El Senado de Estados Unidos aprobó este jueves una resolución para revocar los aranceles globales del 10% que la administración del presidente Donald Trump impuso en abril contra más de 100 países, en lo que se considera una acción simbólica de rechazo a la política comercial del exmandatario.
La iniciativa fue aprobada por 51 votos a favor y 47 en contra, con el respaldo de cuatro senadores republicanos —Rand Paul, Mitch McConnell, Susan Collins y Lisa Murkowski— quienes se unieron a la mayoría demócrata para expresar su desacuerdo con el uso agresivo de los aranceles como herramienta de presión económica.
Durante la sesión, McConnell argumentó que “los aranceles encarecen tanto la construcción como la compra en Estados Unidos” y advirtió que las guerras comerciales generan “más perjuicios económicos que beneficios”.
Una medida con valor político más que práctico
La resolución aprobada se suma a otras dos votaciones realizadas esta semana en la Cámara Alta, que buscan eliminar los aranceles aplicados a productos de Canadá y Brasil, también con apoyo bipartidista. Sin embargo, se prevé que todas estas medidas tengan un efecto meramente simbólico, ya que deberán pasar a la Cámara de Representantes, donde la mayoría republicana hace muy improbable su ratificación.
Analistas políticos consideran que la votación en el Senado refleja una creciente división dentro del Partido Republicano respecto a la política económica de Trump, particularmente en lo referente al proteccionismo comercial y las disputas arancelarias que marcaron su mandato.
El impacto de los aranceles globales
Los llamados “aranceles recíprocos” fueron implementados el 5 de abril de 2025, bajo una ley de emergencia comercial, con el argumento de equilibrar las relaciones económicas con países que, según la Casa Blanca, mantenían prácticas desleales.
Desde su entrada en vigor hasta agosto, Estados Unidos recaudó alrededor de 88 mil millones de dólares en ingresos fiscales por concepto de aranceles, según datos de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP). No obstante, diversos sectores industriales han advertido que las medidas provocaron aumentos en los costos de producción y materiales, afectando directamente a la competitividad estadounidense.
Contexto político y repercusiones
La votación ocurre mientras Trump intenta reafirmar su agenda económica nacionalista, centrada en la reducción del déficit comercial y la repatriación de empleos manufactureros. Sin embargo, su política arancelaria ha generado fricciones tanto con aliados internacionales como con empresarios locales, quienes señalan que los gravámenes han tenido un efecto inflacionario y han reducido la inversión extranjera.
Aunque la revocación aprobada por el Senado no cambiará de inmediato el rumbo comercial del país, sí representa una señal política de resistencia interna frente a la estrategia económica del presidente.
Con este voto, el Senado estadounidense envía un mensaje claro: las guerras comerciales tienen costos altos, y parte del propio partido en el poder comienza a cuestionar su efectividad en medio de un escenario global marcado por la desaceleración económica y las tensiones diplomáticas.
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