Muriel Barbery conversará sobre su novela más reciente: ‘Una hora de fervor’ Excelsior

Virginia BautistaLo que me obsesiona como mujer y escritora es saber cómo vivir.
Pregunto esto a mis personajes para ver si encuentro respuestas y aprender de ellos”, confiesa la escritora francesa de origen marroquí Muriel Barbery (1969).
Por esa razón, explica la narradora en entrevista, “siempre escribo sobre los mismos temas, que reaparecen de manera obsesiva: la amistad, el amor, el arte y la naturaleza.
Tópicos que se cree pasaron de moda, pero hay algo que no cambia: en la vida siempre están presentes”, agrega.
La egresada de la Escuela Normal Superior de Fontenay-Saint Cloud, donde obtuvo su posgrado en Filosofía, es uno de los platos fuertes del Hay Festival Querétaro que comienza hoy, donde conversará sobre su novela más reciente, Una hora de fervor (Seix Barral), con la escritora mexicana Yael Weiss, a las 17:00 horas.
Desarrollada en Kioto (Japón), donde Barbery vivió dos años, el volumen narra la historia de Haru, un mercader de arte japonés que conoce a una bella viajera francesa y, de su aventura amorosa, nace un bebé; pero, pronto, le prohíben a Haru que se acerque al retoño.
Petición que cumple, ofreciendo una nueva mirada sobre la paternidad.
He creado novelas muy diferentes unas de otras, porque concibo mi trabajo como un proceso de exploración.
Me fue interesando cada vez más y más no sólo crear novelas, sino el proceso de escritura que está detrás”, agrega.
La autora de la aclamada novela La elegancia del erizo (2006), con más de un millón de ejemplares vendidos y 30 ediciones, destaca que “intento siempre procurar la elegancia y la poesía en mis escritos”.
Admite que la geografía determina el espíritu de los pueblos y tiene un impacto considerable en el trabajo de los novelistas.
“Kioto, más que Japón, tuvo una influencia en mi estilo.
No sólo en mi manera de vivir, de ver el mundo, sino en mi forma de escribir.
Haber vivido ahí le dio a mi estilo una nueva geografía: puntuación, el estilo de las frases, su musicalidad.
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Busco ahora una poesía más sobria.
Es la lección de Japón: producir el mayor efecto posible con el menor recurso.
Es increíble cómo los japoneses logran contener la existencia entera en tres versos de un haikú”, añade.
La autora de las novelas La vida de los elfos, Un país extraño y Una rosa sola detalla que, en el caso de Haru, “quería meterme en la piel de un personaje que se dio; vivir la experiencia de un hombre que, independientemente de sus defectos, fuera capazde darse.
Fue una experiencia muy fuerte para mí.
Viviendo con estos personajes aprendí cómo podemos hacer para que el amor exista dentro de la ausencia”, concluye Muriel Barbery.
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