El día en que la IA decidió tu futuro laboral Heraldo de Aguascalientes

Si algo nos ha enseñado la historia, al menos en el tema tecnológico, es que tarde o temprano la imaginación humana siempre supera la línea de la ficción, el mundo lo vivió con los libros de Julio Verne y la invención del internet – entre otros inventos – la caricatura de “Los Supersónicos” con el teletrabajo, y en estos momentos con la magnificencia de la inteligencia artificial (IA), la cual está comenzando a reemplazar al ser humano en diversos puestos laborales, y un claro ejemplo de ello es la siguiente anécdota…

En una tarde sabatina de colegas, uno de mis amigos nos compartió su experiencia en una entrevista laboral para una empresa americana, lo que parecía ser algo tradicional como asistir presencialmente a una oficina y responder algunas preguntas a quien estuviera reclutando, terminó siendo una escena sacada de Hollywood, mi amigo tenía que conectarse a una computadora, con la cámara prendida, para ser interrogado por una IA que también tenía la capacidad de leer el lenguaje facial y detectar cuando el candidato estuviera divagando o diciendo mentiras… ¡Qué «creepy»!

Quizá esta realidad estará muy normalizada en unos 10 o 20 años, pero en estos momentos “mueve el tapete” de lo que se trata el reclutamiento laboral, con el aparente potencial de hacer mejor el trabajo que las y los humanos en términos de objetividad y efectividad en dicho proceso, pero… ¿Te digo algo? Esa línea entre las máquinas y nuestra especie sigue marcada por lo siguiente: la IA aún no puede leer imágenes – como tu foto personal en el currículum vitae (CV) – y aunque parezca un elemento sin importancia, como humanos nos interesa saber a quién vamos a contratar, tener una “referencia visual” antes de tomar en cuenta a alguien por sus “habilidades”, un equilibrio de ambos elementos señalados.

Puede que, en un futuro cercano, la inteligencia artificial se actualice y pueda interpretar las fotografías, pero mi punto es que antes de delegar con la IA, como herramienta de acompañamiento o sustituto de alguna profesión, debemos adquirir primero los conocimientos, desarrollar la conciencia y el sentido común, porque si surgiera alguna controversia, la gente no va a juzgar o no le dará importancia a lo que hizo una máquina, sino a quien le dio la instrucción, la desarrolló, u optó por esta tecnología.

Para cerrar la anécdota, me enteré que la IA suele rechazar buenas candidaturas por el simple hecho de no poder “leer” los elementos fotográficos en un CV, su filtro es técnicamente lo que indica la escritura, y aunque esto pueda representar un cambio en la manera en que una persona se postula para un puesto laboral, también es una oportunidad para el departamento de recursos HUMANOS para seguir siendo relevantes, y para las marcas que aún se denominan como “empresas humanas”. Recuerden que los valores – en el buen sentido – también venden.

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