Una caridad para este pobre influencer Periódico Correo

Un fraude colectivo reveló las prioridades de la sociedad mexicana

Aarón Hernández González, mejor conocido como Aarón Mercury, tiene 5.9 millones de seguidores en Instagram y 19.8 millones de suscriptores en TikTok. Desde el pasado domingo se mantiene en el top 10 de tendencias en X; esto último, por su salida de ‘La casa de los famosos’.

El influencer se perfilaba como favorito para ganar el reality show. Sus cifras en redes sociales (su número de seguidores duplica hasta el de la presidenta Claudia Sheinbaum), y el cariño del público parecían bastar para llevarlo a la final de ‘la casa más famosa de México’. Internautas acusaron a Televisa de fraude, de manipular la narrativa de su programa estrella para favorecer a una de sus actrices (Dalilah Polanco); acusaron a la empresa de boicotear el talento joven, a los influencers.

Entonces, fans de Aarón Mercury decidieron hacer justicia. Si Televisa no daría el merecido reconocimiento a su ‘rey sin corona’, lo harían ellos. Y así, emprendieron una campaña para reunir el premio: 4 millones de pesos.

La noble causa culminó en una estafa, un desconocido embolsándose más de 2 millones de pesos, corazones rotos, y un Aarón Mercury tan famoso y acaudalado como antes del penoso incidente.

Tantas lecciones detrás de este episodio.

Consuelo de muchos…

Considero pertinente preguntar: ¿por qué es tan popular Aarón Mercury? Es uno de los tiktokers más relevantes de México, nos dirían sus simpatizantes, las ‘Mercurials’. ¿Qué hace? Y aquí se abren la racha generacional y las dudas. En sus videos, el joven de 25 años comparte su vida cotidiana, interactúa con otros influencers y celebridades, sigue trends, hace ‘comedia’. “Crea contenido” no es una respuesta satisfactoria para quienes no estamos involucrados en el mundo de TikTok.

Los seguidores compran la fantasía de cercanía que generan las redes. Asumen que tiene acceso a la realidad de estos personajes y desarrollan un afecto genuino. Por eso, las ‘Mercurials’ armaron la coperacha para Aarón.

Una cuenta de GoFundMe administrada por un tal Vinicio Cota, recaudó 2.6 millones de pesos. La página permite ver los donativos recientes, y los más altos.

Y aquí viene lo raro. La mañana del martes 30 de septiembre se mostraba un donativo anónimo de un millón de pesos. Los fans celebraban, lo estaban logrando, habían burlado al sistema, castigaban a Televisa por su fraude.

Pero horas más tarde, todo se esfumó. El link dirigía a un sitio a nombre del mismo individuo y mostraba el mensaje “Hola soy Vinicio la recaudación es para mi persona”. ¿Qué ocurrió con la escandalosa suma?

A la par, se abrieron un centenar de cuentas de apoyo al influencer, aunque después de divulgarse lo ocurrido ya nadie se atrevió a donar un peso.

“Afortunadamente son raros los casos de fraude en GoFundMe y si alguien llega a crear una recaudación de fondos con la intención de engañar a los donantes, nuestro equipo actúa de inmediato”, advierte la plataforma en su centro de ayuda.

Sin embargo, aunque exige datos personales como nombre, dirección, número telefónico, ocupación, fecha de nacimiento, y expone una larga lista de términos de sus servicios, GoFundMe no tiene manera de comprobar la veracidad de las causas para las que se piden fondos. Y al parecer, cualquiera es válida: costosas cirugías o tratamientos médicos, damnificados de desastres naturales, apoyo a deportistas, protección de animales, hasta ‘una caridad para este pobre influencer’.

Tras la estafa colectiva Aarón Mercury advirtió a su fandom que no cayeran en engaños, que el premio ya lo tiene: su cariño y lealtad. De haberlo sabido antes…

Causas justas

¿Qué pasaría si los mexicanos impulsaran con el mismo entusiasmo otras causas? Los ejemplos abundan.

Desde hace varios años, la Cruz Roja enfrenta una crisis debido, entre otros factores, a la poca participación de la ciudadanía en sus colectas.

Todos los días vemos en Facebook casos de niños que necesitan operaciones, prótesis, medicamentos para salvar su vida. Grupos de ciudadanos invierten recursos propios en el rescate de perros y gatos. Estudiantes destacados ganan becas o concursos internacionales, pero no tienen el dinero suficiente para vuelos, viáticos y trámites.

En GoFundMe encontré la causa ‘Para Gaza desde México: ayúdanos a reconstruir nuestras vidas’. La cuenta la administra Nihal Abed, sobreviviente del genocidio en Gaza. Pide apoyo para un grupo de activistas, encabezados por Xochiquetzal Zúñiga, que desde 2024 sacan a familias completas de la zona de guerra y las acompañan hasta establecerse y regularizar su situación migratoria.

Nihal Abed ofrece su propia historia como garantía. Su lucha es vigente, y apoyarla representaría una mínima acción ante un conflicto de tal trascendencia. Sin embargo, en cuatro meses la página ha sumado poco más de 150 mil pesos, ni el 10% de lo que lograron las ‘Mercurials’ en 48 horas.

En defensa de su ídolo, el fandom de Aarón Mercury podría sacar a relucir que él apoya albergues de animales y otros eventos benéficos. Dirían el clásico “hicimos famosa a la persona correcta”. Que los influencers impacten de manera positiva ya es ganancia. En una sociedad donde se confunde el carisma con talento, y las masas se encandilan con mesías de ocasión que bailan y cuentan chistes, es un pequeño (y triste) consuelo.

LO SUPERFLUO: Los mexicanos mostraron su poder de convocatoria y la fuerza que los une.

LO PROFUNDO: Los mexicanos mostraron su fanatismo por un reality show y la fuerza de los influencers.