Crónica Gomezpalatina El Siglo de Torreón

Sin lugar a dudas el mes de diciembre tiene un encanto festivo especial, lleno de tradiciones y vivencias hermosas y cautivadoras, pero además la relevante conmemoración de la fundación de Gómez Palacio, ya que el Honorable Congreso del Estado de Durango emitió el día 18 de ese mismo mes, en el año de 1905, mediante el decreto número 60 con fundamento en la naciente Ley de División Territorial, la concesión a las citadas: Ciudad y Municipio del mismo nombre, otorgándoles su autonomía definitiva, ya que antes de esa fecha dependíamos en el aspecto político del Partido de Mapimí que tenía como cabecera la ciudad de Lerdo.
Es importante señalar que, por su acelerado crecimiento demográfico y su dinámico desarrollo económico, nuestra población no cubrió las acostumbradas disposiciones de ser primero ranchería, luego villa y finalmente elevarse al rango de ciudad formalmente declaradas.
Con lo anterior se pone de manifiesto una proverbial situación demostrativa, de que la tenacidad y el esfuerzo son elementos distintivos de los gomezpalatinos, los cuales a través de nuestra historia han aplicado con determinación y un intenso afán de superación, que nos ha permitido alcanzar altas metas económicas y sociales, figurando con gran preponderancia en las diferentes etapas históricas de nuestra patria, siendo protagonistas y testigos principales de vista, en las múltiples situaciones que se han dado en nuestra comarca.
La transformación radical de la llegada del ferrocarril en 1883, cambiando drásticamente nuestras formas de vida y convirtiendo a nuestro terruño en un emporio de progreso, el cultivo del algodón que, en 1908, situó al municipio de Gómez Palacio como primer lugar en producción de la fibra blanca a nivel mundial, nuestra original vocación industrial.
Así como nuestra participación en Las Batallas de La Laguna en las que fuimos protagonistas destacados en esas proverbiales confrontaciones que tuvieron como frente de combate a nuestra ciudad, con la lucha más sangrienta de la revolución en el cerro de La Pila, ya que cuando la línea de defensa cedió, las fuerzas federales perdieron la plaza de Torreón.
Cinco lustros más tarde, también fuimos el primer municipio del país en que se efectuó el Reparto de Tierras, promovido por el gobierno del general Lázaro Cárdenas del Río, mismo que empoderó a los campesinos laguneros, eternos y legítimos demandantes de tierras.
La celebración de nuestro aniversario anteriormente no se efectuaba, por razones que ignoramos, pero durante la gestión en la Legislatura a la que pertenecían por el Distrito correspondiente a nuestros diputados locales los ciudadanos Javier Ponce Ortega y Roberto Valdepeñas Cortázar, se estableció el acuerdo que dicha celebración debía efectuarse anualmente el día 21 de diciembre y respetar el mandato de declarar día festivo por ese motivo, en todo el municipio.
En paralelo los Ayuntamientos deberían realizar ceremonias y festejos conmemorativos para destacar dignamente la citada fecha.
Es conveniente citar la sugerencia que muchos ciudadanos, maestros y funcionarios públicos han hecho, para que en una gestión común, sociedad y autoridades, se considere la conveniencia de implementar un cambio de fecha para la celebración de los festejos mencionados, unos días antes para posibilitar la asistencia de estudiantes, trabajadores del ayuntamiento y de la comunidad en general antes de que se inicien las vacaciones decembrinas y de fin de año, que causan ausencia de esas personas porque las clases se suspenden en las escuelas, y mucha gente disfruta de los acostumbrados asuetos y en consecuencia la celebración es a veces deslucida por esas razones.
Desde principios de esta centuria el Ayuntamiento Municipal ha tenido el cuidado de celebrar dignamente el aniversario señalado, implementando actividades que involucren a la ciudadanía con el propósito de incrementar el cariño, respeto y orgullo, por ese día en que se declaró la autonomía mencionada, misma que nos dio ocasión de seguir nuestro camino apegados al sendero de la superación.
Uno de los aspectos más destacados que se realizan es la designación de ciudadanos distinguidos, elegidos mediante una convocatoria pública, tomando en consideración los méritos, valores y acciones que les permitan ser seleccionados para recibir esos reconocimientos, en una ceremonia especial, igualmente pública.
Se califican categorías en Educación, Arte y Cultura, Deportes, Desarrollo Económico, Valores Populares, Desarrollo Profesional entre otras ramas y a los ganadores se les entrega un diploma denominado Testimonio Santiago Lavín Cuadra en honor al fundador de la ciudad, promovida originalmente por la Asociación Ciudadana Unidos por Gómez Palacio A.
C.
Y la Presea Ancla, que entrega el R.
Ayuntamiento en referencia al primer logotipo comercial que utilizó la empresa Industrial Jabonera La Esperanza, orgullo del naciente Gómez Palacio y cuyo significado hablaba de estabilidad espiritual y desde luego esperanza de superación y progreso, que son normas de nuestra comunidad que desde sus inicios tuvo vocación industrial, la cual permanece y es la base de nuestro sustento, proyección y desarrollo.
Regresando al agradable tema de las costumbres y tradiciones navideñas, recordamos con gran añoranza y sentimiento, aquellos tiempos pasados de nuestra niñez en que fuimos partícipes alegres y felices en aquellos festejos en que se involucraban las creencias religiosas católicas y cristianas, de acuerdo a los respectivos ritos y celebraciones, las que este cronista conoció de acuerdo a la participación mayoritaria del pueblo de México que es la fe católica, en la que los festejos se realizaban en un ambiente de júbilo popular.
Empezando por la devoción a la Patrona de nuestra Patria que es la Virgen de Guadalupe, con las coloridas danzas autóctonas y gentes de la comunidad caminando en peregrinación al compás de las tamboras, llevando ofrendas de todo tipo a las iglesias.
Era un atractivo desfile lleno de colorido y solemnidad, donde la participación de los y las danzantes que prodigaban esfuerzos con sus airosos desplazamientos y llamativos atavíos, la gracia de los viejos de la danza que con sus máscaras y el estallido de sus chicotes de broma, hacían las delicias de los espectadores y siempre se disputaban la distinción de ser los mejores, sin más recompensa que el reconocimiento popular y la propia satisfacción de su calidad dancística, recordando a una de las danzas más espectaculares como la de Chuyito Fernández y también anteriormente la de Javito Reed (+), y la danza de la pluma de la colonia Santa Rosa, impactante y hermosa.
Después de los doce días de las fiestas guadalupanas, pasaba un pequeño lapso de tiempo para que se iniciarán las posadas, con toda la carga emotiva referente a las tribulaciones que pasó el matrimonio de María y José, previas al nacimiento del niño Jesús, y la triunfal llegada del salvador en un humilde pesebre, hecho que se representa, con la recreación de pequeños nacimientos en los hogares, elaborados con sencillez y modestia, para corresponder al ejemplo de humildad de ese grandioso acontecimiento bíblico.
Anteriormente en las posadas se recreaban los acontecimientos sucedidos con gran respeto y espiritualidad, en los que participaban los menores principalmente, para involucrarlos en la celebración, como enseñanza y como devoción, dirigidos por personas adultas afines a la religión y siguiendo las creencias seculares que a su vez habían recibido.
En la actualidad las posadas han sido transformadas en festejos mundanos, en los que se aprovecha para celebrar reuniones de compañeros de trabajo, y de amigos, en los que se reparten gratificaciones y regalos, donde los alimentos y las bebidas son algo completamente alejados del sentido tradicional y por ningún lado se ve la humildad y el respeto al hecho que se festeja.
El día de noche buena, concurrían las familias a misa, y luego a la reunión casera donde se entregaban obsequios a los hijos y se intercambiaban regalos.
Luego con una semana de espacio se celebraba la llegada del nuevo año, con la visita a los templos para dar gracias por las bendiciones recibidas, y más tarde con las celebraciones y festejos en casas y lugares de reunión, para los abrazos y buenos deseos para el año venidero.
Muchas de estas costumbres prevalecen y contribuyen al buen ambiente de cercanía y visitas de familiares y amigos, para refrendar lazos de cercanía, afecto y cariño.
El ambiente en general se muestra de alegría y regocijo, las autoridades por su parte se esmeran en elaboraciones y adornos espectaculares y a últimas fechas se colocan nacimientos gigantes y muy llamativos para contribuir a destacar la temporada decembrina, los cuales congregan a miles de personas, que se muestran muy agradadas con los arreglos y la ocasión para que los grupos familiares participen y se agradezca la preocupación oficial por estar cercanos a los habitantes en sus tradiciones y festejos de temporada.
Queda pendiente como continuidad de los eventos, para el año siguiente, la tradicional Rosca de Reyes del día 6 de enero, donde los participantes cortan su tajada de rosca y el que tenga la buena fortuna de encontrar un muñequito de plástico que nos recuerda la llegada del Dios Niño, también adquiere el compromiso de invitar a los que se reunieron en la celebración a la fiesta del Día de la Candelaria con la acostumbrada tamalada.
Cumplidos los requisitos que se señalan, se cierra la temporada iniciada en la pasada Navidad y continúan los acontecimientos regulares, con nuevos y renovados bríos en la búsqueda de mejores satisfactores de vida, para beneficio propio y de la comunidad gomezpalatina en donde hemos tenido la oportunidad y el orgullo de haber nacido en este terruño.
Su modesto cronista aprovecha la llegada de estos tiempos de ventura, para agradecer la atención de los lectores a la columna quincenal y desearles parabienes y alegrías en los días por venir.
ramlom28@hotmail.
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