¡Agentes sin capacitación, calles sin ley! Diario.mx

Cada semana el asfalto nos devuelve al menos un cadáver envuelto en fierro retorcido. 5,672 choques en 2024, más de 63% que el 2023, y en el 2025 llevamos hasta noviembre más de 6,800 choques reportados, un salto brutal del 20% más respecto al 2024. Y lo peor: casi 180 muertos en las calles (la mayoría peatones y motociclistas), cuando el año pasado cerramos en 142. La ola va en aumento y detrás de cada estadística hay un nombre que ya no contesta.

Mientras tanto, nuestros más menos 250 agentes viales —sí, solo esos, para 850,000 vehículos que circulan como si esto fuera Mad Max— siguen siendo carne de cañón: sin academia propia, sin formación continua, sin conocer a fondo los 226 artículos del Reglamento de Tránsito (más los transitorios) que deberían hacer cumplir.

Los sacan de la Academia de Policía, les ponen chaleco naranja y los mandan a la selva de concreto sin más herramienta que una libreta de multas y un silbato. El resultado es predecible: agentes que no saben educar, solo multar, que terminan insultados o golpeados porque no saben defensa personal, operativos que duran una semana, cero prevenciones y una ciudad que tiene más choques que calles pavimentadas.

Como buen administrador que soy, apliquemos el diagrama de Ishikawa (espina de pescado) como si fuera juicio final:

Causa 1 – Formación: No existe academia vial especializada. Los agentes llegan sabiendo más de cateo que de señalética, más de esposas que de cultura de la prevención.

Causa 2 – Conocimiento legal: El 70% desconoce artículos clave del reglamento municipal (dato interno de la propia Coordinación, 2024). ¿Cómo educan si no saben?

Causa 3 – Prioridad operativa: El presupuesto 2026 destina millones a puentes elevados y cero pesos específicos a formación continua. Prefieren fotos de operativos que vidas salvadas.

Causa 4 – Falta de prevención: El agente actual es reactivo: llega cuando ya hubo sangre. No está capacitado para educar, para prevenir, para ser autoridad moral en la calle.

¿Qué pasaría si Juárez tuviera una Academia de Vialidad real y continua? Repercusiones positivas inmediatas:

Agentes que conozcan los 226 artículos como la palma de su mano y puedan EDUCAR antes de multar. Inhibiendo la corrupción.

Capacitación permanente en manejo defensivo, cursos preventivos, psicología del conductor y primeros auxilios: menos agentes agredidos, más respetados.

Cultura preventiva: talleres en escuelas, colonias y maquilas impartidos por agentes preparados, no por voluntarios.

Reducción comprobada de accidentes: ciudades con academias viales especializadas bajan entre 18 y 32% los siniestros fatales en 3 años (ej. Bogotá y Guadalajara y Curitiba).

Respeto a la autoridad: un agente preparado no necesita gritar ni extorsionar; su sola presencia ordena.

Propuesta concreta, sin pedir la luna:

Que el Cabildo etiquete en el Presupuesto 2026 aunque sea 30 millones de pesos (el 2% de lo que van a gastar en obra pública) para crear la Academia Municipal de Vialidad y Cultura Preventiva con estos ejes:

Curso inicial de 480 horas (3 meses) obligatorio para todo nuevo agente.

Capacitación continua cada 6 meses (40 horas).

Módulos de educación vial comunitaria (para que el agente sea maestro, no solo multador).

Activemos YA la Escuelita Vial de la Heroico Colegio Militar como un centro vivo y permanente:

Y no nos olvidemos de los chavos. Cada año salen miles de jóvenes de 18 con su licencia recién calentita, sin haber pisado nunca un curso real de manejo. En Juárez te dan la licencia si respiras y traes $1,800 pesos. No hay examen práctico serio, no hay simuladores, no hay instrucción obligatoria de educación vial. Por eso tenemos gente estrellándose a 120 km/h porque nunca nadie les enseñó que el volante no es un videojuego.

Exijamos que el próximo presupuesto incluya la Academia de Vialidad. El 2026 está a la vuelta de la esquina y el Cabildo tiene la última oportunidad de etiquetar, aunque sea 30 millones para crear la Academia de Vialidad que esta ciudad lleva años pidiendo a gritos.

Que el 2026 sea el año en que Juárez deje de ser la ciudad donde el volante roba vidas y empiece a ser la ciudad donde el agente vial salva vidas. Porque aquí necesitamos más patrullas, pero también necesitamos más cerebro, más corazón y más dignidad en la calle.