La justicia se dará a paso lento Elarsenal.net
Raúl Flores Martínez.
El flamante nuevo Poder Judicial de la Federación parece haber nacido con más dudas que certezas. Jueces que no saben aún en qué sede trabajarán, expedientes que no tienen claro si podrán tocar y procesos que se retrasan porque quienes deben impartir justicia están todavía acomodándose en sus escritorios.
¿Dónde queda la justicia para quienes llevan meses —o años— esperando una resolución? ¿Hasta cuándo tendrán que esperar los ciudadanos para que alguien lea sus defensas, revise sus acusaciones y resuelva su situación?
La incertidumbre abre la puerta a la sospecha de que, lejos de aplicar la ley, algunos jueces acabarán dictando sentencia siguiendo los apuntes de sus propios acordeones.
La preocupación no es menor. En un sistema que presume renovarse, siguen apareciendo figuras judiciales que han sido marcadas por la corrupción y la complacencia con el crimen organizado.
El caso más evidente es el del juez federal en Sonora, Enrique Hernández Miranda, quien permitió que Julio César Chávez Jr. enfrentara en libertad condicional un proceso por presuntos vínculos con el Cártel de Sinaloa.
No es un caso aislado. Desde la tribuna presidencial, en el informe Cero Impunidad de agosto de 2023, el subsecretario de Seguridad Pública, Luis Rodríguez Bucio, expuso que Hernández Miranda ha emitido 13 resoluciones que favorecieron a presuntos criminales. Nueve de ellas fueron no vinculaciones a proceso; en otra calificó de ilegal una detención; y en tres más dictó sentencias absolutorias.
El 19 de julio, por ejemplo, decidió no vincular a proceso a un hombre acusado de tráfico de migrantes y cohecho, sorprendido con 116 personas en un autobús, de las cuales 37 eran niños y adolescentes. ¿Justicia ciega o justicia que prefiere mirar hacia otro lado?
Peor aún: en casos de alto impacto, Hernández Miranda optó por el cansancio o la omisión. Así ocurrió con Juvenal Jiménez Loza, “El Padrino”, líder de una red internacional de trata de personas que operaba desde Tijuana y que generaba ganancias de hasta 100 millones de pesos mensuales mediante la explotación sexual de mujeres, incluidas extranjeras en situación vulnerable.
El juez evitó imponer medidas cautelares contra este objetivo prioritario del gobierno federal.
No sorprende entonces que la Fiscalía General de la República y la Unidad de Inteligencia Financiera mantengan abiertas líneas de investigación sobre los presuntos nexos del juez con grupos criminales.
¿Y la justicia, para cuándo?
El caso de Chávez Jr. podría aún dar un giro si prospera el recurso de revisión de la Fiscalía, pero lo cierto es que cada episodio en el que jueces como Hernández Miranda favorecen a presuntos delincuentes erosiona la confianza en el sistema judicial.
Hoy, mientras nuevos jueces no saben siquiera en qué tribunal despacharán, y otros acumulan resoluciones que benefician al crimen, la pregunta es inevitable: ¿quién protege al ciudadano común que busca justicia?
La justicia que llega tarde, la justicia que se acomoda en escritorios sin rumbo, o peor aún, la justicia que se vende, deja de ser justicia.
El cargo La justicia se dará a paso lento apareció primero en El Arsenal.
