Nacho Viale celebró los 13 años de La Dueña, la novela que marcó el regreso de Mirtha Legrand a la ficción Infobae
Este sábado, además de mostrar su entusiasmo por un nuevo programa de La Noche de Mirtha (El Trece), Nacho Viale recordó con alegría el aniversario de una de las novelas más importantes en la carrera de su abuela: La Dueña. A través de sus stories de Instagram, el nieto de Mirtha Legrand destacó los 13 años de la obra, la cual determinó el regreso de la diva a la televisión.
Emitida por Telefe en 2012, La Dueña fue un unitario producido por Nacho Viale y Martín Kweller, en el que Mirtha interpretó a Sofía Ponte, una empresaria del mundo cosmético que debía enfrentar disputas familiares por el control de su emporio. El personaje fue pensado para ella, y funcionó como un retorno al formato dramático desde una perspectiva central, con una figura femenina fuerte y autoritaria.
El debut de La Dueña superó ampliamente las expectativas del canal y de su equipo de producción. Promedió 29,5 puntos de rating y alcanzó picos de 30,7, cifras que en ese contexto representaban un fenómeno televisivo. El impacto inmediato del primer capítulo llevó a que la serie, originalmente prevista para 13 episodios, fuera extendida a 32 entregas, completando su emisión en noviembre de ese mismo año.
Años atrás, en el aniversario de la película, Mirtha había expresado su sorpresa al constatar el paso del tiempo. “Jamás hubiera pensado que ya pasaron 10 años. ¿Estás segura?”, reaccionó ante la consulta de Teleshow, reflejando la intensidad con la que vivió aquel proyecto. La ficción marcó su regreso a la actuación tras 46 años de ausencia en ese rol, una profesión que había iniciado a los 13 años con la película Hay que educar a Niní de Niní Marshall.
Volver a actuar después de casi medio siglo representó un desafío emocional y técnico para Mirtha Legrand. Según relató, una de las primeras dificultades fue retomar el hábito de memorizar guiones: “Al principio me costó retener la letra, no estaba acostumbrada a memorizar un texto, pero luego de unos días ya estaba en condiciones de memorizar”. La actriz destacó el trabajo conjunto con el equipo y el autor del guion, Marcelo Camaño, con quien ajustó los tiempos y diálogos de su personaje.
Las jornadas de grabación comenzaban temprano por la mañana, aunque Chiquita acordó en su contrato comenzar al mediodía. Este detalle organizativo obligó a que todas sus escenas estuvieran programadas dentro de ese horario, permitiendo que el rodaje se adaptara a su ritmo.
Otro aspecto relevante fue el trabajo de estilismo, encabezado por Héctor Vidal Rivas, su histórico asesor de imagen. Cada una de las apariciones de Sofía Ponte estuvo cuidadosamente pensada: trajes, vestidos y carteras exclusivas fueron seleccionadas para construir una figura de autoridad elegante y coherente con el carácter de la protagonista.
Mirtha recordó esa experiencia como un “mimo al alma” y destacó la satisfacción que le produjo volver a actuar, una faceta que anhelaba retomar desde hacía tiempo. El proyecto fue concebido originalmente para 13 episodios, pero el éxito de audiencia determinó que se extendiera hasta 32 capítulos.
El respaldo del público no solo consolidó el proyecto como un éxito de audiencia, sino que también posicionó a Mirtha Legrand en un nuevo lugar dentro del consumo televisivo contemporáneo, más allá de sus clásicos almuerzos. La audiencia respondió con entusiasmo a su regreso como actriz, y la frase “No me discuta, yo soy la dueña” se instaló como uno de los emblemas de la ficción.
La propia Mirtha expresó su deseo de que la serie sea repuesta: “Deberían reponer La Dueña. Fue muy interesante y la única vez que salí por las pantallas de Telefe. Yo jamás volví a verla. Es una buena idea, lo voy a hablar con Nacho”. La intención de revivir la miniserie no responde únicamente a una estrategia televisiva, sino a una valoración personal de lo que significó ese regreso.
