Dos inmigrantes recapturados tras escape de centro de detención en Nueva Jersey; otros dos siguen prófugos El Imparcial
NEWARK.- Agentes federales confirmaron este domingo la recaptura de dos de los cuatro detenidos que escaparon la semana pasada del centro de inmigración Delaney Hall en Newark, Nueva Jersey.
Mientras Joel Enrique Sandoval-López y Joan Sebastián Castañeda-Lozada ya están bajo custodia, Franklin Norberto Bautista-Reyes y Andrés Felipe Pineda-Mogollón permanecen en fuga, según The Associated Press.
El FBI ofrece $10 mil de recompensa por información que lleve a su captura.
Así fue el escape: rompieron muros y huyeron por estacionamiento
Según el senador demócrata Andy Kim y funcionarios de Seguridad Nacional, los cuatro hombres lograron fugarse tras romper un muro interno que los condujo a una pared exterior, escapando finalmente por el estacionamiento.
El incidente ocurrió en medio de reportes de disturbios en el centro, aunque la empresa GEO Group, administradora del lugar, negó que hubiera un “motín generalizado”.
Todos los fugitivos estaban en el país sin estatus legal y tenían antecedentes penales en Nueva Jersey y Nueva York.
Protestas y tensión política en torno al centro de detención
El alcalde de Newark, Ras Baraka, criticó las políticas migratorias de Donald Trump y mencionó informes de un posible motín antes de la fuga. Baraka fue arrestado el 9 de mayo por invasión de propiedad durante una protesta, aunque los cargos fueron retirados.
Por su parte, la congresista LaMonica McIver enfrenta acusaciones por agredir a oficiales federales en una manifestación afuera del centro, cargos que ella niega.
Las protestas en el centro se dieron debido a la denuncia de demoras en las comidas de los detenidos, quienes llegaban a pasar hasta más de 10 horas sin comer, y a malas condiciones del lugar.
¿Qué sigue en la búsqueda de los prófugos?
El FBI y autoridades locales intensifican la búsqueda de Bautista-Reyes y Pineda-Mogollón, mientras investigan las fallas de seguridad que permitieron el escape. La recompensa de $10 mil por cada fugitivo busca acelerar su captura.
Este caso reaviva el debate sobre las condiciones en los centros de detención migratoria y la postura del gobierno ante personas con antecedentes penales.
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