‘A mí me gusta el humor que es absurdo y que genera contextos de incomodidad’: Chula The Clown Excelsior

Juan Carlos Talavera Para la artista mexicana Gabriela Muñoz, mejor conocida como Chula The Clown, el humor mexicano no se simplifica a la tradicional picardía y su trabajo es un ejemplo de esa otra cara de la risa que explora el absurdo y la incomodidad del otro.
A mí me gusta el humor que es absurdo y que genera contextos de incomodidad, porque son las cosas que me causan gracia y definitivamente México es un lugar maravilloso para sacar apuntes, porque está lleno de surrealismos y de absurdos, más que de bromas físicas, chistes o gags”, dice a Excélsior la artista que se presenta por segunda ocasión en el Festival Paax GNP, en Xcaret, con el montaje Perhaps, Perhaps… Quizás, y que pronto actuará en Montreal, Berlín, Helsinki y China.
Para Muñoz, los temas que lleva a escena incluyen un componente autobiográfico.
“Todas las historias que escribo o que desarrollo, de alguna manera, tienen ese principio, pero no necesariamente con la finalidad de sanarme o de que sea algo terapéutico.
Sí tienen el principio de conexión muy profunda con mi historia, con algo que conozco bien, pero después deja de ser literal y se vuelve otra cosa que muchas veces trato de explorar a través del silencio, para que se vuelva en algo universal, aunque todo inicia con mi conexión con el tema”, comenta.
Muñoz también insiste en que la risa es un lenguaje universal que rompe cualquier frontera y, al mismo tiempo, es una ventana para viajar a otros lugares.
Cuando inicié (como artista clown), creé un colectivo con una colega libanesa (Sabine Choucair) con quien trabajé en campos de refugiados, en Medio Oriente, y ahí hablaba mucho con ella sobre las limitantes y las fronteras del idioma y la payasería, porque yo entré sin traductor y sin saber nada del contexto.
Pero así me di cuenta que lo más importante eran los encuentros breves y reales, donde no sólo quería afectar el espacio, sino dejarme ser afectada por el otro, y comprendí que las limitantes son nuestras, porque todo ser humano baila y siente éxtasis, tristeza, conoce la soledad y el miedo”, apunta.
Esto implica que cuando la artista explora un tema para llevar a escena, se detiene en lo que llama su atención y en las cosas con las que batalla cada día.
Por ejemplo, en el caso de Perhaps, Perhaps… Quizás, Muñoz cuestiona la idea de la espera y de la ilusión por encontrar al hombre perfecto, así como la soledad a la que ésta conlleva cuando uno mismo es imperfecto, en una época en donde la presión del tiempo y la falta de esperanza son inminentes.
Mi trabajo más reciente es Julieta y aborda el envejecimiento femenino y la muerte de una manera celebratoria.
Éste tiene que ver con que mi papá murió durante la pandemia y con que mi abuela se llamaba Julieta, un ser fantástico.
Pero de pronto ya no es la historia de ellos ni la mía y se vuelve otra cosa.
Sin embargo, en cada puesta los veo y eso me da mucha paz y amor, y eso funciona perfecto porque no importa si se entiende perfecto cada cosa, sólo sé que cada experiencia es irrepetible, con un público que puede estar cómodo y regresar a ser más niño, a permitirse jugar y sentir, a no entender, a sentirse perdido.
A mí me gusta dejarme ser visible y tener siempre el contacto con el público, de una manera ligera, liviana y amorosa, nunca para burlarme del otro, sino para invitarlo a entrar a un mundo utópico”, asegura.
TE RECOMENDAMOS: La Casa Azul: hogar, refugio y taller¿Hay ingredientes de poesía en su trabajo?, se le pregunta a Muñoz.
“Sí hay poesía, aunque lo que más leo son cómics, pero desde pequeña he sentido de una manera particular.
Recuerdo, por ejemplo, que desde chiquita mi mamá me decía que mi vida se pondría interesante porque, a los cuatro años, lloraba porque veía los árboles moverse.
Y también me interesan las cosas que no se explican, como la música, que en lo abstracto es poderosa para llevarnos a sentir una paleta de emociones y eso tiene una inspiración muy grande en mi trabajo”.
¿Qué explorará en su próximo montaje? “Empecé a trabajar el tema de la vejez femenina y próximamente voy a hacer un proyecto, en colaboración con Nueve Ojos, el colectivo que hizo los visuales para el show que hice con Alondra de la Parra en 2022 (The silence of sound), con un espectáculo multimedia que contará la historia de un vampiro y una payasa que se enamoran; y después quiero hablar de la maternidad”, concluye.
 PRÓXIMOS RECITALESEl Festival Paax GNP, que concluirá el 8 de julio, presentará hoy al guitarrista Yamandu Costa, al violinista Alexis Cárdenas, a la flautista Gili Schwarzman, al violinista Guy Braunstein y la violinista Sara Ferrández, en el recital Cuerdas Coloridas; y mañana actuará el bandoneonista Omar Massa en el programa Tango, Milonga, Malambo.
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