Anaya acusa “autoritarismo hídrico” y advierte que Morena busca someter a los campesinos Diario.mx
* Morena afirma que el dictamen frena el acaparamiento y garantiza el derecho humano al agua
* Bloqueos en Chihuahua y protestas en la frontera norte escalan la tensión por la Ley General de Aguas
Ciudad de México.— El coordinador del PAN en el Senado, Ricardo Anaya Cortés, encendió el debate legislativo al acusar que Morena impulsa un “autoritarismo hídrico” con la nueva Ley General de Aguas, una reforma que, según dijo, concentra el control de las concesiones en el Ejecutivo federal y coloca a los productores agrícolas “de rodillas” ante la autoridad.
Al presentar una moción suspensiva, Anaya aseguró que el artículo 22 del dictamen elimina la posibilidad de transmitir concesiones junto con la tierra, lo cual modificaría un criterio histórico en zonas rurales. “Si un campesino quiere vender su parcela, el agua ya no va con ella; regresa al gobierno y dependerá de la autoridad si se reasigna. Morena lo decidirá discrecionalmente”, señaló.
El panista afirmó que la reforma evidencia una tendencia de control político: “A la mala se hicieron de la mayoría calificada, a la mala tomaron la Suprema Corte, controlan juzgados. Ahora quieren controlar el agua”. Llamó a Morena a “quitarse la máscara”, al advertir que detrás de su discurso contra los acaparadores existe un cuestionamiento a la propiedad privada.
En tribuna, Morena respondió que la ley busca frenar prácticas de concentración del recurso y garantizar el derecho humano al agua, previsto en el mandato constitucional y en resoluciones de la Suprema Corte que obligan al Congreso a legislar en la materia. Legisladores del bloque oficialista sostuvieron que el dictamen prioriza el consumo humano y corrige vacíos normativos heredados desde 1992, cuando —señalan— se permitió la mercantilización de concesiones sin supervisión suficiente.
Anaya rechazó ese argumento y afirmó que en la propia bancada oficialista hay legisladores con volúmenes concesionados mayores a los que se atribuyen a senadores del PAN. Además, criticó que la reforma no incorpora recursos para infraestructura, tecnificación del riego ni reducción de fugas: “No le ponen un solo peso a resolver el problema; no les interesa el agua, les interesa el control político”.
La discusión avanzó en un ambiente tenso, marcado por protestas en varios estados del norte del país. En Chihuahua —uno de los estados más afectados por sobreexplotación de acuíferos y disputas por concesiones— productores mantienen bloqueos en puentes internacionales y carreteras, argumentando que la ley se aprobó sin dialogar con ellos ni incorporar sus propuestas. En la frontera norte, las movilizaciones han comenzado a alterar el tránsito comercial entre México y Estados Unidos.
El Senado continuará el debate en sesión extendida, con Morena decidido a concluir el proceso legislativo y el PAN anunciando que agotará todas las herramientas parlamentarias para frenar lo que considera un cambio normativo “regresivo” para el campo y para las comunidades que dependen del agua concesionada.
El desenlace legislativo definirá no solo el nuevo marco de gestión hídrica del país, sino también el tono político que marcará las próximas semanas en un contexto de creciente presión social en regiones agrícolas estratégicas.
