La Columna de Rosell El Siglo de Torreón

Con lo bien que anda Julio Furch y en una posición donde el futbolista mexicano parte por su naturaleza y parte por falta de guía adecuada, es históricamente inepto.
Me refiero a la posición de nueve o goleador.
Hugo y Jared dos honrosas excepciones, dos goleadores de raza, de nacimiento, cuyo único fin en la vida era meter el balón a la portería, muy diferentes en cuanto a sus métodos, pero al final el objetivo se cumplía, el portero vencido y la pelota en el fondo.
Nacieron Jared y Hugo para el gol, otro histórico es Chicharito, pero lo de Hernández pasa más por esfuerzo y terquedad o llamémosle tenacidad más que una cualidad por naturaleza.
Pero volvamos al tema que intento una vez más tocar, el asunto de los naturalizados en la selección, nunca he estado de acuerdo y nunca lo estaré, ¿Pensamiento retrógrada? ¿patrioterismo barato? Puede ser y lo acepto.
Siempre he creído que mientras no naturalices a un recontra crack, un Hazard, Mbappé, Salah, etcétera, asunto por cierto imposible, ¿para qué le mueves? si ya la historia te ha mostrado que no pasa nada diferente con uno que otro naturalizado, Caballero, Matías, Guille, Chaco, Sinha, el que me digan, el resultado es el mismo, no hacen diferencia, y los muy buenos, pues juegan en sus respectivas selecciones.
Claro que me emocioné con aquel formidable cabezazo de Vuoso contra Canadá que nos evitó el peor fracaso de nuestra historia, imagínate, ¡no calificar ni al hexagonal! Pero hasta ahí, fue como la chilena de Jiménez contra Panamá, lo mismo, goles para evitar grandes humillaciones y no goles para trascender.
Con todo respeto a Julito no me parece para nada muy superior a Raúl Jiménez, obvio, si Furch fuera mexicano ya la estaríamos haciendo de tos para que fuera convocado.
Soy de los que creen que todavía se puede hacer algo grande, como quedar entre los mejores ocho en un mundial, con solo nacidos en México, si alguna vez se va a trascender en serio que sea con solo paisas.
Para que la satisfacción y orgullo sean más auténticos, tiene que ser con futbolistas cien por ciento hechos en México, y no me vengan otra vez con aquello de que hasta Alemania tiene naturalizados, eso es otra cosa, esos futbolistas polacos o africanos, nacieron o llegaron de muy chavitos (tres o cuatro años de edad) a tierras germanas y ahí se formaron como futbolistas.
Es más, creo que Furch tiene más posibilidades de ser llamado a la albiceleste (en pleno periodo de renovación) que al Tri.
Julio debe de estar llamando la atención y ahora que se estrecharan más los lazos entre México y Argentina con esa gran idea de jugar dos partidos en territorio argentino a mediados de noviembre, no vaya a ser que me lo convoquen como ya sucedió con Nahuel, Marche o Chaco.
Ojalá se diera, Julito se lo merece por ser un gran jugador y mejor persona.
En fin, a rascarnos con nuestras uñas, ya fue agradable lo que atestiguamos en Monterrey contra un buen equipo tico, esperamos que se replique contra Chile en Querétaro, partido con morbo extra, ya se, que solo en un torneo oficial se podría hablar de revancha o venganza del espantoso siete a cero de aquella Copa América, pero no caería nada mal una buena victoria mexicana para corroborar que aquello fue un terrible accidente.
Por cierto, el propio técnico nacional actual está en contra de los naturalizados siendo el uno de ellos, si México sigue jugando bien con estos chavos en los tres partidos que le restan a Tuca, no habrá más remedio que seguir insistiéndole a los involucrados para que Ferreti tome a la Selección en forma definitiva, cae bien el méndigo Tuca y los jugadores lo quieren y respetan.
Recapitulando, no a los naturalizados y si a que Furch sea llamado a la selección argentina.
Cada quien con su cada cual.
rrosell50@hotmail.
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