecia que es un ambiente amplio, con paredes rojas y negras. Fotografías de diferentes artistas decoraban los muros.
También se observa un pequeño taburete, con lo que podría ser una toalla o una chompa ploma. Más allá, un equipo médico para medir la presión.
En una esquina se encontraron dos cuchillos: uno con manchas de sangre y otro, un cuchillo para mantequilla con mango negro.
En la sala, sobre una mesa, estaban la billetera y el celular del economista. Amigos y familiares niegan haberlo visto preocupado por algo.
Hasta el momento, se barajan dos hipótesis: un posible suicidio o un asesinato.
Con José Miguel Castro, ya son tres los testigos de investigaciones relacionadas con figuras políticas que mueren en circunstancias extrañas.
¿Quién fue José Miguel Castro?
José Miguel Castro fue una figura central en la investigación por presuntos actos de corrupción durante la gestión de Susana Villarán en la Municipalidad de Lima. Entre 2011 y 2014 se desempeñó como gerente municipal, cargo desde el cual, según la Fiscalía, habría coordinado el ingreso de aportes ilícitos de las constructoras brasileñas Odebrecht y OAS para financiar la campaña por el “No” a la revocatoria de 2013.
Castro era considerado el segundo al mando en la presunta red criminal encabezada por la exalcaldesa y estaba en proceso de acogerse a la colaboración eficaz. Su testimonio, considerado clave para la acusación, debía ser presentado en el juicio oral programado para el próximo 23 de septiembre.
El nombre de José Miguel Castro apareció en las declaraciones de Jorge Barata, exrepresentante de Odebrecht en Perú, quien lo identificó con el seudónimo “Budián” en el sistema de codinomes de la constructora, el cual servía para ocultar el rastro de los pagos irregulares. El apodo hacía referencia a un pez mofletudo, en alusión a su apodo entre amigos: “Quico”, por el personaje de “El Chavo del 8”.
Además de su papel como gerente general, también fue presidente de la Caja Metropolitana de Lima. Según el Ministerio Público, en ese cargo habría favorecido a las empresas Acres Finance y Acres Sociedad Titulizadora con contratos sin licitación. Estas compañías tienen como accionista al actual alcalde de Lima, Rafael López Aliaga.
Pese a su implicancia judicial, Castro evitaba hablar del tema en público. Solía reunirse de noche con antiguos amigos en locales de Barranco. En noviembre de 2019, inició su proceso de colaboración eficaz al declarar ante el Equipo Especial del Caso Lava Jato. Su repentina muerte deja interrogantes sin resolver en uno de los casos más emblemáticos de corrupción en el país.
