El Comité Nobel Noruego anunció este viernes a María Corina Machado, de Venezuela, como ganadora del Premio Nobel de la Paz 2025, en reconocimiento a su liderazgo pacífico, su trabajo en la defensa de la democracia y el estado de derecho en Venezuela, y su esfuerzo por un proceso cívico sea pacífico, nunca violento, en su país.
El Comité la elogió como una “figura clave unificadora” de la oposición en un país convertido “en un Estado brutal y autoritario”.
Machado ha sido una figura clave unificadora en una oposición política que antes estuvo profundamente dividida; una oposición que encontró un terreno común en la demanda de elecciones libres y de un gobierno representativo”, dijo el presidente del comité, Jørgen Watne Frydnes. “Venezuela ha evolucionado de un país próspero y relativamente democrático a un Estado brutal y autoritario”, agregó el representante del comité que entrega el Nobel de la Paz.
El fallo se da en un momento en que múltiples conflictos, crisis humanitarias y polarización política dominan la agenda internacional, lo que confiere un peso simbólico particular al veredicto de este año.
El Premio Nobel de la Paz fue instituido por voluntad del industrial sueco Alfred Nobel, quien en su testamento de 1895 dispuso que una parte de su fortuna se destinara a premiar “a la persona que haya hecho el mayor o mejor trabajo por la fraternidad entre las naciones, por la abolición o reducción de los ejércitos permanentes, y por la celebración y promoción de congresos de paz”.
A diferencia de los demás galardones Nobel (Física, Química, Medicina, Literatura y Economía), el de la Paz se otorga por un comité designado por el Parlamento de Noruega, y la ceremonia se realiza cada 10 de diciembre en Oslo, coincidiendo con el aniversario luctuoso de su fundador.
Históricamente, el Nobel de la Paz ha sido tanto un tributo moral a quienes encarnan la esperanza de reconciliación, como una señal diplomática hacia actores y situaciones que marcan el rumbo del mundo.
María Corina Machado, voz de resistencia y símbolo democrático
Nacida en Caracas en 1967, María Corina Machado creció en el seno de una familia de industriales y se formó como ingeniera industrial en la Universidad Católica Andrés Bello. Desde sus primeros años profesionales destacó por su rigor técnico y su inclinación hacia la gestión pública, que la llevó a estudiar políticas públicas en la Universidad de Yale.
Conocida por su carácter firme y su verbo sin concesiones, Machado irrumpió en la vida política venezolana como una de las voces más visibles contra el chavismo. Fundó la organización Súmate, dedicada a la defensa del voto y la transparencia electoral, que en 2004 fue señalada por el gobierno de Hugo Chávez como “instrumento del imperialismo”, lo que marcó el inicio de una larga persecución política.
A lo largo de dos décadas, ha enfrentado inhabilitaciones, amenazas y detenciones de colaboradores, pero mantuvo su liderazgo como referente de la oposición democrática venezolana, abanderando causas de derechos humanos, justicia electoral y empoderamiento civil. Su estilo —directo, frontal y sin ambigüedades— la convirtió tanto en una figura admirada como en una política polarizante.
El Comité Nobel Noruego reconoció su “lucha persistente por la libertad política y la restitución del Estado de derecho en Venezuela”, en un contexto de represión, exilio y crisis institucional. Su galardón, el primero en la historia para un líder venezolano, tiene una carga simbólica inmensa: reconoce no solo su trayectoria, sino también la resistencia de una nación que lleva más de dos décadas bajo autoritarismo.
Machado, madre de tres hijos, ha dicho en múltiples entrevistas que su compromiso “no es con el poder, sino con el país”. Hoy, su nombre se inscribe junto al de figuras como Malala Yousafzai, Aung San Suu Kyi o Lech Walesa, líderes que desafiaron regímenes autoritarios en nombre de la democracia.
El proceso y sus controversias
Las nominaciones permanecen secretas durante 50 años, y solo pueden realizarlas figuras específicas como parlamentarios, académicos, ex laureados y organizaciones vinculadas con la paz.
El Comité revisa cientos de candidaturas y toma su decisión por mayoría. En varias ocasiones, la selección ha generado polémica por su carga política o por los resultados posteriores de los procesos reconocidos.
En 2024, el premio fue concedido al grupo japonés Nihon Hidankyo, la Federación de Organizaciones de Víctimas de Bombas Atómicas e Hidrógeno, por su activismo permanente a favor de la abolición nuclear y su testimonio humanitario.
Un galardón que refleja los desafíos de su tiempo
El Nobel de la Paz ha buscado adaptarse a las nuevas formas de conflicto, reconociendo causas como el cambio climático, la educación, la libertad de prensa o la justicia de género.
La decisión de este año, al reconocer a Maria Corina Machado Premio Nobel de la Paz 2025, envía un mensaje sobre la relevancia de su lucha. Machado sucede a la principal asociación japonesa de las víctimas de las bombas atómicas, conocida como Nihon Hidankyo, en una edición marcada por los alegatos del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en favor de fuese él la persona reconocida este año con el Nobel.
El Instituto Noruego había registrado este año un total de 338 candidaturas, 244 de ellas correspondientes a personas a título individual y 94 a organizaciones.
El galardón será entregado el próximo 10 de diciembre en una ceremonia en Oslo, Noruega, donde la laureada recibirá una medalla de oro, un diploma y 11 millones de coronas suecas (alrededor de un millón de dólares).
La edición de 2025 refuerza el papel del Nobel de la Paz como espejo de los dilemas contemporáneos. Desde América Latina, la designación de [Maria Corina Machado Premio Nobel de la Paz 2025reabre el debate sobre la diplomacia moral, la justicia internacional y la capacidad de las voces civiles para influir en la política global.
Fuente: Excélsior
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