Acusan que Rusia busca borrar identidad de niños ucranianos Diario.mx
Ciudad de MéxicoLa organización ucraniana Almenda denunció que Rusia ha desarrollado, desde 2014 y con mayor intensidad tras la invasión a gran escala de 2022, un sistema integral de destrucción de la identidad ucraniana entre niños y jóvenes en los territorios ocupados.
María Sulialina, directora de Almenda, explicó en entrevista que las violaciones a los derechos de la infancia no son nuevas, pero que han escalado en patrón, frecuencia y sofisticación.
"Desde la ocupación de Crimea en 2014, comenzó la construcción de un sistema para destruir totalmente la identidad ucraniana de los niños", afirmó.
Entre las principales violaciones señaladas están el impedimento del acceso al idioma, historia y literatura ucraniana, la militarización del sistema educativo, la doctrinación política y religiosa, y la supresión del pensamiento crítico.
"Los niños no tienen acceso a libros, historia ni idioma ucranianos. Leer literatura nacional puede considerarse extremismo. Incluso se criminaliza usar la palabra 'ocupación' para referirse a Crimea", explicó Sulialina.
Uno de los pilares de este sistema, de acuerdo con la organización, es la militarización. Desde el primer grado, los niños portan uniformes y reciben clases orientadas a prepararlos para integrar las Fuerzas Armadas rusas. Las cifras muestran un aumento alarmante: en 2015 existían 12 clases de tipo "cadete" en Crimea; en enero de este año ya eran 260, y se han expandido a regiones como Donetsk, Lugansk y Jersón.
Además, la enseñanza escolar ha sido intervenida con propaganda en la que se niega la existencia de Ucrania como país independiente.
"Analizamos libros de texto tomados de territorios desocupados y en ellos Ucrania no aparece como nación. La historia ucraniana es borrada o reinterpretada como parte de la historia rusa", denunció Sulialina.
El sistema también apunta a las niñas, quienes son incluidas en movimientos juveniles militares y otras iniciativas para promover el alistamiento femenino.
Aquellos que se oponen o cuestionan el adoctrinamiento son sometidos a presión psicológica, sus familias pueden ser sancionadas y, en casos extremos, enfrentan consecuencias judiciales.
Con respecto al trabajo de reintegración en zonas liberadas, Almenda ha desarrollado estrategias educativas y sociales para apoyar a niños que llegan a territorio ucraniano tras vivir bajo ocupación.
"Muchos no hablan ucraniano, tienen miedo de decir de dónde vienen, y fueron criados bajo la idea de que Ucrania los odia", señaló Sulialina.
También impulsan programas adaptativos de educación en línea, espacios seguros y campañas de sensibilización para las comunidades anfitrionas. El objetivo es disminuir la brecha cultural e informativa que dejó la ocupación rusa, y facilitar una integración respetuosa.
Sobre la posibilidad de que la guerra finalice mediante negociaciones que impliquen ceder territorios a Rusia, Sulialina fue clara: "No se trata sólo de tierra, sino de personas. Ya lo vimos en 2014: si Rusia se queda con un territorio, tarde o temprano vendrá otra ola de invasión. No firmaremos un acuerdo que entregue nuestros territorios para siempre".
La organización estima que más de 6 millones de niños viven actualmente en territorios ocupados por Rusia. El presupuesto asignado por el Kremlin a estas actividades de control ideológico y militarización infantil casi se ha duplicado desde 2021, alcanzando los 635 millones de dólares en el año actual.
Con base en testimonios, documentación de violaciones y monitoreo educativo, Almenda busca revertir los efectos de la ocupación sobre la niñez ucraniana, y mantener viva su identidad nacional pese al contexto adverso.
