Desean endulzar la Navidad en la Sierra Diario.mx
Ciudad Juárez.- A 10 días de que finalice la colecta de dulces, la esperanza de lograr las 300 bolsitas destinadas a niñas y niños tarahumaras sigue creciendo entre las mesas donde voluntarios acomodan paletas, mazapanes, ‘pelones’ y caramelos.
Cada aportación suma al propósito de llevar un detalle navideño a las comunidades de Humachique, Korachi y Panalachi, donde el Ministerio Misionero Rey de Reyes realiza su labor año con año.
El pastor Rubén Reyes explica que esta misión tiene una historia que comenzó hace casi una década.
En 2017, él y otros voluntarios participaron en una brigada médica cristiana en Humachique. Esa visita, asegura, transformó su manera de ver la Sierra y el trabajo comunitario.
“Prácticamente nos enamoramos de la Sierra y de las misiones”, recuerda al narrar cómo inició el vínculo con las comunidades rarámuris.
Tras esa primera experiencia, continuaron viajando de la mano del pastor Ismael Rojo, su mentor en misiones, hasta que tomaron la decisión de organizar viajes por cuenta propia.
Primero trabajaron con Humachique, después con Korachi –una comunidad de 30 a 40 familias en la zona de Bocoyna– y más adelante con Panalachi, donde un pastor exiliado levantó una pequeña iglesia y permaneció ahí con su familia.
En diciembre de 2023 realizaron una de las campañas más significativas: llevaron despensas, dulces, piñatas, sudaderas, ropa invernal y calcetines.
Ese viaje, afirma Rubén, marcó el origen formal del Ministerio Misionero Rey de Reyes, que desde entonces opera de manera independiente, organizando recolectas y apoyos para las familias tarahumaras.
En 2024 enviaron calcetines reunidos con apoyo de otro concilio, regresaron en julio con despensas y útiles escolares, y en diciembre volvieron a visitar las comunidades.
Rubén compartió que, durante estos años, también han aprendido de las propias familias rarámuris sobre la practicidad de ciertos apoyos.
“Las sudaderas, por ejemplo, resultan más útiles que las chamarras pesadas, debido a los trayectos que realizan entre cerros para llegar a actividades comunitarias. La libertad de movimiento es fundamental en esas caminatas de una o dos horas”, relató.
En esta temporada, el llamado principal está enfocado en completar las 300 bolsitas de dulces.
Rubén dijo que necesitan paletas, ‘pelones’, mazapanes y caramelos para poder cumplir con ese objetivo.
También solicitan pelotas sencillas –de plástico económico– y muñecas tipo Barbie que no sean bélicas ni requieran baterías.
Sin embargo, hay una necesidad adicional que este año se volvió urgente: un remolque para trasladar todos los apoyos reunidos hacia la Sierra.
“Si alguien de la comunidad pudiera prestarnos un remolque o si alguna empresa de fletes quisiera apoyarnos, sería una gran bendición”, expresa.
Mientras avanza el cierre de la colecta, las mesas continúan llenándose poco a poco. Cada aportación fortalece la posibilidad de que, en unos días, las bolsitas estén listas para iniciar su recorrido hacia la montaña.
“Con el apoyo de un donativo podemos juntos hacer la diferencia. Que Dios les bendiga y multiplique. Gracias”, compartió el pastor.
