Presidenta Claudia: lancha explosiva Elarsenal.net
Por. Ah-Muhán Iruegas
La señora presidenta Claudia Sheinbaum ha dicho que es falso que el régimen de Nicolás Maduro haya apoyado a las campañas electorales izquierdistas mexicanas. Esto en referencia a las afirmaciones del exsubsecretario del Tesoro para Financiamiento al Terrorismo, Marshall Billingslea.
Sea o no cierta la afirmación de la señora presidenta, el problema que ella tiene es que el exfuncionario de USA se está subiendo “en el mismo barco” a gobiernos calificados como “socialistas”: Venezuela, Colombia y México.
Por otro lado, la propia Marina de los Estados Unidos ha estado enviando explosivos a más de siete lanchas en el Caribe. Y recientemente en el Océano Pacífico, cerca relativamente de Acapulco. Es decir, en los hechos, las fuerzas armadas de los Estados Unidos tratan igual a los supuestos “narcoterroristas” de costas cercanas a Venezuela, Colombia y México.
No le conviene a Claudia Sheinbaum que la suban “a la misma lancha” que Maduro y Petro. Pues las barcazas latinoamericanas no son naves muy seguras recientemente en nuestra región…
Por ello, no tiene sentido que la política exterior mexicana sea de acercamiento a Cuba y los izquierdistas latinoamericanos. México está dando petróleo a Cuba a módicos precios. Con lo cual México, si acaso, obtiene una bicoca de dinero. Pero se gana a un enemigo de peso: Marco Rubio.
Rubio representa a los “halcones” de Washington, los que quieren derribar a Maduro y tal vez a Petro en Colombia (aunque termina su periodo presidencial dentro de nueve meses) y a más largo plazo a Daniel Ortega en Nicaragua y, la cereza del pastel intervencionista, terminar derribando al régimen de Díaz-Canel en Cuba.
El ala de los halcones es quien al parecer está ganando la partida en América Latina o al menos en Venezuela, pues el ala negociadora que envió Trump a Caracas a liberar algunos rehenes, no pudo continuar negociando y fue avasallada por Rubio.
El modus operandi de Donald Trump en América Latina, parece ser ideológico-político. No está defendiendo a la juventud de su país al combatir las drogas. Lo que hace es culpar de ser narcos a sus adversarios: la izquierda. Y ayudar a sus aliados.
Eso explica el paquete de ayuda de Trump a Argentina por cerca de 20 mil millones de dólares. La importancia de Argentina crece, pues Estados Unidos está perdiendo al aliado que tuvo en Colombia -mientras gobernaba la derecha colombiana-.
Colombia fue considerado como “el Israel latinoamericano”, por ser la cuña con la cual USA penetraba América del Sur. Ahora, ese papel parece estar cambiando. Colombia deja de ser la punta de lanza estadounidense en Latinoamérica. Y ese lugar puede ser ocupado por Argentina o Ecuador.
Antes acusaban a los izquierdistas y sindicalistas de ser comunistas. Ahora los acusan de ser narcotraficantes.
La acusación quizá no tenga sustento, pues no se han presentado pruebas convincentes de que Gustavo Petro sea narco, ni que sea real la súbita existencia del llamado “Cártel de los Soles”, compuesto supuestamente por generales venezolanos.
Si en realidad fueran delincuentes los militares venezolanos, creo que ya hubieran entregado a su jefe Nicolás Maduro. Para cobrar la jugosa recompensa de 50 millones de dólares que el gobierno yanqui ofrece por el líder venezolano. Pero lo que mueve a los militares de Venezuela, no parece ser el lucro.
Maduro pudiera no ser narco. Pero es completamente ilegítimo, pues quien ganó las elecciones presidenciales de Venezuela, fue el diplomático y opositor Edmundo González Urrutia. Y se presentaron las actas respectivas.
Por todo ello, la política de Claudia hacia América Latina debe “abandonar el barco” y alejarse de la extrema izquierda de Cuba, Nicaragua, Venezuela y Colombia. De no hacerlo, México está arriesgando el tratado comercial T-MEC. Y en el extremo, si continúan los acercamientos incoherentes de Claudia con la ultraizquierda de Latinoamérica, México estará arriesgando su relación con los Estados Unidos.
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