Galería inmobiliaria de fotógrafa Sol Yucatán

• En menos de tres años, la titular de la Secretaría de Cultura de Yucatán, Silvia Patricia Martín Briceño, adquirió siete predios en la colonia Jesús Carranza.
• En total, entre 2021 y 2024, la funcionaria cultural cerró al menos siete movimientos inmobiliarios en una sola colonia, todos ellos con un denominador común: la alta plusvalía.
• Silvia Patricia se ha presentado públicamente como artista visual, fotógrafa y gestora cultural. Ha expuesto su obra en museos y ferias internacionales, y desde 2021 encabeza la Secretaría de la Cultura y las Artes de Yucatán.

Redacción/Grupo Sol Corporativo

A la titular de la Secretaría de Cultura de Yucatán, Silvia Patricia Martín Briceño, le ha sonreído la vida en los últimos años, pues entre 2021 y 2024 ha adquirido al menos siete predios en zonas catalogadas de alta plusvalía en el municipio de Mérida. De acuerdo con estimaciones de mercado, este patrimonio inmobiliario alcanza un valor de más de 15 millones de pesos, muy por encima de lo que declaró en las escrituras.

El expediente inmobiliario de Silvia Patricia Martín Briceño comienza a tomar forma en 2021. Ese año, según consta en el Registro Público de la Propiedad, la funcionaria adquirió un predio en la calle 38 número 452-D de la colonia Jesús Carranza. Declaró haber pagado 710 mil pesos, aunque el terreno de 175 metros cuadrados hoy se valúa en más de 2 millones de pesos.

En octubre de 2022, el movimiento se intensificó. Ese mes compró un terreno de 500 metros cuadrados en la calle 27 número 464-C, dentro de la misma colonia. El precio registrado en la escritura fue de 1.6 millones de pesos, pero de acuerdo con avalúos de mercado, su valor real supera los 6 millones de pesos.

Dos meses más tarde, en diciembre de 2022, la historia tomó un giro peculiar. Ante la fe del notario Luis Silveira Cuevas (titular de la Notaría 8), Silvia Patricia cerró operaciones sobre dos predios más: el de la calle 40 número 409-A interior y el de la 411-B interior. Ambos provenían del mismo vendedor, Jorge Erik Martínez Castillo, y fueron inscritos en los folios 333817 y 333532, respectivamente.

Lejos de mantenerlos separados, en 2023 la funcionaria gestionó la unión de esos terrenos con otro predio contiguo, creando un solar mayor en el número 411 de la calle 40, con una superficie total de 439.86 metros cuadrados. El folio resultante, el 558386, describe el predio como una sola propiedad, con un valor estimado de 5.2 millones de pesos.

La última operación conocida se concretó en marzo de 2024, cuando Martín Briceño adquirió otro predio en la misma calle 40, marcado con el número 411-B. La escritura, firmada ante el notario Bernardo Martín Rivadeneira Pérez, indica que el precio fue de 1.1 millones de pesos, aunque los 197 metros cuadrados del terreno se cotizan hoy en más de 2.3 millones de pesos.

En total, entre 2021 y 2024, la funcionaria cultural cerró al menos siete movimientos inmobiliarios en una sola colonia, todos ellos con un denominador común: la alta plusvalía.

La colonia Jesús Carranza no es un barrio cualquiera. Fundada en 1916 como una colonia obrera vinculada al auge ferrocarrilero de Yucatán, se convirtió en hogar de trabajadores y familias populares. Sin embargo, con el paso de las décadas, su ubicación estratégica cerca del centro histórico, Paseo de Montejo y avenidas principales la transformó en un área de fuerte valorización.

Hoy, portales inmobiliarios describen a Jesús Carranza como una zona de alta plusvalía. El precio promedio de las casas supera los 4.8 millones de pesos, un 8.4% más alto que el promedio estatal. Terrenos de hasta 1,300 metros cuadrados se ofertan por más de 8 millones de pesos, y el valor por metro cuadrado alcanza los 12 mil pesos en el rango alto.

Es precisamente en este contexto donde la secretaria de Cultura decidió concentrar sus compras. Ninguna operación fue en colonias periféricas ni de baja demanda: todas están estratégicamente ubicadas en un barrio donde el metro cuadrado se dispara cada año.

Otro elemento llamativo es la repetición de notarios y vendedores en varias operaciones. La mayoría de las escrituras se realizaron ante el notario Luis Silveira Cuevas, de la Notaría 8, lo que revela una relación constante en sus trámites.

Además, dos de los predios clave —el 409-A y el 411-B interior— fueron adquiridos al mismo vendedor, Jorge Erik Martínez Castillo, lo que sugiere transacciones planeadas con antelación y no simples oportunidades aisladas.

Este patrón de recurrencia habla más de estrategias de concentración patrimonial que de compras circunstanciales. Incluso la unión de predios formalizada en 2023 refuerza la idea de consolidar lotes de mayor valor y proyección.

Silvia Patricia Martín Briceño se ha presentado públicamente como artista visual, fotógrafa y gestora cultural. Ha expuesto su obra en museos y ferias internacionales, y desde 2021 encabeza la Secretaría de la Cultura y las Artes de Yucatán.

Su perfil académico y artístico contrasta con la magnitud de su expansión patrimonial en tan poco tiempo. En apenas tres años, pasó de ser reconocida por proyectos culturales y comunitarios a figurar como propietaria de terrenos que suman más de 1,500 metros cuadrados en una colonia de alta demanda.

Mientras en las notarías se asentaban precios modestos por un total de 3.5 millones de pesos, en realidad los valores comerciales superan los 15 millones de pesos. La diferencia no es menor: representa más de cuatro veces el capital declarado.

Más allá de los números, el caso abre preguntas sobre la coherencia entre la función pública y el crecimiento patrimonial. ¿Cómo justificar que una funcionaria encargada de gestionar la cultura del estado acumule silenciosamente predios en una zona estratégica de Mérida? ¿Qué relación tienen estos movimientos con sus ingresos como servidora pública?

En un contexto donde se exige transparencia y austeridad a los funcionarios, el ascenso inmobiliario de Martín Briceño resulta cuando menos incongruente. No es el arte lo que parece haberle dado la mayor rentabilidad, sino su capacidad para moverse en el mercado inmobiliario con precisión y rapidez.

De artista visual a secretaria de Cultura, Silvia Patricia Martín Briceño ha tejido en paralelo su propia galería. No de cuadros ni de fotografías, sino de predios, escrituras y avalúos. Una colección silenciosa que no se exhibe en museos, pero que en el mapa de Mérida traza con claridad el mural de su enriquecimiento.

Porque mientras presume programas de talleres, festivales y exposiciones, la verdadera obra que ha cultivado en los últimos años es un portafolio inmobiliario que supera los 15 millones de pesos en valor de mercado.

En la historia reciente de Yucatán, pocos artistas han logrado que su obra les dé tal rendimiento. En el caso de Silvia Patricia, la cultura sí dejó frutos, pero no en murales, esculturas o libros: su patrimonio se mide en metros cuadrados de alta plusvalía.

Direcciones de los predios de Silvia Patricia Martín Briceño en Mérida

Calle 38 No. 452-D, Colonia Jesús Carranza, Mérida

Calle 27 No. 464-C, Colonia Jesús Carranza, Mérida

Calle 40 No. 409-A Interior, Colonia Jesús Carranza, Mérida

Calle 40 No. 411-B Interior, Colonia Jesús Carranza, Mérida

Calle 40 No. 411-B, Colonia Jesús Carranza, Mérida

Calle 40 No. 411, Colonia Jesús Carranza, Mérida (predio resultante de unión)

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