En el mundo digital cada vez mayor de hoy, la velocidad a la que la tecnología está cambiando y la actualización es significativa. De computación en la nube Y la IA a la automatización y la toma de decisiones basadas en datos, las empresas están constantemente bajo presión para innovar y modernizar, sin embargo, muchas organizaciones se encuentran pesadas por algo invisible pero deuda técnica invisible pero críticamente impactante.
Más de una cuarta parte (28 por ciento) de las empresas del Reino Unido que respondieron al Estudio de Salud Digital de Zoho informaron tener una “buena” salud digital. Así como la deuda financiera acumula intereses con el tiempo, también lo hace la deuda técnica. Se refiere al costo futuro incurrido cuando las empresas eligen soluciones más rápidas y a corto plazo en lugar de enfoques más sostenibles y robustos para modernizar su tecnología.
Si bien estas decisiones pueden resolver problemas inmediatos, a menudo introducen ineficiencias y complicaciones que aumentan con el tiempo, y cada empresa, comprensión y gestión de la deuda técnica no es solo una preocupación técnica, es un imperativo estratégico.
Director Gerente en Zoho UK.
El costo oculto de la deuda técnica
La deuda técnica puede manifestarse de varias maneras, desde bases de código obsoletas y sistemas heredados hasta flujos de trabajo ineficientes y mal integrados aplicaciones. Para las grandes empresas, la escala de la deuda técnica puede ser potencialmente masiva debido a la complejidad de los sistemas y los años (o potencialmente décadas) del desarrollo de retazos.
Pequeñas y medianas empresas Tampoco son inmunes a esto y la presión para escalar a menudo conduce rápidamente a atajos y acumula pasivos técnicos invisibles.
Pero el concepto se extiende más allá del código hacia la arquitectura, a procesos donde los flujos de trabajo manuales son propensos a errores y ralentizan operaciones, pilas de tecnología que no admiten características modernas o estándares de seguridad, y brechas de habilidades que evitan la incorporación y colaboración.
Con el tiempo, estos problemas crean cuellos de botella, aumentan los costos operativos y limitan la capacidad de la organización para innovar. Lo que comienza como una ineficiencia menor puede la bola de nieve en una gran barrera para el crecimiento.
La acumulación de deuda técnica no siempre es el resultado de una planificación deficiente o prácticas incobrables. En muchos casos, es una decisión estratégica, que ofrece funcionalidad rápidamente para obtener una ventaja competitiva o para cumplir con los requisitos comerciales sensibles al tiempo. Sin embargo, cuando esta deuda no se rastrea o se reconoce, se convierte en un pasivo.
A medida que los sistemas crecen y más complejos, el esfuerzo requerido para modificarlos o integrarlos aumenta, lo que lleva a mayores costos de mantenimiento y errores más frecuentes.
Sistemas heredados, fortalezas de ayer, tensión de hoy
Los sistemas heredados fueron una vez la columna vertebral de muchas operaciones exitosas, pero ahora son una de las fuentes más comunes de deuda técnica. Muchas empresas confían en los sistemas que se construyeron hace décadas y utilizan programas obsoletos, bases de datos y marcos.
Estas infraestructuras a menudo carecen de modularidad, lo que dificulta aislar funciones o actualizar componentes individuales. Esta rigidez complica la integración con tecnologías modernas como API, plataformas en la nube y herramientas de inteligencia artificial, lo que a menudo conduce a mayores costos y complejidad.
Sus arquitecturas inflexibles y datos aislados obstaculizan aún más la innovación, ya que el flujo de datos sin problemas es esencial para implementar tecnologías como IA, IoT y análisis avanzados. Como Automatización Y las estrategias basadas en datos se vuelven fundamentales para el desempeño empresarial, la dependencia de los sistemas obsoletos puede erosionar la competitividad y la agilidad.
Más allá de esto, también puede exponer a las organizaciones a vulnerabilidades de seguridad, especialmente cuando los sistemas obsoletos ya no se adhieren a los estándares de cumplimiento modernos.
El caso de la modernización en fases
Abordar la deuda técnica no se trata de eliminarla por completo. Algún nivel de deuda es inevitable en cualquier organización impulsada por la tecnología, pero el objetivo es administrarla estratégica y sistemáticamente. En cambio, las empresas deben analizar la transformación en fase, donde los componentes heredados se reemplazan o integran gradualmente con las herramientas modernas.
Una de las formas más eficientes de habilitar esta transformación es la IA. Al automatizar tareas repetitivas, como la entrada de datos y la generación de informes, las organizaciones pueden reducir las ineficiencias y mejorar la precisión. La automatización también sirve como un puente temporal entre sistemas antiguos y nuevos que permite a los equipos modernizar los componentes individuales sin una revisión del sistema completo.
El análisis de datos juega un papel clave en la identificación y priorización de áreas de deuda técnica. Con las herramientas de análisis adecuadas, las empresas pueden evaluar los costos de rendimiento, uso y mantenimiento de varios sistemas y procesos.
Esto permite la toma de decisiones informadas, donde primero se abordan los componentes más problemáticos o costosos. Con el tiempo, este enfoque metódico ayuda a reducir la complejidad y mejorar la agilidad.
Bajo código y plataformas sin código También puede ofrecer ventajas significativas en la gestión de la deuda técnica al capacitar a los no desarrolladores para construir y personalizar aplicaciones que pueden reducir la dependencia de los equipos de TI sobrecargados.
Cuando se rigen de manera efectiva, estas plataformas permiten una implementación rápida de soluciones digitales sin comprometer el control o el cumplimiento. También apoyan la iteración y la experimentación más rápidas, lo que facilita la adaptación a los requisitos comerciales cambiantes.
Es importante destacar que abordar la deuda técnica también implica el cambio cultural. El liderazgo debe reconocer que la modernización digital no es solo una iniciativa de TI sino una prioridad comercial. Invertir en capacitación y fomentar la colaboración interfuncional es esencial para crear un entorno donde la deuda técnica se gestiona activamente en lugar de ignorarse.
Al adoptar un enfoque gradual de la modernización, respaldado por la automatización, las plataformas de bajo código y las arquitecturas modulares, las empresas pueden reducir su deuda técnica al tiempo que preservan la continuidad y aceleran la transformación digital.
Al hacerlo, no solo mejoran la eficiencia operativa, sino que también se posicionan para el éxito a largo plazo en un mundo cada vez más dinámico y digital.
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