La historia hasta ahora: El 8 de diciembre, el presidente estadounidense Donald Trump anunció que las empresas chinas podrán importar unidades de procesamiento de gráficos Nvidia H200, siempre que la empresa pague al gobierno de los EE. UU. un recargo sobre los ingresos del 25%.
¿Para qué sirven las patatas fritas?
Nvidia diseña y desarrolla unidades de procesamiento de gráficos o GPU. Si bien las GPU son las que impulsan las pantallas digitales y ayudan con cargas de trabajo avanzadas como los videojuegos, algunas están diseñadas para ayudar con el desarrollo de la inteligencia artificial, como entrenar modelos de lenguaje grandes (LLM) y realizar otras tareas que requieren un uso intensivo de recursos. El H200 está una generación detrás de la arquitectura Blackwell, que está a la vanguardia de la línea de productos de Nvidia. Un diferenciador clave para Nvidia es su arquitectura de software CUDA patentada, que utiliza para mejorar el rendimiento de sus GPU.
Por razones geoestratégicas, Estados Unidos ha restringido o prohibido la exportación de chips muy avanzados y el conocimiento para fabricarlos desde 2018. A Estados Unidos se le han sumado en este proceso otros países cuyas empresas tienen liderazgos críticos en tecnología de GPU y semiconductores, como Corea del Sur, Japón y los Países Bajos. Una de las razones por las que Estados Unidos desconfía de que China obtenga acceso a tecnología de punta son las implicaciones del doble uso. Estados Unidos quiere impedir que China llegue primero a los avances tecnológicos, especialmente en ámbitos sensibles como la defensa. Mantener el liderazgo tecnológico también es beneficioso desde el punto de vista comercial para las empresas norteamericanas, que se beneficiarían de una ventaja al tener acceso a equipos que sus competidores chinos no tienen.
¿Por qué se permite la exportación de chips H200?
China ya se ha enfrentado a una reacción masiva contra su industria de semiconductores y de inteligencia artificial por parte de Estados Unidos. Incluso los chips H20 de la generación anterior estaban sujetos a una cuota de cantidad de exportación, y los informes indican que Estados Unidos quería visibilidad y control sobre quién era el usuario final de estas tecnologías. Estas restricciones abarcaron tanto la presidencia de Joe Biden como los mandatos de Trump. Estas limitaciones han llevado a China a invertir enormes cantidades de recursos en investigación y desarrollo, impulsadas por los ingresos del país provenientes de su economía orientada a las exportaciones y el generoso apoyo de campeones de la industria como Huawei. La compañía ha logrado desarrollar conjuntos de chips locales e incluso un sistema operativo para sus nuevos teléfonos, que no dependen de Android, que utiliza la mayoría de los teléfonos inteligentes excepto los de Apple. Los teléfonos autóctonos de Huawei utilizan chips que utilizan procesos más antiguos pero que ofrecen un rendimiento decente. Si bien las restricciones tecnológicas dan a Estados Unidos cierto margen de maniobra para mantener su ventaja tecnológica, empresas como Nvidia han tratado de acceder al vasto mercado chino. La compañía presionó con éxito a la Casa Blanca para que permitiera la venta de sus chips de la generación anterior en China.

¿Permitirá China su compra?
La lógica de Nvidia y el gobierno de EE.UU. es la siguiente: al permitir la venta de GPU avanzadas a empresas chinas, EE.UU. quitaría algo de impulso a los esfuerzos de China por desarrollar y desarrollar sus propias alternativas, como las que está desarrollando Huawei. Si las empresas chinas pueden lograr sus objetivos con los chips H200, el apetito por chips B200 más avanzados puede no ser urgente. El argumento se basa en la perspectiva de que Nvidia puede ganar dinero con las ventas chinas sin alterar el liderazgo tecnológico estadounidense y al mismo tiempo no acelerar la investigación y el desarrollo de tecnologías clave en China. China está familiarizada con estas estrategias y, en el pasado, ha seguido ambos caminos: permitir que las empresas compren chips avanzados en el extranjero y, en otros casos, obligar a las empresas a utilizar alternativas nacionales.
Los informes indican que los chips H200 que China permitirá comprar a sus empresas serán limitados. De esa manera, espera el país, presumiblemente las necesidades a corto plazo de las empresas que dependen de esta tecnología continuarán sin obstáculos, mientras que un impulso mayor en toda la industria para las capacidades de chips chinos alcanzará los niveles de Estados Unidos. Sigue habiendo una brecha significativa entre la frontera de las tecnologías de chips y la respuesta de China a ellas.
Se sabe que China cierra brechas tecnológicas con un acceso mucho más limitado a la tecnología en un tiempo récord. Su DeepSeek LLM, desarrollado por una empresa relativamente pequeña, a un costo menor que las empresas norteamericanas y con chips más antiguos, destacó este hecho ante los responsables políticos globales. Sin embargo, Estados Unidos y los países aliados con una ventaja tecnológica en diferentes partes del ecosistema de IA y chips siguen considerando valioso prolongar su posición de liderazgo durante el mayor tiempo posible, tal vez hasta que se logre la inteligencia artificial general (AGI).