Club de la tierra en Chablekal Sol Yucatán
*Dafne López Martínez es el rostro más visible del club de la tierra en Chablekal, socio de una propiedad que supera los 100 millones de pesos.
*El jefe de asesores ya promueve permisos ambientales, y activa anuncios de megacondominios y fraccionamientos en construcción para mostrar hacia dónde se dirigen los intereses y con ello urbanizar la otrora tierra comunal.
Redacción/Sol Yucatán
Mérida, Yucatán.-El coordinador general de asesores del Gobierno de Yucatán, Dafne David López Martínez, es el rostro más visible en los “clubes de tierra” que operan en Chablekal. Entre sus principales objetivos al amparo del poder público está la liberación de permisos de construcción para desarrollos inmobiliarios en la zona. Socio de un predio de más de 5 hectáreas, López Martínez busca a toda costa desviar infraestructura estatal hacia ese corredor, inflando el valor de su terreno, que ya supera los 100 millones de pesos.
El predio de Dafne López, inscrito en el Registro Público de la Propiedad con el número 29252, es uno de los más codiciados en Chablekal. La historia de López Martínez en Chablekal comienza en 2008, cuando adquirió, junto a otros tres socios, un terreno rústico de 50,000 metros cuadrados. Los porcentajes al principio estuvieron dispares, pero ahora, con el poder que ejerce, la balanza se inclina a su favor.
Roger Hernán Evia Urbina, Juan Felipe López Rodríguez y Juan René Cárdenas y López, con el 27.38 % cada uno. Dafne David López Martínez, con el 17.85 %.
Aunque era el socio minoritario, la jugada de López Martínez fue particular. En 2011 puso su parte como garantía de una hipoteca interna con Evia Urbina por 1.77 millones de pesos, una operación que reflejaba la lógica de préstamos y favores entre socios. La hipoteca se canceló en 2020, año en el que, además, el predio se fusionó con el tablaje 29251, consolidando un bloque aún mayor de tierra.
Hoy, esas 5 hectáreas tienen un valor estimado de mercado de entre 42.5 y 100 millones de pesos, cifra que se eleva aún más con la unión de predios. Para López Martínez, que desde su cargo público tiene acceso a la planeación estatal, la tentación es clara: orientar obra pública hacia la zona para inflar la plusvalía de su inversión privada.
Aunque en el documento aparece con un porcentaje bajo, en los hechos él lleva la batuta.
Otro club que formó parte de estos mismos predios estuvo conformado por siete socios cuando el predio era el número 962383.
Ese mismo 2008, otro grupo de inversionistas formó un “club” paralelo en Chablekal. Siete copropietarios se hicieron de otro terreno de 50,000 metros cuadrados. Ellos son José Enrique González Prieto, con el 33.57 % como socio mayoritario; empresarios como Luis Alfonso Rivero Molina y Mahmud José Chnaid Novelo; médicos cirujanos como Jorge Carlos y Rubén Antonio Bolaños Ancona; un industrial, Humberto Rodríguez Palomeque, y un economista, Miguel Joaquín Medina Rodríguez.
Pocos meses después disolvieron la copropiedad, una táctica clásica para ordenar derechos y preparar subdivisiones o ventas. El valor de ese terreno hoy se ubica también entre 42.5 y 100 millones de pesos, un salto exponencial frente a los montos simbólicos con que se inscribió en 2008.
Los dos predios —962383 y 29252— revelan la mecánica de los clubes de tierra en Chablekal, que comienza con la diversificación de socios que van desde médicos y empresarios hasta funcionarios en activo.
Luego desarrollan operaciones internas, como hipotecas entre copropietarios o disoluciones rápidas de sociedades, para más tarde reconfigurar los predios. La división o fusión de tablajes son parte de esa estrategia para adaptarse al mercado.
En ambos casos, el común denominador es la especulación: comprar barato, esperar la urbanización y multiplicar el valor.
Hoy en día, Chablekal es el epicentro de la especulación. No es un sitio cualquiera: forma parte del corredor norte de Mérida, la zona más codiciada por desarrolladores. Aquí se proyectan condominios, privadas residenciales y fraccionamientos premium, con precios que ya rondan los 5,000 a 5,500 pesos por metro cuadrado.
Aunque los predios de López Martínez y de los siete socios aún se mantienen rústicos, la presión inmobiliaria avanza. Permisos ambientales en trámite, anuncios de megacondominios y fraccionamientos en construcción muestran hacia dónde se dirigen los intereses: urbanizar lo que fue tierra comunal.
Mientras tanto, los habitantes originarios enfrentan el despojo. En 2024, Chablekal perdió espacio para su cementerio comunitario, vendido para proyectos inmobiliarios.
El caso de Dafne David López Martínez es particularmente delicado: no es solo un socio más en la especulación, sino el coordinador general de asesores del Gobierno de Yucatán, con influencia directa en la planeación estatal.
En sus manos está la posibilidad de autorizar o bloquear infraestructura clave y, al mismo tiempo, tiene interés privado en que su predio de Chablekal aumente su valor. El conflicto de interés es evidente: el servidor público que debería velar por el desarrollo equitativo es, al mismo tiempo, un inversionista que apuesta por inflar su patrimonio en la tierra más codiciada del norte de Mérida.
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