Villazón expone su versión de La Sonnambula en la Metropolitan Opera House Excelsior

Juan Carlos TalaveraEl tenor Rolando Villazón se convertirá en el primer mexicano que colabore como director de escena en la Metropolitan Opera House (Met), donde encabezará el montaje de la ópera La Sonnambula, de Vincenzo Bellini, protagonizada por la soprano Nadine Sierra, bajo la dirección artística de Riccardo Frizza.
TE RECOMENDAMOS: Ópera a las puertas de Donceles con Omar HernándezLa obra, que será estrenada el sábado 18 de octubre, en la Met y se transmitirá en vivo a través de la pantalla gigante del Auditorio Nacional de México, a las 11:00 horas, en lo que será la décimo cuarta producción del artista mexicano que ha realizado desde 2010.
“Estoy muy contento de esta responsabilidad y del trabajo que llevamos hecho”, expresó ayer Villazón durante un encuentro con medios vía Zoom.
*Rolando Villazón, tenor mexicano.
El tenor reconoció que su experiencia como cantante durante tres décadas, que cumplirá en noviembre próximo, le ha ayudado en su trabajo como director de escena.
“Sí me ha ayudado y, sobre todo, trabajar con grandes directores de escena, como Willy Decker, Richard Jones y Christopher Lloyd, entre otros.
Son creadores de los que han aprendido mucho, haciendo preguntas en las sesiones de trabajo cuando he colaborado con ellos como cantante.
Fue Richard Jones el que me dijo que yo tenía que ser director de escena cuando trabajamos juntos en 2002 para “La bohème” y no me veía hacerlo hasta ocho años después”, confesó.
Expuso que apuesta por un trazo escénico bastante claro.
“Las emociones están ya en la música y lo que nos sirve a los cantantes es saber dónde estar, qué hacer en cada momento.
Ésa es mi manera de dirigir, creando un mapa o una especie de coreografía, que parezca estar sucediendo espontáneamente”, destacó.
Por último, Villazón, comentó que para este montaje hizo algunas modificaciones a la obra original.
“El final cambió radicalmente, tanto estéticamente como la dirección de lo que le sucede a Amina; y en el segundo acto agregué una escena onírica, entre sueño y pesadilla”.
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