El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este miércoles desde Corea del Sur que su gobierno iniciará de inmediato pruebas con armas nucleares, en respuesta al reciente ensayo ruso de un dron submarino con capacidad atómica.
El anuncio, realizado durante su participación en la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), marca un nuevo punto de tensión en la relación entre Washington y Moscú, en un contexto de creciente rivalidad militar y tecnológica.
Horas antes, el presidente ruso Vladimir Putin había confirmado que Rusia probó con éxito un dron submarino de propulsión nuclear, lo que fue interpretado por analistas internacionales como una muestra de poder frente a las advertencias previas de Estados Unidos sobre el desarrollo de este tipo de armamento.
“Debido a los programas de pruebas de otros países, he dado instrucciones al Departamento de Guerra para que comience a probar nuestras armas nucleares en igualdad de condiciones”, escribió Trump en su red social Truth Social, sin ofrecer más detalles sobre la magnitud o el calendario de las pruebas.
Escalada en la carrera armamentista
El anuncio estadounidense ocurre en un momento de creciente tensión global, cuando las principales potencias reactivan proyectos de modernización nuclear en medio de disputas geopolíticas.
Especialistas en seguridad internacional advierten que tanto Estados Unidos como Rusia han abandonado progresivamente los compromisos de control de armas nucleares firmados en décadas anteriores, como el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START), cuya vigencia ha sido cuestionada por ambos gobiernos.
De confirmarse, la decisión de Washington podría significar la primera reanudación formal de pruebas nucleares estadounidenses desde 1992, cuando el país suspendió sus ensayos tras la firma del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (CTBT), que Rusia también había suscrito pero recientemente desestimó.
Un mensaje de poder en plena guerra tecnológica
El nuevo dron ruso, descrito por Putin como un “arma estratégica de largo alcance”, estaría diseñado para operar a gran profundidad y transportar una carga nuclear, lo que representa una amenaza potencial a la disuasión tradicional basada en misiles balísticos.
Analistas consideran que el anuncio de Trump busca enviar una señal de fuerza a Moscú y a Pekín, en un momento en que la competencia militar, tecnológica y energética entre potencias redefine el equilibrio global.
Mientras tanto, la comunidad internacional ha mostrado preocupación ante el riesgo de una nueva carrera nuclear, recordando que cualquier incidente o mal cálculo podría reactivar tensiones similares a las de la Guerra Fría.
El Departamento de Defensa estadounidense no ha ofrecido aún detalles sobre la ubicación, alcance o calendario de las pruebas anunciadas.
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