Con un aforo acumulado de 8 millones de fieles; millones de historias en la Basílica de Guadalupe Excelsior

Brenda Salas e Hilda Castellanos-LanzarinEl suelo ardía bajo las rodillas de Diego, un joven de apenas 16 años cuyo aliento, agotado, pero lleno de ímpetu, era un ruego silencio para la Virgen de Guadalupe.
Cargando sobre su espalda una figura de la también llamada Morenita del Tepeyac, cada centímetro que avanzaba, postrado, era la materialización de una promesa hecha por la salud de su madre, quien padece una enfermedad del corazón.
2,780 personas fueron atentidas por los equipos médicos del gobierno de la CDMX.
         5,050 elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana fueron desplegados.
Su acto de fe, observado y apoyado por otros peregrinos, fue sólo una pieza en el mosaica de historias de devoción inquebrantable que congregó a más de 8 millones de fieles en la Basílica de Guadalupe, el principal recinto religioso de la capital del país, para rendir homenaje a la virgen en conmemoración de su día.
Fieles de todo el país, que llegaron a pie, en bicicleta o de rodillas, se antepusieron al desgaste físico para dar gracias por la salud, el trabajo o implorar por un bebé que esperaba entrar a una cirugía.
La Familia Mata, por ejemplo, agradeció la salud y la vida, con dos nuevos integrantes de apenas seis meses de edad que cargaban en sus brazos.
Cerca de ellos, Ulises y Ángel coincidieron en dar gracias además de la salud, por su trabajo.
Ángel agregó que, en esta ocasión, pedía por su bebé que estaba a punto de entrar a una cirugía.
Otros peregrinos llegaron a saldar deudas de fe, como Yosselin que acudió con seis meses de embarazo para dar gracias a la Virgen.
“Le pedí hace cuatro años a mi bebé y no podía el embarazo y este año me lo mandó”, relató.
Por otro lado, José Luis, cansado pero contento, compartió la historia de la imagen de la Virgen que lo acompaña: “Tengo como 30 y tantos años con ella, y me la heredó un primo, de un taller que teníamos en Puebla, falleció él y se me quedó a mí esa imagen”.
La lucha que no cesaEntre los grupos, destacó la presencia del Colectivo Una Luz en el Camino, en lo que fue su primera peregrinación colectiva hacia La Villa.
Las madres buscadoras no sólo llevaron consigo la imagen de la Virgen, sino también la de sus hijas e hijos desaparecidos, un acto que dijeron simboliza la fe en su búsqueda incesante.
En cada calle aledaña a la Basílica, la tradición de la peregrinación se acompaña de la solidaridad: manos se extendían con cariño para recibir a los devotos con comida caliente, agua o dulces.
María, una de las personas que ofrecía ayuda, comentó que su aportación era “algo sencillo pero de corazón”, repartiendo paletas y gelatinas.
La celebración conmemora el milagro de 1531, cuando la virgen se le apareció al indígena Juan Diego en el cerro del Tepeyac, consolidándose como la patrona de México.
La imagen impresa en la tilma de Juan Diego refuerza la fe de millones de personas que, como cada año, esperaron al filo de la medianoche para el momento cumbre: cantar las tradicionales Mañanitas a la Virgen de Guadalupe como la máxima muestra de fe y devoción.
BalanceHasta las 19:00 horas de ayer, 8 millones de personas habían llegado a los alrededores de la Basílica de Guadalupe, informó el Gobierno de la Ciudad de México.
Se espera que el punto más alto de arribo de peregrinos se registre previo a las mañanitas a la Virgen del Tepeyac y durante la madrugada del 12 de diciembre.
A pesar del flujo masivo, el operativo de vigilancia se mantiene sin incidentes graves,  informó el secretario de Gobierno, César Cravioto.
Se tiene el reporte de 36 personas extraviadas durante la jornada; todas han sido localizadas salvo una, que permanece en búsqueda activa.
En cuanto a la atención médica, los equipos instalados dentro del recinto han brindado mil 735 servicios, mientras que otros mil 45 se han realizado en el exterior de la Basílica.
Están desplegados 5 mil 50 elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana.
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